Telma no se va a Filipinas

No lo puede resistir. Ni el paso del tiempo ni los pacientes consejos de cuantos la rodean han conseguido que Telma Ortiz pueda superar el rechazo que le provocan los paparazzi. Es superior a sus fuerzas. Independientemente de que el problema esté más en quien lo vive que en las circunstancias (algún peaje hay que pagar al convertirse en cuñada del Príncipe) la decisión de la hermana de la Princesa y de su novio es definitiva: se van de España.

Lo suyo fue un amor a muchos miles de kilómetros de su país natal, concretamente en Manila, donde estaban trabajando en distintos proyectos solidarios (Telma con la AECI y su pareja con Cruz Roja). Fue meses antes de dar a luz a su hija Amanda cuando decidieron regresar para tener a la pequeña y empezar una nueva vida. Enrique Martín Llop, Quique para sus amigos, se despidió de Cruz Roja y se reunió con algunos amigos de la carrera de Derecho con los que quería montar una asesoría.

A pesar de llevar años trabajando como cooperantes, lo cierto es que los dos querían empezar de cero puesto que esos programas tienen fecha de caducidad. Además, ninguno de los dos tiene plaza por oposición con la llegada al mundo de su primera hija el plan era crear algo con base y solidez suficiente como para no tener que estar cambiando de domicilio cada dos o tres años.

Pero la presión que Telma siente en España ha sido superior a sus planes y de ahí la demanda de medidas cautelares para que no la fotografíen que pidió ante la Justicia y que fue denegada en Primera Instancia. Aunque ahora la sentencia está pendiente del recurso (se calcula que será para el próximo otoño cuando se conozca la nueva decisión), el deseo de Telma y los suyos es salir de España. Algunas informaciones apuntaban a que regresarían a Filipinas, pero sin embargo fuentes cercanas insisten en que su destino está en un país de Hispanoamérica donde esperan recuperar el anonimato que aquí no tienen.