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La boda ‘secreta’ de un Fierro
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La boda ‘secreta’ de un Fierro

Mientras el interés mediático y universal se centraba en Toledo y en Mejorada del Campo, donde se celebraban las bodas de Amelia Bono y Manuel Martos

Foto: La boda ‘secreta’ de un Fierro
La boda ‘secreta’ de un Fierro

Mientras el interés mediático y universal se centraba en Toledo y en Mejorada del Campo, donde se celebraban las bodas de Amelia Bono y Manuel Martos por un lado y Belén Esteban y Fran por otro, el poder económico se congregaba en la iglesia parroquial de Fuente del Saz. El motivo de la reunión religiosa, y más tarde festiva en el palacio de Soto de Mozanaque, tenía que ver con la boda de Luis Rojas Fierro y Elvira de La Calle Beltrán.

El novio, nieto de Alfonso Fierro, sobrino de la gran Cuqui e hijo de Margarita, consiguió que su celebración matrimonial pasara desapercibida dada la repercusión de las otras dos. En cualquier otra fecha, tal concentración de ricos y poderosos habría supuesto un despliegue periodístico importante. Pero, sorpresa, gracias a Belén y a la hija del presidente del Congreso, Luis, heredero de la saga de banqueros y financieros, pudo casarse como si en vez de Fierro se apellidara Martínez, un vecino más de la Comunidad de Madrid.

A las siete y media de la tarde la novia entraba en la parroquia vestida con una espectacular creación de Lorenzo Caprile en blanco amarfilado y con el característico corpiño ajustado al cuerpo. Como adorno, unos preciosos pendientes largos de brillante y la sortija de pedida. En estos casos, la marca de la casa impone el menos es más. Tras finalizar la liturgia religiosa parte de los invitados -los otros ya estaban allí- se trasladaron hasta el feudo de los duques de Alburquerque en San Agustín de Guadalix. Hace años, Joanes Osorio y Blanca Suelves decidieron rentabilizar la finca y la dividieron en dos partes. Una privada que incluye el palacio donde viven ellos y otra restaurada y arreglada para su explotación. En este último fue donde la familia Fierro-De la Calle organizó el convite para los ochocientos invitados.

Entre los asistentes se encontraban la presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, Juan Abelló y la siempre elegante Ana Gamazo vestida de beige; Alfonso y Marisa de Borbón, que recibieron las felicitaciones atrasadas por la boda de su niña con Bosco Ussía; los marqueses de Vargas; Ramón Mora Figueroa; parte de la familia Barreiros; la marquesa de Estepa, tía del novio; Emilio Ybarra, ex presidente del BBVA; su hermano Santiago con su mujer Mercedes Baptista; Luis Alberto Salazar Simpson, presidente de France Telecom; Carmen Martínez Bordiu sin su marido que estaba pendiente de la Eurocopa; Tessa de Baviera; y, por supuesto, la familia Fierro casi al completo con Alfonso y Marita March, Juan Carlos y Paloma Domecq, espectacular con un vestido en color melocotón y por supuesto Caqui Fierro que ese día estrenaba un diseño de Emilio, el heredero profesional de Tony Benítez, que vive retirado y feliz en Sevilla.

Del ágape nupcial resaltar el menú confeccionado por Rocío Gandarias. Mientras llegaban los novios se sirvió un cóctel que dio paso a la cena propiamente dicha. De primero, mousse de foie, después poularda y de postre la joya de la corona que borda como nadie la restauradora: un pastel marroquí a base de obleas y crema. Igual que en la boda de Belén Esteban y de los Bono&Martos no hubo tarta nupcial. Tras los brindis, baile hasta el amanecer. Para recuperar fuerzas habían dispuesto unos puestos donde se servían helados, cócteles variados y unas largas mesas decoradas con flores y con un bufet completísimo. Me cuentan que algunos invitados recibieron en sus teléfonos imágenes de Belén Esteban vestida de novia y de Bono bailando el vals con su hija.

Mientras el interés mediático y universal se centraba en Toledo y en Mejorada del Campo, donde se celebraban las bodas de Amelia Bono y Manuel Martos por un lado y Belén Esteban y Fran por otro, el poder económico se congregaba en la iglesia parroquial de Fuente del Saz. El motivo de la reunión religiosa, y más tarde festiva en el palacio de Soto de Mozanaque, tenía que ver con la boda de Luis Rojas Fierro y Elvira de La Calle Beltrán.