La baronesa Thyssen y su tercer secreto

El año pasado por estas fechas la posibilidad de una reconciliación entre Carmen Cervera y su hijo era factible. Aunque el mal rollo era palpable, se circunscribía al ámbito familiar. Públicamente Tita decía lo contrario aunque ya se sabe que lo que la baronesa asegura por la mañana lo desmiente por la tarde e incluso puede haber una tercera versión si acude a cualquier festejo.

No hay que olvidar que antes las variaciones afectivas dependían del desencuentro que hubiera tenido con la nuera más que con el hijo al que, a día de hoy, sigue exculpando de muchas de las cosas que han sucedido. Aunque también hay declaraciones de la baronesa que resultan de los más chusco. Sobre todo las referidas a la abducción del niño de sus ojos por una secta que, sorprendentemente, está compuesta por algo menos de una decena de personas. 

Más tarde explicaría a un grupo reducido de periodistas que en realidad se trataba de una metáfora, que la secta no era tal sino que ella se refería a los malos consejos que estaba recibiendo Borja de su familia política y de los cuatro amigos que le frecuentan.

La verdad es que imaginarse a Heidi Uknoff, la mamá de Blanca como la jefa de una comunidad ilegal del tipo de las que inmolan a sus adeptos para sacarles el dinero queda demasiado peliculero. En realidad lo que ya no forma parte de ningún guión de novela de terror es el juicio que a finales de enero enfrentara a madre e hijo. 

Primero deberán declarar otra vez Borja, Blanca, el abogado y ratificar su declaración la baronesa, además del personal de servicio y los guardaespaldas. Un asunto muy feo donde seguramente ni la madre ni el hijo saldrán bien parados. La realidad es que estas navidades Carmen Cervera las pasara en San Feliú con sus mellizas y un par de amigos fieles entre los que se encuentran la pintora Mercedes Salazar y Antonio Salcedo que, a pesar de no estar muy de acuerdo con algunas de sus actuaciones, no quieren dejarla sola.

A diferencia de otros años, Manolo Segura brillará por su ausencia. Tita no está nada contenta con la aparición televisiva del que fuera su ex novio y padre biológico de Borja, y es muy posible que lo explique en el publireportaje navideño que ha protagonizado con sus hijas y que veremos muy pronto.

¿Revelará un nuevo secreto para animar esa hoguera de las vanidades en que se ha convertido el amor materno-filial? Algunas de las personas que últimamente han coincidido con ella en fiestas varias aún no se han repuesto de las manifestaciones íntimas que Tita les describía.