La duquesa y su 'procesión a la carta'

Cuenta la leyenda que en una ocasión un hombre muy devoto de una Virgen sevillana pidió que curara al hijo enfermo. Hizo una promesa que consistía en acompañarla en procesión durante toda su vida. El hijo no sanó y él hombre juró que nunca más volvería a participar en el desfile mariano. “Si me quiere ver que venga a mi casa “, dicen que dijo.

Al año siguiente, una lluvia torrencial hizo que los costaleros de la Hermandad resguardaran la imagen en un portal. Justo el del descreído que vio como la Virgen había decidido hacerle caso e ir a verlo. Esa historia, que no se sabe si es realidad o ficción como sucede con ‘la niña de la curva’ y otros cuentos urbanos, no le va a ocurrir a duquesa de Alba. La procesión de Nuestro Padre Jesús de la Salud y la Santísima Virgen que pasará el jueves por el Palacio de Dueñas de madrugada va a cambiar esta Semana Santa su recorrido.

No será el camino oficial y principal donde los abonados tienen sus sillas y las balconadas adornadas y alquiladas desde el año anterior, sino de vuelta a la Catedral alrededor de las once de la mañana. Una hora más acorde para que Cayetana “reciba” en la puerta de su casa a su Cristo de los Gitanos y dé la “llamada” y no a las tres de la madrugada como debería haber sido. La aristócrata se encuentra muy bien, pero está muy reciente aún su última operación.

Este cambio de recorrido ha sido una decisión tomada por la Hermandad en agradecimiento a los muchos detalles de carácter económico y de ayudas a los Hermanos por parte de la señora de Dueñas -regaló el manto de una de las imágenes y arregló la capilla-. Si Cayetana no puede ir a la procesión, la procesión va a verla.