A tortas por las herencias

Junior y sus hijos son por el momento la última familia que anda a la gresca por la herencia de la madre. Y no serán ni los últimos ni los primeros. Antes fueron los Gucci con “la viuda negra”, Patricia Reggiani, acusada de la muerte de Mauricio. O los Thyssen, sin asesinato por medio pero con descalificaciones tremendas. O Paris Hilton, a la que su abuelo ya ha desheredado…

 

Hace poco los Mohedano/Carrasco/Ortega han solucionado por fin sus desencuentros por unos bienes que Rocío Jurado había dividido según sus deseos. Después se vio que esas últimas voluntades no lo eran para algunos de los miembros de la saga y los desencuentros se convirtieron en el pan de cada día. Donde Rocío había dicho “esto para ti y esto otro para el otro” se cambió o se intentó cambiar con el consiguiente mosqueo para los herederos. El resultado de estas disputas fue que los plazos se iban agotando y que la minuta de los abogados iba subiendo exponencialmente a la falta de acuerdos. Tanto es así, que hasta este mes de enero no se ha solucionado definitivamente el asunto. Han tenido que pasar tres años para que cada uno de los herederos de ‘La Mas Grande’ tuviera por fin su trocito de herencia apañada.

 

Y si por fin la hija, los tíos y el torero se pusieron de acuerdo, solucionar la herencia de Rocío Durcal lleva todo el camino de acabar como el rosario de la aurora. El aperitivo ha venido por parte de los hijos mayores, Antonio y Carmen, que han tomado la decisión de demandar al padre porque consideran que la repartición no se ajusta a la realidad. Shaila, la pequeña que vive en México, ha preferido por ahora no sumarse a la petición legal aunque sí apoya la reivindicación filial. Una actuación un tanto sorprendente porque no se entiende muy bien cual en su papel en esta batalla judicial. Nadar entre dos mares no suele dar resultado porque al final se acaba a tortas con los dos bandos.

 

De todas formas, imagino que Shaila, que vive en México, habrá sopesado todas las variantes. Estaba al tanto de la noticia y su publicación no la pilló desprevenida. Tiene información de primera mano porque habla casi a diario con su padre, y algo menos con los hermanos que no quieren saber nada de su progenitor. Parece que el detonante de ese distanciamiento fueron las memorias que publicó Junior donde contaba ciertas intimidades que disgustaron a los dos mayores. Aunque visto lo visto, podría ser que el malestar viniera de lejos y tuviera que ver en realidad con la repartición de bienes no consignados.

 

El caso es que esta nueva guerra de los herederos ha sorprendido. Aparentemente se trataba de una familia estructurada donde los malos rollos no formaban parte del entramado cotidiano. Se suponía que Rocío Dúrcal había dejado todo solucionado para que estas peleas por el “yo quiero”, “esto es mío” o  “a mí me corresponde más que a ti” no tuviera razón de ser. Y aunque en un principio no hubo problemas de testamentaria, ahora, tres años después de la muerte de Durcal, los hijos mayores han demandado al padre aduciendo -según la información publicada  en Hola- que las cuentas no están claras. Y este conflicto que las partes han hecho público no ha hecho más que empezar.