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Cónclave de 'vips' y 'celebrities' en los premios Telva
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Cónclave de 'vips' y 'celebrities' en los premios Telva

Menos mal que Ana Obregón no estaba invitada a los premios T de Telva que se celebraron anoche en el Palacio de Cibeles de Madrid, porque

Menos mal que Ana Obregón no estaba invitada a los premios T de Telva que se celebraron anoche en el Palacio de Cibeles de Madrid, porque Huxley, Pasteur y toda la ristra de reputados biólogos que han teorizado sobre la generación espontánea hubiesen dejado de ser importantes. Ella es experta en la mosca del vinagre, todo hay que decirlo, pero hubiese detectado a primera vista que lo de los famosos en la fiesta de la revista no era normal. No se acaban nunca. Brotaban por todas partes y sin parar. Lo mismo salía Carmen Lomana, ideal de la muerte vestida en plan vestal griega, que aparecía Nieves Álvarez ya con los zorros puestos. O Arantxa de Benito, sempiterna ex de Guti, con el avestruz por echarpe. Pedro Jota, uno de los anfitriones junto a Olga Ruiz y Carmen Iglesias, estaba alucinado.

Blanca Cuesta, señora de Borja Thyssen, jugaba a ser vampiro con un vestido verde, que no tenía nada que ver con el Elio Berhanyer vintage que llevó Alejandra Martos, hija de Raphael y Natalia Figueroa, que, aunque la gente piense que vive del cuento, trabaja como restauradora de cuadros. Aunque en elegancia, sin duda alguna, ganó Patricia Rato, con un modelo hecho para la ocasión por Eduardo Ladrón de Guevara, que lo mismo diseña para Paloma Cuevas o Estrella Morente que le hace un manto a la Virgen. Si le hubiese quedado mejor el modelito a la ex de Espartaco, se la hubieran llevado directamente para exponerla en el Louvre. Eso es arte para la costura y lo demás tonterías. Por cierto, el día 28 le dan un premio a la solidaridad en Sevilla. Sus hijos estarán allí para apoyarla.

Tan acicalada se puso María Zurita que estaba irreconocible. Premiaban a Elio Berhanyer, de ahí que se arreglase con un diseño del cordobés que le venía al pelo. La hija de la hermana del Rey coincidió con su prima Simoneta, que iba un poco rara, y también con Chenoa, de Kina Fernández, una de sus nuevas mejores amigas. La cantante aprovechó para desmentir que mantenga una relación con el también artista Juan Peña, a quien considera “su hermano”. Fiona Ferrer, con joyas de Rabat, impresionó a propios y extraños con un outfit de Diane von Furstenberg de aúpa traído expresamente desde Nueva York. Lo mismo ocurrió con Patricia Olmedilla, duquesa de Terranova. Acaba prácticamente de dar a luz y ya está como una rosa. Dicen que no es por la dieta Dukan ni nada parecido, sino que la excuñada del marqués de Griñón se ha sometido al método Thinking, otra forma de perder peso que lleva a cabo su hermano Diego en Madrid.

Muy estilizada estaba también Marisa Jara, que llevaba unos pendientes de Perodri de infarto, como los de Almudena Cid, vestidas ambas de Dolores Promesas Heaven, al igua que Lola Marceli o Marta Robles. La gimnasta esperará hasta dentro de dos años para iniciarse en la aventura de ser madre. En cambio, Mar Flores y su marido, el empresario Javier Merino, dejaron a los pequeños Darío y Bruno en casa y se fueron a disfrutar de la noche, aunque no se apuntaron a la after party en Chicote. No estaba para muchas historias Carlos Baute, que lució un semblante serio. Coincidió con su ex, la directora de comunicación Beatriz Mira, aunque no se encontraron. El diseñador Joaquín Trías, uno de los premiados de la noche, estuvo acompañado por una joven que llamó la atención de los fotógrafos por su inusual belleza. El matrimonio Tous, en cambio, estaba un poco triste, porque es la tercera vez que roban en su joyería de Barcelona.

Otros de los invitados fueron: Sara Navarro; Manuel Lapique y su mujer, con un vestido de Beba’s Closet; Paola Dominguín y su nueva pareja, José Mayol; Jacqueline de la Vega; Judith Mascó; Roberto Verino; los duques de Feria, Rafe Medina y Laura Vecino; Raúl Romero, de Scalpers; Rubén Bejarano, de Comunicación de Moda; el joven diseñador Rabaneda, que es uno de los que más pita ahora mismo; Carmen Posadas; Noelia López; Paloma Lago; Lorenzo Caprile; Sonia Ferrer y su marido cirujano; Laura Ponte; Nicolás Coronado; Joaquín Torres y esposa; Julio José Iglesias; Tamara Falcó; la condesa de Montarco y Alejandra Rojas; Emiliano Suárez y su chica Candela; Pilar Rubio; Belén Domecq, Olivia de Borbón; Yvonne Reyes; Mónica Martín Luque; Amelia Bono; Vicky Martín Berrocal; Nuria Roca; Anne Igartiburu; Mariló Montero, o Susana Griso.

Menos mal que Ana Obregón no estaba invitada a los premios T de Telva que se celebraron anoche en el Palacio de Cibeles de Madrid, porque Huxley, Pasteur y toda la ristra de reputados biólogos que han teorizado sobre la generación espontánea hubiesen dejado de ser importantes. Ella es experta en la mosca del vinagre, todo hay que decirlo, pero hubiese detectado a primera vista que lo de los famosos en la fiesta de la revista no era normal. No se acaban nunca. Brotaban por todas partes y sin parar. Lo mismo salía Carmen Lomana, ideal de la muerte vestida en plan vestal griega, que aparecía Nieves Álvarez ya con los zorros puestos. O Arantxa de Benito, sempiterna ex de Guti, con el avestruz por echarpe. Pedro Jota, uno de los anfitriones junto a Olga Ruiz y Carmen Iglesias, estaba alucinado.