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Carmen Cervera y su hijo no se hablan
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Carmen Cervera y su hijo no se hablan

Cuando la llamaron para decirle que sería de nuevo abuela y que la noticia formaba parte de la última exclusiva de su hijo querido (la nuera

Foto: Carmen Cervera y su hijo no se hablan
Carmen Cervera y su hijo no se hablan

Cuando la llamaron para decirle que sería de nuevo abuela y que la noticia formaba parte de la última exclusiva de su hijo querido (la nuera no existe como se ha podido comprobar en sus memorias) no se lo podía creer. Al principio pensaba que era una broma, pero dadas las características del mensajero la duda duro el tiempo que tardo en procesar el mensaje. De nuevo la guerra de los Thyssen/Cuesta al rojo vivo.

Además de lo que significaba enterarse por un extraño de la nueva paternidad, lo peor vino cuando vio el reportaje de ¡Hola! y sobre todo los dardos envenenados que lanzaba la pareja feliz. Después de pasar quince días de 'gratis total' en el Matamua -el megayate de Tita- ni una palabra de agradecimiento, ni una referencia a esa estancia donde los pañales de Sacha también se pasaban al 'debe' de la baronesa.

En cambio Borja se deshacía en elogios al tiempo que han pasado con los Cuesta y los felices que han sido con los padres de ella. Para echar más leñas al fuego explicaba que fueron sus suegros los primeros en enterarse de la noticia. Si Tita no quería una taza, ha tenido doble ración.

Recién llegada de un crucero por el Mediterráneo con parada en los puertos más elegantes -Saint Tropez, Portofino…- y compartiendo travesía con la pintora Mercedes Lasarte y un matrimonio amigo vecinos de San Feliu, Carmen parece que aún no se ha repuesto.

La relación con su hijo ha sido prácticamente inexistentes desde hace un mes. Desde el mismo momento en que los B&B tuvieron que abandonar el barco. Borja no devuelve las llamadas a su madre y es el guardaespaldas quien recoge los mensajes que le deja la desolada madre. Blanca tampoco hace nada por arreglar la situación y, según el entorno de Tita, es ella la que malmete.

Es verdad que la baronesa ha ejercido de suegra malvada y que ha dado poco margen de maniobra con peticiones de paternidad y filtraciones perversas. Pero lo llamativo del caso es que la pareja, en vez de cortar por lo sano desde el minuto uno en que se cuestiono la filiación del nieto, han tragado con todo con tal de que mamá soltara el dinero.

La ética importa poco si a cambio hay un casoplón en Pedralbes -la zona noble de Barcelona- y otra oferta parecida en Madrid. Dicen que Borja y Blanca andan escasos de liquidez y que por eso han vendido el Hammer, que gastan a manos llenas, que en mantener las casas de Ibiza y Barcelona se les va un pico y lo mismo con los desplazamientos.

Antes ayudaba mamá baronesa que ha cerrado el grifo porque Borja no ha cumplido lo prometido, que entre otros puntos estaba el que se dedicara a trabajar. O cuanto menos que disimulara interesándose por la fundación y acudiendo al menos un día por semana  para recibir clases de un catedrático de Arte. Pero ni por esas. De nuevo la guerra de los Thyssen se recrudece. ¿Cuál será el siguiente capítulo ahora que ya no hay bebé?

 

Cuando la llamaron para decirle que sería de nuevo abuela y que la noticia formaba parte de la última exclusiva de su hijo querido (la nuera no existe como se ha podido comprobar en sus memorias) no se lo podía creer. Al principio pensaba que era una broma, pero dadas las características del mensajero la duda duro el tiempo que tardo en procesar el mensaje. De nuevo la guerra de los Thyssen/Cuesta al rojo vivo.