El amigo de la Infanta Elena

Qué ganas tienes las revistas de volver a ver casada a la Infanta Elena. Cuando todavía no ha iniciado los trámites de divorcio, la revista Lecturas le cuelga a un viejo amigo. Y no es la primera vez que se habla de este joven como candidato a suegro real. El asunto es, cuanto menos, sospechoso. Hola analiza a una Letizia imparable. Según parece, ha hecho los deberes y ahora, gracias a sus vestidos y maquillajes, es una mejor Princesa de Asturias. En Diez Minutos y Semana, los Osborne celebran el nacimiento de su segundo hijo. Aunque están muy ilusionados, a Bertín no le gusta su hijo porque le parece feo. La revista OK! destapa la cara más amarga de la fama a través de ‘El Duque’.

Si hacemos caso a Lecturas, la Infanta es una especie de rompecorazones. Otra vez le han colgado un amigo, aunque en esta ocasión es un reincidente. Se trata de Felipe Zulueta, que es su instructor de hípica y miembro de la Guardia Real. Aunque eso ya lo era antes. La diferencia ahora es que se ha separado y que, casualidades de la vida, su casa está cerca de la de doña Elena. La lógica de la revista es aplastante: alguien dijo que la hija real suspiraba por un hombre y como su mejor amigo es Zulueta… Pues este chico es el amigo secreto. Y a esto le sumamos que la Infanta lleva un broche con forma de corazón. Suerte que no se trata del carnicero del mercado de enfrente. Sea como sea, todo el mundo sabe en Zarzuela la estrecha relación que les une. ¿Será realmente el tapado de la mamá de Froilán o se ha vuelto a confundir la amistad con el amor? Quizás una pitonisa arroje luz al caso.

Una vez recuperados del susto, descubrimos dos noticias en Lecturas cuanto menos inquietantes. Por un lado, Inés Sastre ha vuelto a ser pillada con un amigo, que llevaba a su hijo en brazos y le abrochaba el abrigo. Sin embargo, no es el actor francés con el que estuvo en Roland Garros. O tiene muchos amigos o cambia de novio como de zapatillas. Pero tampoco se puede olvidar la mirada perdida de Charlene Wittstock. La joven, con dos maletones y cara triste, partió rumbo a su Sudáfrica natal horas antes del día nacional de Mónaco. Su ausencia en el balcón real fue lo más comentado de esa jornada. Y eso que todo el mundo decía que lo de su boda estaba hecho.

La que ya hace tiempo que se ganó el puesto es la Princesa de Asturias. Sin embargo, Hola da un repasito a sus méritos. Letizia, tras cuatro años difíciles, ha consolidado su papel real. Ya no le da miedo ni vestir de gala ni ponerse las joyas de la familia. Y a todo ello le ha ayudado su nueva nariz y su perfil más dulce y sereno. Pero quien verdaderamente aprovecha su minuto de gloria es Julio Aparicio. Tras unas instantáneas con Blanca Martínez de Irujo en las que misteriosamente los fotógrafos pasaban por allí, concede una exclusiva para aclarar que la ex de Fran Rivera es sólo una buena amiga, aunque a veces va a verle a la plaza a torear. Los que están felices son Lequio y su nueva mujer. Después de la boda, ahora llega la luna de miel en California. Pero poco les durará la tranquilidad porque en breve se unirán a ellos el hijo de Alesandro y el hermano de María. Esperemos que tengan suerte y que no se les acople también Ana Obregón por eso de que Hollywood queda cerca.

El bebé más feo

Hay amores de padre un tanto extraños. Según cuentan Diez Minutos y Semana, Bertín Osborne y Fabiola han tenido su segundo retoño. Aunque están felices, el cantante ha dejado las cosas claras: “Mi hijo es feo como un demonio” y “mi niño es enorme y horroroso”. Y grande, porque pesó 4,600 kilos al nacer. De hecho, aunque posaron con él a la salida de la clínica, no enseñaron su cara. Además, dijo que el bebé es “mono, mono, mono… un mono” y que tiene el pelo tan largo como el jardinero. Sin duda, unas buenas dosis de humor siempre son necesarias.

Por otro lado, Nadal y su novia Xisca son todo dulzura. Se han ido a Isla Mauricio de vacaciones, donde han sido pillados, pero ellos a lo suyo, al sol y a la playa. La que intenta llevar una vida de lo más normal es Ariadne Artiles. Según Diez Minutos, la joven fue a una gasolinera a lavar ella misma su coche. Otros intentan demostrar que su relación va en serio en Disneyland París. Y es que hasta allí se han ido Carlos Moyá y Carolina Cerezuela para posar con el pato Donald y desmentir así una posible crisis de pareja. Les hubiera salido más barato hacerse una foto con el oso y el madroño. Total, para repetir lo mismo. En la revista OK! descubrimos con sorpresa la relación agridulce de Miguel Ángel Silvestre con la fama. No todo es color de rosa. Aunque sí para Paris Hilton. La heredera más cutre ingresa miles de millones por sus negocios. Si al final, va a ser un buen partido.