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El costurero de la princesa
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El costurero de la princesa

Érase que se era una casa de cuento y una habitación con vistas al jardín. Érase un costurero que vestía a una princesa que no nació

Foto: El costurero de la princesa
El costurero de la princesa

Érase que se era una casa de cuento y una habitación con vistas al jardín. Érase un costurero que vestía a una princesa que no nació con sangre azul. Y existía también un aroma que envejecía sin perder una nota y que cumplía años mientras la noche caía sobre Madrid. Y es que los años pasan para todos, incluso para los perfumes.

 

La celebración de una década de vida ya es otra historia. Hay quien prefiere pasar de puntillas por esa fecha y alguno que otro decide proclamarlo a los cuatro vientos para que todo el mundo acuda al evento. Entre esos dos extremos está quien prefiere rodearse de aquellos que le han sido fieles durante su vida, y al final, para su suerte, descubre que son muchos.

Algo así sucedió con el aniversario de un conocido perfume de la firma Hugo Boss, que eligió su propia casa, situada en frente del madrileño parque del Retiro para celebrar una década de vida de un aroma que es ya seña de identidad de una marca que viste a deportistas de la talla de Rafa Nadal o Fernando Alonso. Una firma que lleva también el presidente Zapatero y con la que, incluso, la princesa Letizia se ha atrevido a cambiar su vestuario. Llevaba su sello aquel vestido de Armand Basi con el que sorprendió este verano en Mallorca.

En el ático con vistas a la puerta de Alcalá se reunieron a los incondicionales de la firma en España. Por allí pasaron las actrices Juana Acosta y Dafne Fernández, el mister universo Juan García y el cocinero Darío Barrio, muy presente en todos los saraos celebrados últimamente en la capital madrileña. Todos atentos a los malabares de Noel Vela, el mago Merlin de la noche de cuento. Él era coctelero oficial del evento, que lo mismo lanzaba una botella cual Tom Cruise en una de sus películas más famosas, que sacaba unas cartas y hacía un truco de magia. Más de uno aún no se explica como consiguió mantener una coctelera girando en el aire sin ningún punto de apoyo durante un minuto. Magia Borrás. No seremos nosotros quienes descubramos el secreto.  

El periodista Maxim Huerta fue uno de los primeros en pasar por el Photocall y en admirar las habilidades del camarero. Con su habitual simpatía contó a Vanitatis.com que estaba muy contento con su trabajo en Punto Radio, un medio que le encanta, aunque claro “la tele da más dinero”. En eso de la tele, alguno de los asistentes también sabe lo suyo. Como Nico Abad, que compartió canapés y confidencias con Raquel Sánchez Silva, o Ana García Siñeriz, que, aunque sin su presencia diaria en Cuatro desde el final de ‘Chanel Nº4’, sigue colaborando con la cadena de Sogecable y acompaña a Carles Francino en las mañanas de la SER.

Junto a ellos una feliz y divertida Adriana Lavat que nos contó que llevaba cerca de un año sin acudir a los saraos, “por los niños” y porque, superada su ruptura con el que fuera su marido, Rafa Márquez, lo “único que quiero es trabajar, trabajar y trabajar”. Y parece que lo está consiguiendo, por lo pronto ya forma parte del elenco de la serie ‘700 euros. Diario de una call girl’.

De jefes felices y conversaciones trascendentales

Un poquito más tarde llegó Paloma Lago, con una sonrisa de oreja a oreja después de haber pasado una semana en la pasarela Cibeles. Además de su colaboración con el programa de Susana Griso nos avanzó que ya estaba en conversaciones para iniciar nuevos proyectos profesionales, algo que “me hace mucha ilusión”. Contaba la presentadora que había disfrutado mucho durante la Madrid Fashion Week aunque fue una semana muy intensa en la que “estaba todo muy condensado”, aunque eso no le ha supuesto un problema a la hora de compaginar vida laboral y familiar.

La familia y su educación era lo que preocupaba al actor y director Fernando Guillén Cuervo, que se animó a charlar sobre las nuevas asignaturas que sus hijos tenían que estudiar y algunos contenidos de los libros de texto. La laicidad era el tema de conversación elegido para la fiesta por el director de Año Mariano, que tampoco quiso perderse el evento, vestido, por supuesto, de la marca de la casa.

Como buen anfitrión no podía faltar Briac Pinault, director de Hugo Boss en España, acompañado de su esposa. Muy felices ambos por su reciente paternidad y también por los diez años de vida del perfume. El director de la firma habló con Vanitatis.com y nos contó que estaban muy contentos por ser la firma que viste a la princesa Letizia aunque confesó que “nuestro objetivo es vestir a todas las princesas que caminan por la calle”. Sin duda una apuesta fuerte en tiempos de crisis.

Aunque en la celebración se habló de todo menos de la recesión. Canapés de foie, jamón serrano, mini quiches, o conos de pastel de cabracho saciaron el apetito de algunos mientras la música y la conversación iban trasladando a los invitados hacia la media noche. Y como en cualquier cuento, con las doce campanadas, la fiesta y el sueño acaban. Aunque en esta ocasión, sólo para unos pocos.

Érase que se era una casa de cuento y una habitación con vistas al jardín. Érase un costurero que vestía a una princesa que no nació con sangre azul. Y existía también un aroma que envejecía sin perder una nota y que cumplía años mientras la noche caía sobre Madrid. Y es que los años pasan para todos, incluso para los perfumes.