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Miriam Ungría: “A ratos estoy bien”
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Miriam Ungría: “A ratos estoy bien”

Miriam Ungría ya está en su casa de La Moraleja con sus hijos Boris y Beltrán, que estaban deseando que llegara mamá. Tras permanecer trece días

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Miriam Ungría: “A ratos estoy bien”

Miriam Ungría ya está en su casa de La Moraleja con sus hijos Boris y Beltrán, que estaban deseando que llegara mamá. Tras permanecer trece días ingresada en La Paz recibió el alta médica. Aún le queda tiempo para la total recuperación. E incluso después deberá realizar ejercicios de rehabilitación del brazo derecho. Cuando los amigos le preguntan qué cómo se encuentra, sólo le sale un “a ratos bien”.

 

La pareja volvía de su finca segoviana cuando por causas que no se han hecho públicas el Jaguar que conducía Kardam de Bulgaria se estrelló en El Molar. Miriam tampoco recuerda nada y dice que “lo único importante es recuperarme totalmente”. Los hijos no estaban con ellos, sino en un campamento de verano en el Reino Unido y fue la propia familia materna quien se hizo cargo de ellos mientras los padres permanecían hospitalizados. Los hermanos Ungría son una piña y se han llevado a los sobrinos al cine, a comer fuera junto al resto de los primos de parecida edad para intentar mitigar la ausencia de los papás.

Mientras las heridas de Miriam, aún siendo graves, eran controlables, el estado vital de Kardam no ha evolucionado como cabría esperar. Continúa en coma en la UCI del Doce de Octubre. La situación es complicada. En estos momentos, lo principal para Miriam es dar a sus hijos todo el apoyo emocional posible ya que al ser tan pequeños no son conscientes de las graves lesiones y la situación en la que se encuentra Kardam. Como confesó Carla Royo, casada con Kubrat, “los médicos hacen su trabajo y a nosotros solo nos queda rezar”.

La princesa de Tirnovo es un mujer fuerte, de gran entereza y muy agradable de trato. Experta en gemología, cambió la imagen de la firma joyera Carrera con sus diseños impecables. Los bocetos realizados se convertían en espectaculares collares, pendientes, brazaletes o anillos que nada tenían que ver con el barroquismo anterior. Dejó la empresa y se convirtió en imagen de los joyeros italianos Nardi, los creadores de los “moretos”, un broche inspirado en los soldados venecianos del siglo XVIII. Miriam, que lleva más de quince años en el mundo de la gemología, se dedica también a orientar y aconsejar a inversionistas en piedras preciosas. Es decir, es una especie de bróker que se mueve entre esmeraldas,  rubíes, topacios y diamantes. Dicen que muchas de ellas traen suerte.

Miriam Ungría ya está en su casa de La Moraleja con sus hijos Boris y Beltrán, que estaban deseando que llegara mamá. Tras permanecer trece días ingresada en La Paz recibió el alta médica. Aún le queda tiempo para la total recuperación. E incluso después deberá realizar ejercicios de rehabilitación del brazo derecho. Cuando los amigos le preguntan qué cómo se encuentra, sólo le sale un “a ratos bien”.