Elena Salgado, doblemente Vogue

Cinco años han pasado desde el número de Vogue España que revolucionó a la clase política española. Cinco años sin que hayamos podido ver a otra ministra en sus páginas. Hasta ahora. La titular de Economía -sola y sin necesidad de nadie- acapara el protagonismo de la última edición de la revista. La polémica de su primera vez y las malas críticas que recibió hace unos meses Soraya Sáenz de Santamaría luciendo modelito en la portada de El Mundo no han frenado a Salgado. “¿Por qué no?”, contestó ante la invitación de la revista.

Cuando se dejó fotografiar en 2004 junto a María Teresa Fernández de la Vega, María Jesús San Segundo, Carmen Calvo, Magdalena Álvarez, María Antonia Trujillo, Cristina Narbona y Elena Espinosa, de ella se dijo que era la más fotogénica, y ha vuelto a demostrarlo posando con un vestido de seda natural azul empolvado, con flores de jacquard y cinturón forrado del mismo tejido, de Alma Aguilar. Suyo, por supuesto, al igual que los complementos, pues, aunque los estilistas de la revista pusieron a su disposición broches, pulseras y pendientes, ella se colocó los propios.

La publicación la presenta como la mujer más poderosa de España. “No me falta ilusión, ganas y esfuerzo”, comienza Elena Salgado en la extensa entrevista que le realizaron. “El presidente ha confiado en mí y eso es lo que me da fuerza”. De su predecesor Solbes comenta que es “una persona estupenda; de los que nunca se enfada” y de José María Aznar, que “lo hizo bien”. Pregunta por la gestión económica llevada a cabo por el gobierno del ex presidente reconoce que “es verdad que con José María Aznar conseguimos cumplir los criterios de Maastricht y entrar en el euro, eso lo hizo bien, y eso es así. Pero yo creo que se viene haciendo bien desde los años 90, e incluso en los 80. En el año 85 conseguimos entrar en la Unión Europea y a partir de entonces comenzamos un proceso de asimilación de nuestra economía, de nuestras finanzas, a estándares europeos. Dicho esto, quiero recordar que la primera legislatura de Rodríguez Zapatero ha sido una legislatura de superávit por primera vez en nuestra historia económica reciente”.

De la actual legislatura; la que interesa, aborda, como era de esperar, la cuestión económica. Sugiere a los españoles que no se endeuden más y distribuyan de manera racional los recursos disponibles que tengan entre el ahorro y el consumo, y pide confianza en el futuro, que pasa por consumir.

Se sincera: “La economía probablemente está tocando fondo. Pero en un punto bajo, con unas tasas de decrecimiento de la actividad que han sido muy importantes. La recuperación al principio va a ser lenta. Todavía nos quedan muchos sinsabores; queda tiempo antes de que el empleo se recupere”. Para Salgado, que basa el plan para recuperar la sostenibilidad de nuestras finanzas en la “austeridad”, ésta no pasa por la reforma laboral, sino por conseguir que el gasto público sea más eficiente, pero también los agentes sociales tienen que ser más flexibles. Sería bueno que la negociación colectiva fuese más abierta”.

“Nos flagelamos más de lo necesario”

A su modo de ver las cosas, “nos flagelamos más de lo necesario, porque ni los impuestos son altos, ni nuestra deuda es alta, ni nada por el estilo”. Salgado, licenciada en Ingeniería Industrial, cree que ante la crisis están actuando “deprisa y bien”.

Con respecto a la deducción de los 400 euros, explica que “as inversiones tendrán que retrasarse como también se retrasarán algunos compromisos que se asumieron en un momento en el que nadie preveía que pudiera llegar esta crisis”. Preguntada por la inflación, Salgado cree que “vamos a acabar el año con décimas positivas, aunque muy poco, cercano a cero, previsiblemente” y pide que no se tenga miedo al futuro “porque saldremos de esta crisis. Y además, reforzados”.

Incumplida la promesa de pleno empleo de Zapatero, Salgado cree que no es el momento de hablar de ello, sino de “bajar las cifras de paro que tenemos”. ¿Dimitiría si la cifra de desempleados llegase a los cinco millones de españoles? “Si por el hecho de dimitir, al día siguiente surgieran del suelo cuatro millones de empleos, no tenga ninguna de que lo haría”.