Laura Sánchez: "Nunca posaría para Interviú"

Cabezota, leal y alegre. Así se define la modelo y actriz Laura Sánchez, que vive su mejor momento tanto fuera como dentro de la pequeña pantalla, donde interpreta a Pepa Miranda, un personaje de Los hombres de Paco que rompe esquemas. Está feliz junto a su nueva pareja, el músico canario Daniel Ascanio, y su hija Naia, fruto de su relación con el jugador del Athletic de Bilbao Aitor Ocio, es su mayor satisfacción. No para de trabajar. Ahora se acaba de convertir en la cabeza visible de unas conocidas máquinas de afeitar. Vanitatis ha podido hablar con ella.

Pregunta: No para de trabajar, ¿recuerda por qué decidió ser modelo?

Respuesta: Fue por pura casualidad. Con 16 años, mi padre me apuntó a una escuela de modelos para que me sacase mi dinerillo y dos años más tarde vivía en París haciendo Alta Costura. Pero a mí, en verdad, el mundo de la moda nunca me había interesado. Ni compraba revistas como hacen ahora ni nada de nada.

P: ¿Destacaba mucho Laura Sánchez entre sus amigas, sus compañeras de clase, sus primas…?

R: ¡Qué va! Sólo destacaba por graciosa. Me llamaban ‘la larga’. Nunca destaqué por nada más. Y con 14 años medir 1,80 fue traumático.

P: Más tarde dejó de alguna manera las pasarelas a un lado para potenciar su chispa y su buen humor y terminó formando parte de una de las series más conocidas de la parrilla, Los hombres de Paco.

R: Di a luz a mi hija Naia y sabía, por la experiencia de otras compañeras, que el mundo de la moda era un poco reacio a volver a contratarte. Así que cuando La Sexta me ofreció hacer los monólogos acepté sin pensarlo. Además yo siempre he sido de contar chistes y de la broma fácil. Tenía tiempo para estar con mi niña y era sólo una vez a la semana… hasta que Luisa Narciso me vio y me propuso hacer la serie y ahí sigo.

P: ¿Alguna asignatura pendiente con el mundo de la moda?

R: Desfilar para Yves Saint Laurent. Estuve tres veces confirmada y tres veces denegada, aunque tuve la suerte de conocerle.

P: ¿Se arrepiente de no haber posado nunca para Interviú?

R: He hecho cuatro desnudos a lo largo de mi carrera. Y la premisa sigue siendo la misma: tienen que estar muy bien cuidados, así que no posaría para Interviú. El último saldrá la próxima semana en la revista Elle. ¡Y sin photoshop!

P: ¿Le ha perjudicado de alguna manera haber comenzado en las pasarelas para abrirse camino como actriz?

R: La interpretación es un gusanillo que me ha picado y quiero seguir aprendiendo. Es cierto que los actores y actrices de la serie eran los más reacios en principio pero es normal porque yo también critico a los actores que se meten a modelos. En España no se entiende que puedes llegar a ser buena en todo lo que hagas. Ni me siento reflejada en Carla Bruni, polifacética donde las haya, ni sueño con el Oscar ni mucho menos.

P: ¿Qué le ha dado la televisión que no le haya dado la moda?

R: Un vocabulario mucho más extenso del que tenía antes y una popularidad muy grande en la calle. Nunca lo llegué a imaginar.

P: ¿Está abrumada? ¿Le condiciona?

R: Claro que te condiciona. Hay gente educada y muy mal educada. No hay derecho a que te juzguen porque el miércoles por la noche salgas en una serie y te cueles en sus casas por un ratillo.

P: ¿Qué es lo que peor lleva de la fama?

R: Llevo fatal que los paparazzi me persigan. Estoy con el hacha arriba, pero soy muy buena torera y me escaqueo de las preguntas que no me interesan. Prefiero no enfadarme porque la situación es para hacerlo, pero yo respeto a los periodistas y mucho. Los que no me gustan son los que me esperan a la puerta de mi casa y quieren sacar una foto con mi hija. Sale una leona, una Laura que no me gusta nada.

P: Pero, ¿usted es de las que compra las revistas del corazón los miércoles?

R: Sí, lo hago. Y muchas veces me llevo sorpresas. Rupturas inexistentes, novios que no conozco ni siquiera yo…Cuando no tienes pareja te colocan a todo lo que se mueva. Suerte que ahora tengo novio [el músico canario Daniel Ascanio] y no me llevo ninguna sorpresa de ese tipo.

P: ¿Qué dice su hija pequeña cuando la ve en la televisión o en los periódicos?

R: Mi hija lo ve como algo normal. Ve jugar a su padre o ve un póster mío y dice "mira mamá, tú". No le da mucha importancia porque todavía es pequeña.

P: ¿Cómo cambió la maternidad su vida? ¿Es complicado compaginar su vida personal con la profesional?

R: Te cambia todo. Te vuelves miedosa y toda tu vida gira en torno a ella. Es complicado compaginarlo pero lo hago y no me considero ninguna superwoman.

P: ¿Le gustaría volver a ser madre?

R: Por supuesto. Además, me encantaría adoptar. Es una idea que tengo desde los 18 años.

P: ¿Sigue manteniendo las mismas amistades que cuando comenzaba y no era conocida?

R: Mantengo a la misma gente. La madrina de mi hija es mi amiga desde hace muchos años y he estado con mis amigos de juventud ahora en la Semana Santa de Huelva. Más tarde hice muchos amigos en el mundo de la moda y ahora en el de la interpretación.

P: Su papel en la serie de Los Hombres de Paco es el de una mujer lesbiana que pierde al amor de su vida, si fuese lesbiana en la vida real, ¿con qué mujer se iría a la cama?

R: Con la actriz Kristin Scott Thomas. ¡Me fascina!

P: Y si pudiese elegir entre Rajoy o Zapatero, ¿con quién se iría a tomar una caña?

R: Detesto a todos los políticos. Por eso no me comparo con Carla Bruni.

P: ¿Qué le quita el sueño a usted?

R: Sueño mucho con toros, que me persiguen pero que nunca llegan a engancharme.

P: ¿Se declara antitaurina entonces?

R: No. Me gustan mucho los toros, pero estoy a favor del debate. Lo único que me disgusta es que se salga a la calle para protestar por esta cuestión cuando hay otras mucho más importantes que resolver.

P: El último ataque de risa que recuerde…

R: Me suelo reír en los funerales porque es cuando no puedes hacerlo. Termino saliendo de la Iglesia y todo.

P: No se quiere morir sin…

R: Conocer a mis nietos.

P: De no ser modelo y actriz, ¿qué hubiese sido?

R: Veterinaria o fotógrafa.

P: ¿Qué es lo que peor se le da hacer?

R: Cantar. Me gustaría tener mejor oído.

P: ¿Dónde le gustaría estar en este mismo momento?

R: Con mi hija, perdida por el campo y haciéndole fotos.