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El verdadero Alonso Aznar
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El verdadero Alonso Aznar

Alonso Aznar, el benjamín del “Clan Aznar” ha terminado  sus vacaciones en Marbella y ha vuelto a Londres, donde desempeña su labor como banquero de inversión

Alonso Aznar, el benjamín del “Clan Aznar” ha terminado  sus vacaciones en Marbella y ha vuelto a Londres, donde desempeña su labor como banquero de inversión en la filial londinense de la entidad financiera Citigroup. Cambiar el sol de Marbella por la niebla de la capital británica no es fácil para nadie. Ni siquiera para el hijo de un expresidente del Gobierno.

Durante este mes de agosto, Alonso ha pasado unos días en familia y con sus amigos en Marbella, donde uno de sus lugares favoritos ha sido el Club Billonaire, gestionado por Flavio Briatore, a su vez socio de su cuñado Alejandro Agag y donde el pequeño de los Aznar se encontraba como en su casa. Allí recibió a sus amigos Rosauro Baro y Amaia Salamanca, con quienes mantiene una buena amistad. Alonso manifestó a Vanitatis que en sus vacaciones en Marbella estaba tomando “fuerzas para afrontar un nuevo año de trabajo en Londres”.

El joven, de 24 años, se ríe cuando le hablamos de si podría ser el sucesor de su padre en el mundo político. Hasta la fecha, ninguno de los Aznar ha demostrado interés por la política. Pero, a él este mundillo le apasiona y muchos ya aventuran la apuesta de este joven, que podría abandonar las finanzas por la política. Sin embargo, Aznar no se pronuncia. Sólo sonríe. La relación del hijo de José María Aznar y la alcaldesa Ana Botella con los medios es muy relajada. No concede entrevistas, pero nos permite mantener una conversación cercana. No hay que olvidar que el benjamín de los Aznar creció en los mítines de su padre y aprendió el don de la diplomacia.

Días en Marbella

Alonso se ha divertido en Marbella como cualquier joven de su edad. Las féminas ya le encasillan en la lista de los más apreciados solteros. Vivió ocho años en la Moncloa durante el mandato de su padre en la jefatura de Gobierno y eso marca a cualquier niño. Pero viéndole de cerca, su aspecto físico podría pasar por la de un joven “progre” más que por la de un “nene de la derecha”: musculoso, barba a lo Che Guevara y atuendo moderno con la camisa abierta y vaqueros desgastados sin tinte conservador.

Su atractivo no pasa desapercibido en las fiestas o cuando sale a dar una vuelta. Siempre está rodeado de chicas: Seven, Funky Buda o Billonaire. Pero de momento sólo piensa en trabajar, divertirse y disfrutar de la vida. Lo de novia formal no está de momento en sus vocablos.

Atrás quedo el niño flacucho del colegio de Nuestra Señora del Recuerdo que recibía clase de los jesuitas. El vástago de José María Aznar acabó con buenas notas sus estudios de Administración y Dirección de Empresas en el Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF). Hizo prácticas en las oficinas del BBVA de Nueva York y durante el último año de carrera estuvo fogueándose en la Ciudad Financiera de Banco Santander en Boadilla.

Ya en julio del año pasado, Citigroup le fichó para el departamento de fusiones y adquisiciones de la entidad. Los que le conocen dicen que es disciplinado y listo trabajando. En la capital británica hace vida de “british: juega al fútbol y en su ocio va a alguna que otra fiesta que celebran algunos de sus conocidos en la capital.

Alonso Aznar, el benjamín del “Clan Aznar” ha terminado  sus vacaciones en Marbella y ha vuelto a Londres, donde desempeña su labor como banquero de inversión en la filial londinense de la entidad financiera Citigroup. Cambiar el sol de Marbella por la niebla de la capital británica no es fácil para nadie. Ni siquiera para el hijo de un expresidente del Gobierno.

Durante este mes de agosto, Alonso ha pasado unos días en familia y con sus amigos en Marbella, donde uno de sus lugares favoritos ha sido el Club Billonaire, gestionado por Flavio Briatore, a su vez socio de su cuñado Alejandro Agag y donde el pequeño de los Aznar se encontraba como en su casa. Allí recibió a sus amigos Rosauro Baro y Amaia Salamanca, con quienes mantiene una buena amistad. Alonso manifestó a Vanitatis que en sus vacaciones en Marbella estaba tomando “fuerzas para afrontar un nuevo año de trabajo en Londres”.

El joven, de 24 años, se ríe cuando le hablamos de si podría ser el sucesor de su padre en el mundo político. Hasta la fecha, ninguno de los Aznar ha demostrado interés por la política. Pero, a él este mundillo le apasiona y muchos ya aventuran la apuesta de este joven, que podría abandonar las finanzas por la política. Sin embargo, Aznar no se pronuncia. Sólo sonríe. La relación del hijo de José María Aznar y la alcaldesa Ana Botella con los medios es muy relajada. No concede entrevistas, pero nos permite mantener una conversación cercana. No hay que olvidar que el benjamín de los Aznar creció en los mítines de su padre y aprendió el don de la diplomacia.

Días en Marbella

Alonso se ha divertido en Marbella como cualquier joven de su edad. Las féminas ya le encasillan en la lista de los más apreciados solteros. Vivió ocho años en la Moncloa durante el mandato de su padre en la jefatura de Gobierno y eso marca a cualquier niño. Pero viéndole de cerca, su aspecto físico podría pasar por la de un joven “progre” más que por la de un “nene de la derecha”: musculoso, barba a lo Che Guevara y atuendo moderno con la camisa abierta y vaqueros desgastados sin tinte conservador.

Su atractivo no pasa desapercibido en las fiestas o cuando sale a dar una vuelta. Siempre está rodeado de chicas: Seven, Funky Buda o Billonaire. Pero de momento sólo piensa en trabajar, divertirse y disfrutar de la vida. Lo de novia formal no está de momento en sus vocablos.

Atrás quedo el niño flacucho del colegio de Nuestra Señora del Recuerdo que recibía clase de los jesuitas. El vástago de José María Aznar acabó con buenas notas sus estudios de Administración y Dirección de Empresas en el Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF). Hizo prácticas en las oficinas del BBVA de Nueva York y durante el último año de carrera estuvo fogueándose en la Ciudad Financiera de Banco Santander en Boadilla.

Ya en julio del año pasado, Citigroup le fichó para el departamento de fusiones y adquisiciones de la entidad. Los que le conocen dicen que es disciplinado y listo trabajando. En la capital británica hace vida de “british: juega al fútbol y en su ocio va a alguna que otra fiesta que celebran algunos de sus conocidos en la capital.

José María Aznar Botella