Los ‘celos’ de Letizia y sus cuñadas

Si la rumorología de palacio decía, y dice, que la relación entre Letizia y sus cuñadas las Infantas se ha ido enfriando a medida que la Princesa iba ganando confianza y seguridad en su puesto de trabajo (así es como lo entiende), desde que la crisis ha llegado a nuestras vidas las diferencias son cada vez más profundas y difíciles de limar.

De entrada, Letizia ha cortado por lo sano con todo aquello que pueda dar que hablar sobre gastos y presupuestos. Ella no desea levantar las envidias del españolito de a pie que a estas alturas del año ya vislumbra que este verano no habrá ni un rescoldo de los ahorros para las vacaciones. En contra de las Infantas, que fueron casi las primeras en abrir esta temporada las pistas de esquí de Baqueira con sus hijos, los Príncipes de Asturias ni se han ido a esquiar ni tampoco han salido de caza.

Viajes los justos de su agenda y fuera de protocolo sus escapadas han sido por los alrededores de Madrid, a casas de amigos y a comidas con niños. No ha habido ni excursiones a parques temáticos, ni desplazamientos a climas cálidos ni descansos en balnearios de moda, al menos que se haya descubierto.

Letizia está decidida a emular a Diana de Gales en cuanto a convertirse en la princesa del pueblo y no sólo ahorra en sus trajes de gala y de diario, sino que sus lujos se basan en ir al cine con el Príncipe los domingos por la tarde o en organizar cenas en casa con sus amigos más cercanos y, por supuesto, la familia. Tal vez por todo esto sea por lo que estuvo de lo más agradable con los invitados al cumpleaños de la Infanta Margarita mientras cuentan y no paran sobre la cara tan larga que lució su cuñada Cristina o los gestos que apenas disimula Elena.