Adriana Abascal no entiende de formas

Era la noche de Isabel Preysler y su presencia no defraudó. Joyería Suárez sabe que es una valor seguro y apuesta por ella desde hace ocho años. Pero la gala musical benéfica trajo consigo una duda ¿es Adriana Abascal su digna sucesora?. Para algunos la velada dio pistas para creer que no, mientras que la ex de Julio Iglesias mostró sus tablas ejerciendo magistralmente su rol de anfitriona en el debut de la colección ‘Élite By You 2009’. (Ver álbum con las imágenes de la fiesta)

En cambio la ex de Juan Villalonga todavía está muy verde. Isabel es una auténtica profesional, lleva “sangre rosa” en sus venas, está acostumbrada a hablar con la prensa, a pesar de su timidez. Además la señora Boyer tiene el detalle de dirigirse a la prensa que la conoce desde hace tiempo por su nombre.

La Preysler es un icono a la vieja usanza, lleva directamente su agenda y a través de su móvil se pone en contacto con las firmas que confían en ella. Con todos estos años de bagaje no le ha hecho falta contratar a un manager, mientras Adriana Abascal necesita tener cerca una persona que le despeje el terreno. No es cuestión de criticar la figura del representante artístico, haberlos haylos y muy buenos.

Por ejemplo la simpar Nati Abascal, vestida por Elie Saab y pieles de Nelsy Chelala, tiene a su vera en muchas ocasiones a Beatriz Santamaría. Discreta y eficaz la propietaria de la agencia SSM deja a sus representados moverse a sus anchas siempre que exista un respeto entre ambas partes. En el polo opuesto a estas dos damas, por lo visto y oído se encuentra la mexicana, dicen que de mal en peor asesorada.

La noche del jueves Adriana llegó al Gran Teatro del Liceo casi fuera de hora, justo para hacerse la foto y luego esfumarse. Alguien comentó que estaba asustada por el revuelo levantado tras su separación del ex Presidente de Telefónica. Una vez finalizado el espectáculo Tango y Lágrimas auspiciado por Suárez, la Abascal se sumó al grupo selecto de 300 invitados a la cena ofrecida en el foyer del recinto operístico.

Siguiendo el rastro de la ex Miss, cual fue nuestra sorpresa cuando al acercarnos a la bella dama, vestida de negro de Yves Saint Laurent, nos dejo con la palabra en la boca. La pregunta era sencilla, de premio: ¿de quien es el vestido que lleva? eso si previa presentación a cargo de Nati Abascal. Tras su sonrisa espectacular, la respuesta fue breve, un vocablo en inglés, dándose posteriormente la vuelta.

Por si eso fuera poco apareció acto seguido, rauda y veloz su representante o secretaria, que con acento de allende los mares espetó “no hace declaraciones”. Nuestro asombro fue mayúsculo y como chivatos de colegio se lo comunicamos a la maestra Presyler, sorprendida por el desaire “a la mexicana”.

Observando esta secuencia de pocos segundos no nos sorprende un apodo que corre por algunos corrillos rosas a cerca de Adriana ‘Miss Cuernavaca’ ¿será por sus ínfulas?. Esta podría ser la respuesta a la cuestión de por que la mexicana no ha logrado triunfar en España como pretendía.