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Las amantes de los políticos
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Las amantes de los políticos

La relación de Nicolas (Sarkozy) y Carla (Bruni), que con esta familiaridad ha denominado el presidente Zapatero a la pareja del momento, ha reavivado los tiempos

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Las amantes de los políticos

La relación de Nicolas (Sarkozy) y Carla (Bruni), que con esta familiaridad ha denominado el presidente Zapatero a la pareja del momento, ha reavivado los tiempos en que las amantes de los políticos eran materia reservada. Hasta que no modificaban su estado civil, no se hablaba de ellas. Entendiendo como estado civil, el cambio de clandestina a oficial. Mientras se encontraba en el primer escalón era complicado escribir de ellas o sobre ellas, dado que habitualmente sus partenaires eran poderosos.

Aún recuerda Julián Lago como cuando siendo director de Tiempo el Ministerio de Hacienda excluyó al semanario de la publicidad pública por indicaciones de “arriba”. La revista fue la primera que publicó en portada el reportaje “A Miguel Boyer le tocó la China”, en clara alusión a su romance secreto con Isabel Preysler. Una vez que el político dimitió -¡¡que casualidad!!-, volvió la publicidad. De aquella época fue también el noviazgo de Alfonso Guerra con María Jesús Llorente. Aunque en este caso ni hubo presiones externas, ni “consejos” para evitar publicar la información. Es más, nunca los escoltas del que fuera vicepresidente utilizaron la “persuasión” contra los reporteros que lograron al final inmortalizar a la pareja. Las fotos se publicaron, la historia también y no se hundió el mundo.

En cambio, quien se agarró un mosqueo importante fue Felipe González cuando alguien corrió el bulo, y a partir de ahí la bola de nieve, de su relación íntima con Merry Martínez-Bordiu, nieta del dictador. No hubo comunicado de prensa como ahora han hecho José María Aznar y Ana Botella negando la mayor, pero sí una entrevista exclusiva de Merry explicando que, por supuesto, no existía nada entre ellos porque ni se conocían.

En su día, esos supuestos amores resultaban tan sorprendentes como la puesta en escena reciente de Nicolas y Carla en un parque de atracciones como Eurodisney con Pluto y Minnie de maestros de ceremonia. Extrapolar esa situación a España, en el caso de un Jefe de Estado, sería casi imposible. ¿Imaginan a un primer mandatario posando, por ejemplo, en Marina D’Or, en Terra Mítica o Port Aventura con su pareja recién estrenada?

Con el tiempo, estas relaciones de político en ejercicio con mujer llamativa o muchachita generalmente muy joven dejó de ser patrimonio exclusivo de chascarrillo en diarios de tirada nacional o semanarios de información general para entrar a formar parte de colorín. Hasta ese momento, las revistas del corazón no se atrevían a publicar romances extraconyugales de cargos públicos por miedo a represalias en forma de inspecciones de Hacienda, que era el rumor que circulaba en torno a este tipo de información. El punto de inflexión de este cambio de rumbo podría fijarse el día que se supo que Álvarez Cascos, vice (poderoso) presidente y ministro (poderosísimo) de Fomento, salía con una joven de las juventudes populares llamada Gema Ruiz. A partir de ese momento, las apariciones públicas se convirtieron en el pan de cada día hasta que se casaron en una boda multitudinaria con acreditaciones para la prensa facilitadas por el PP.

La posterior separación de Cascos al interponerse en el camino conyugal una galerista cotizada en el mundo del arte fue la guinda que coronó el pastel de la indiscreción. A pesar de los malos modos del político, que arremetió con demandas a diestro y siniestro, la realidad era que él mismo había colocado su intimidad a la vista pública. En aquel momento, Rodrigo Rato también había roto su matrimonio, pero a diferencia de su colega, él nunca convirtió en espectáculo lo que debía permanecer en la intimidad.

Lo curioso de los amores de los políticos varones respecto al de sus colegas mujeres es que éstas no cometen indiscreciones, con lo cual es más difícil pillarlas en un renuncio. Además, dan el paso “oficial” cuando su pareja no vive una doble vida. Por ejemplo, el enamoramiento de la ministra Carmen Calvo con su escolta -relación que marcha viento en popa y con posibilidad segura de casorio- y ahora la boda de la titular de Vivienda Carme Chacón con Miguel Barroso, ex secretario de Estado de Comunicación, son dos casos actuales de cómo se pueden hacer las cosas bien sin dar tres cuartos al pregonero.

La relación de Nicolas (Sarkozy) y Carla (Bruni), que con esta familiaridad ha denominado el presidente Zapatero a la pareja del momento, ha reavivado los tiempos en que las amantes de los políticos eran materia reservada. Hasta que no modificaban su estado civil, no se hablaba de ellas. Entendiendo como estado civil, el cambio de clandestina a oficial. Mientras se encontraba en el primer escalón era complicado escribir de ellas o sobre ellas, dado que habitualmente sus partenaires eran poderosos.