Alberta Ferretti, compuesta y sin amarre

La diseñadora Alberta Ferretti ha vivido muchos de los mejores momentos de su vida a bordo de su yate Prometej, una elegante nave de los años 50 rehabilitada en la que la estrella de la moda ha ofrecido muchas soirées recordadas, por ejemplo, por los asistentes cada año al festival de cine de Cannes.

De puerto mediterráneo en puerto mediterráneo, su nave se mueve por el mare Nostrum sin fijarse en los galones de combustible gastados o en las reservas de la nevera, pero hay contingencias que afectan a cualquiera, por mucho yate de lujo que tenga: si en el puerto no hay suficientes amarres será bastante difícil atracar la nave, y eso precisamente es lo que le ha ocurrido a nuestra protagonista.

Ferretti se ha quedado con las ganas de asistir a un sarao en Baleares al que había sido expresamente invitada, y como a cualquier turista con el overbooking aéreo, a ella la falta de amarres la ha dejado fuera de su fiesta soñada. La modista, habitual de la pasarela milanesa, se tuvo que quedar a bordo, pero aun así pudo disfrutar de las múltiples comodidades que ofrece su nave.

El Prometej es una nave con historia: construida en unos astilleros rumanos en los años 50 y diseñado en principio para surcar las aguas bálticas y del mar Negro, Ferretti se encargó personalmente de concebir la decoración cuando se hizo con él. El resultado, una decoración con toques orgánicos que recuerdan a la vida en el mar, con madera de iroco y mobiliario procendente de los cinco continentes. La diseñadora ha asegurado que quería “una casa en un barco que fuera cómoda, elegante y natural, no como una gran villa de lujo”, pero aún así el yate cuenta con todo tipo de comodidades, como sauna, gimnasio o jacuzzi.