Carmen llora por el abandono de Borja

Las amargas lágrimas de Petra von Kant era una película de Fassbinder cuyo título sirve para reflejar la situación personal que vive Carmen Cervera. Desde que se organizó todo el lío con sus memorias desmemoriadas, donde supuestamente la guinda a sus recuerdos era contar al mundo el secreto de la paternidad de las mellizas, la inestable relación con su hijo se fue a pique. 

Se tuvo que enterar a través de la revista ¡Hola! de que iba a ser abuela y después, por un comunicado, que ya no había nieto. Por parte del hijo querido tuvo que soportar maledicencias varias que -decían- provenian del entorno de su madre. O al menos así se dijo públicamente. Carmen ha intentado por todos los medios tender un puente ( o muchos) y sobre todo encontrar intermediarios que le hagan llegar el único mensaje que a ella le interesa. Más o menos el contenido sería parecido al que enviaban los participantes del programa de Gemio 'Hay una carta para ti', donde los cortocircuitos familiares solían tener como punto de partida la falta de comunicación.

Resumiendo: Tita quiere decirle que lo único importante en su vida es él. Pero, por ahora, la línea directa con el 'niño de sus ojos' está rota. Sus llamadas se reciben en el móvil de Borja, pero él no lo coge; se lo pasa al guardaespaldas. Lo mismo hacía la baronesa con algunas amistades a las que ha dejado de lado, precisamente porque en su día le reconvinieron la guerra abierta que había entablado con la nuera Blanca. Le anunciaron que era una batalla perdida y no hizo caso. Ahora parece que se arrepiente y quiere deshacer el entuerto y así lo repite como un mantra a los amigos que tiene alrededor y que en ocasiones sólo le dicen lo que ella quiere escuchar.

Con estos mimbres es complicado solucionar unos problemas que vienen ya de muy atrás y con demasiadas cosas que echarse en cara. Borja no cumplió con los pactos que había acordado con su madre; tanto personales como los relativos a su relación laboral con la fundación. Y si la madeja estaba liada, ahora se abre otro capítulo con supuestas denuncias por ajustes hereditarios, filtraciones interesadas de documentos que nunca deberían ver la luz y acusaciones de todo tipo, que pueden desestabilizar más aún la relación materno filial. La semana pasada Carmen estuvo en Gijón recogiendo un premio que le entregó la alcaldesa Paz Fernández Felguerosa. De cara a la galería todo eran risas y buena cara. Después, en la intimidad, cuando ya no había que interpretar ningún papel, hubo gente que la ha visto llorar amargamente.

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