Kardam de Bulgaria y su esperanza vital

Hace más de un año y medio que el príncipe búlgaro tuvo el accidente de coche que actualmente le mantiene en una situación vital complicada. Un 15 de agosto, cuando regresaba con su mujer de su finca segoviana de Riaza, el coche que conducía se empotró contra un árbol. En aquel momento los médicos del SAMUR que le atendieron en el lugar de la tragedia y más tarde los especialistas de urgencias del hospital Doce de Octubre dieron pocas esperanzas.

Fueron días muy críticos donde la vida de Kardam pendía de un hilo, mientras su mujer Miriam Ungría que viajaba con él se recuperaba lentamente en otro centro hospitalario madrileño. El paso del tiempo ha sido el mejor recordatorio para la esperanza. Si en aquellas primeras semanas el comentario general por parte de familiares directos y amigo íntimos era de absoluta congoja, desde el verano parece que algo ha cambiado y existe ese punto de inflexión donde hay cabida para cierto optimismo.

Desde que se recuperó físicamente, Miriam, que ha demostrado ser una mujer valerosa, decidida y con una tenacidad a prueba de bombas, se ha dedicado a investigar cualquier posibilidad que permitiera la mínima recuperación de su marido.

El traslado del hospital al domicilio familiar fue la primera decisión. El ambiente familiar y conocido siempre resulta una buena terapia como así fue. Más tarde a Miriam le hablaron de un centro en Galicia donde a veces lo que parecen milagros son en realidad recuperaciones médicas ideadas por el doctor Jesús Devesa y su equipo.

Él mismo explicaba al Correo Gallego en qué consisten sus tratamientos e investigaciones: "Mi vida investigadora se basó siempre en la hormona del crecimiento y en su acción mucho más allá de la específica del crecimiento fisiológico. Investigo y en Foltra aplico las posibilidades que ésta tiene sobre factores claves como la función circulatoria, la cicatrización, el sistema óseo o la proliferación celular. Esto es algo que no se está haciendo en ningún sitio en medicina pública y nosotros fuimos los primeros en aplicarlo y en publicarlo oficialmente, en el Professional Medical Journal”.

Desde el primer momento Miriam apostó por esta fundación. Alquiló una casa y se fue con su familia. Allí la visitaban sus hermanos, que han sido su gran apoyo. De la familia política, quien se volcó desde el primer día fue Kubrat, el hermano médico. Cuando acabaron las vacaciones los hijos volvieron a Madrid para continuar con sus estudios y su vida cotidiana.

Miriam, por su parte, permanece en Galicia junto a su marido que hace unos días y como ha publicado la prensa gallega tuvo que ser ingresado en el hospital provincial por una insuficiencia respiratoria que, según parece, puede padecer cualquier enfermo sea cual sea su patología y su estado físico. En el caso de Kardam los pequeños logros de recuperación son el mejor regalo para Miriam, la familia y todos aquellos que están volcados con su afecto y dedicación para que el príncipe búlgaro salga adelante.