Mónica Hoyos, de presentadora a zapatera

“Kuyay significa amor en quechua y es el amor lo que mueve el mundo”, explica Mónica Hoyos. Por ese motivo, ella ha elegido esa palabra para dar nombre a su línea de zapatos. Aunque del amor, del de pareja, en estos momentos no quiera saber nada. Ilusionada, emocionada y comentando todos y cada uno de los detalles del calzado que presenta, y que ella misma ha diseñado, la actriz hispano-peruana se pone ante la prensa.

“Es una colección pequeña, pero todos los zapatos son made in Spain, los hacemos en Alicante”, cuenta con orgullo. Son muchos meses de trabajo y una época complicada, pero dice, “era ahora o nunca”. Por eso, con la que está cayendo, se ha “tirado de cabeza a la piscina porque ahora mismo las cosas están muy mal y tenemos que intentar apoyarnos entre todos para darnos trabajo”.

Por eso ella lleva al mercado sus diseños, que estarán a la venta en Madrid y Barcelona, aunque primará la venta por Internet. “No quiero montar una cadena de zapaterías, simplemente quiero enseñar algo que me gusta”, cuenta. “Mi mayor logro es que a una chica le gusten y se las ponga, y con eso me basta. De momento, cuando no tenga ni un duro, veremos”, asegura.

La semana pasada celebraba su cumpleaños rodeada de “amigas de toda la vida”, entre las que se encontraban Arantxa de Benito, Ivonne Reyes y Makoke. “Fue una cena tranquila y con cosas maravillosas”. Cuenta que una de sus amigas dijo en medio de la cena: “Vamos a hacerle un regalo a Mónica”, y el regalo consistía en que “cada una tenía que decirme unas palabras. Lloré muchísimo, porque a veces no te das cuenta de la falta que te hace escucharlo”.

Asegura que aquello la emocionó porque “Soy una persona muy fuerte, muy independiente y a veces me creo super girl y no lo soy. Que digan que hablen, yo sé que no es como lo cuentan, pero al final también te afecta”.

“Han hablado muchísimo de mí, se han dicho muchas cosas, pero bueno, está bien, será una forma de decirte que te quieren” dice irónica para añadir con una mueca: “que te quieren a su manera”. Entonces recula y dice: “Vamos a dejarlo ahí, porque yo no voy a entrar en polémicas, y también es verdad que yo no tengo porqué gustarle a todo el mundo. Habrá gente a la que guste más y que le guste menos”.

Entre las cosas que se han dicho sobre ella en los últimos tiempos están los rumores de una relación con Jesús Cabanas, ex marido de Marta Sánchez. A ese respecto dice: “Jesús es un amigo. El otro día hablábamos de mi cumpleaños, de cómo está él…” cuenta, pero también asegura: “Es un amigo al que yo conocí hace muchísimo tiempo, porque era del grupo de Carlos, y punto. Quizá ahora, por su situación personal y la mía, pues nos hayamos visto más veces. Desde luego no hay nada más”.

Ahora dice, su vida se compone de “pequeños pedacitos”, que compuestos en un enorme puzzle hacen que esté “tranquila y feliz”. Su mayor ocupación y preocupación es su hija Luna, fruto de su relación con Carlos Lozano. “Soy mamá 24 horas. Pero tengo la ayuda de su padre, de sus abuelos y de la familia en general, siempre he pretendido que crezca con la familia y que se sienta querida”, asegura.

Tras su relación con Lozano, a ella se la relacionó sentimentalmente con Cayetano Martínez de Irujo, aunque aquello nunca llegó a cuajar del todo. “Ahora hablamos muy poco”, comenta cuando le preguntan por él, pero, pese a todos los comentarios que se hicieron sobre ella, se queda con la parte positiva y sigue adelante. El día de su cumpleaños alguien le envió flores, y aunque no quiere desvelar el nombre de quien le hizo el regalo -sí dejó claro que no fue Cabanas-, parece que algo nuevo se está fraguando. Quizá todavía sea demasiado pronto para hablar de amor.