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El imparable 'tic, tac' de Fiona Ferrer
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El imparable 'tic, tac' de Fiona Ferrer

"Ufffff, qué polvo. Nunca pensé que este italiano con pinta de "yo no he sido" iba a resultar un portento en la cama". Así, sin paños

"Ufffff, qué polvo. Nunca pensé que este italiano con pinta de "yo no he sido" iba a resultar un portento en la cama". Así, sin paños calientes y con un lenguaje más que directo, comienza el nuevo libro de Fiona Ferrer, ‘Tic, tac’. Ese es el reloj biológico que la empresaria e ‘it’ girl siente en su vida ahora mismo; el mismo que sienten las protagonistas de su segundo libro, Wacu Girls, cuando el tiempo hace tictac, un regreso a aquellas chicas a lo Sexo en Nueva York que surgieron de su imaginación hace cosa de dos años. Lo de ‘Wacu’ (World, Ambitious, Cool and Unique) se le ocurrió a la empresaria mientras viajaba con su exmarido, Jaime Polanco, a su finca de Jarandilla de la Vera, Extremadura. “Estábamos en el coche y yo estaba muy preocupada por el nombre del libro. Quería que sonase igual en todos los idiomas. De repente, sonó el ‘Waka, waka’ de Shakira o algo así y surgió. Jaime me preguntó qué era una ‘wacu girls’ y él fue la prueba para saber si la idea podía ser captada o no. Lo entendió rápidamente” asegura Ferrer a Vanitatis desde su soleada y céntrica oficina en la calle Velázquez de Madrid.

Ese ‘tic tac’ que sirve de motor interior, ha llegado a su vida en todos los sentidos. Fiona Ferrer es una ‘pilas’, como ella misma define a las personas que no paran ni siquiera para tomar aliento. El mes próximo tiene una reunión para un “proyecto importante”, colabora para firmas como Pullmantur y hace tan sólo unos días volvió de un viaje a Malmö para seguir en primera persona el Festival de Eurovisión “con fiebre y todo”. Su nuevo libro vuelve a elucubrar sobre un estilo de chica que ella conoce muy bien; es casi una extensión de ella misma. En él no sólo se traslucen sus ideas, sino los vaivenes de su vida, incluida su separación de Jaime de Polanco: “Pienso que mi separación no se ve en el libro pero sí que hay altibajos. Sin embargo, he intentado que sea un libro positivo. No pasa nada, hay mil parejas que se separan y yo me llevo genial con Jaime. 11 años son muchos. Me siento muy orgullosa de eso, pero habrá más amores y más ‘tic tacs”.

Así, admite que no existe sólo un gran amor en la vida sino varios (“Cada momento tiene una persona y entonces es la persona de tu vida.Jaime ha sido muy importante pero tengo 38 años. Espero que vengan muchos más Jaimes”) o se muestra ilusionada cual colegiala ante el próximo proyecto de sus alumnos del Máster de Emprendedores de Comunicación y Moda de la Universidad de Sevilla. “Están haciendo algo genial para el próximo 1 de Julio en Sevilla en el Palacio Marqueses de la Algaba y esta es para ellos su primera experiencia profesional. Me hace muchísima ilusión presentar mi libro en Sevilla de la mano de mis alumnos. No creo que haya pasado el tiempo oportuno como para hacer algo tan grande como lo que hice en Madrid el año pasado, así que es hora de cambiar de marco. Además, estoy con muchos proyectos y no tengo tiempo suficiente. Lo he querido hacer para darles a mis alumnos la oportunidad de crear un proyecto real”.

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Esta mujer rubia de aspecto fuerte, casi nórdico, no sólo puede presumir de llevar una empresa adelante o de haber creado formatos televisivos como el de Supermodelo o Fiona te necesito, sino de tener las cosas muy claras en la vida. Se niega, por tanto, a que la tachen de elitista o frívola: “Yo podría pasar de la empresa, vivir de hacerme cuatro reportajes y sin embargo sigo trabajando y no lo hago. Sigo conservando mi dosis de realidad. La gente deja de ser gente cuando se creen los números uno”. Metida en mil y un proyectos, después de vivir en Paris y New York, trabajar en Miami en  Sotheby’s, ser directora de Comunicación de Artemundi, coordinadora para Europa del Fashion Week Miami, directora de Elite Model Look Costa Rica y España y un largo historial profesional que la llevan viajar constantemente por todo el mundo, su único leitmotiv es el del trabajo duro: “A mí me han ayudado pero si no vales, ahí te quedas. Hay que tener muy claro que de una foto no se vive”.

Su autoconciencia con respecto a quién es y a qué hace abarca también a una cierta comprensión hacia a aquellos que han intentado convertir su figura de mujer de éxito en un personaje más del corazón. “Supongo que es parte del juego. Sé que soy una empresaria y que me pueden relacionar con ese mundo. Yo me casé y salí en el ¡Hola! No soy boba. Sé perfectamente a qué me expongo”. Y no sólo lo sabe, sino que, haber comenzado la carrera de Periodismo en  Ithaca Collegue (New York) y terminar con dos carreras (Comunicación Empresarial y Relaciones Internacionales) en la Universidad de Miami, hace que entienda la relación amor-odio que a veces se establece entre esos personajes y la prensa: “Me parecen ridículas las personas que hablan cuando les conviene hablar y después, cuando no quieren, se enfadan. Si me expongo y un periodista me pregunta no me puedo enfadar. Hay que ser coherente con lo que uno hace. Además por mi trabajo estoy delante y detrás y respeto muchísimo esta profesión. Siempre que el respeto sea mutuo”.

Y no hay más que ver la forma en la que se desenvuelve esta ‘wacu girl’ de 38 años, para intuir de qué forma ejerce su criterio y lucha por él en cada momento, a veces de forma tozuda. Se nota cuando enseña su despacho sabiendo de memoria qué hay en cada rincón y en cómo conoce a la perfección la estructura de sus libros. Nadie se atrevería a decirle que sus 'wacu girls' forman parte de una idea editorial prefabricada. Ahora tiene un nuevo proyecto dentro del mundo de la moda, pactados dos libros más, y un &ldqfionauo;tema online” que puede cambiar toda su estructura de negocio. En dos semanas viaja a New York para aceptar una nueva propuesta profesional. 

Fiona Ferrer ha escrito una novela con espíritu joven pero no sólo para jóvenes. Nadie le dijo “que tenía que ser un premio Nobel escribiendo”. Cree que su libro tiene una lección para todo aquel que se acerque a él sin prejuicios. “El libro nos dice que frente a un ‘no’ siempre hay un ’sí’; que la vida está para vivirla y no para que te la cuenten y que no debes dejar para mañana lo que puedes hacer ahora”, asegura esta optimista sin remedio que promete seguir escribiendo y hacer que su ‘tic, tac’ no sólo hable de su presente, sino también de futuro; un futuro en el que ese reloj interno se resiste a frenar su camino.

"Ufffff, qué polvo. Nunca pensé que este italiano con pinta de "yo no he sido" iba a resultar un portento en la cama". Así, sin paños calientes y con un lenguaje más que directo, comienza el nuevo libro de Fiona Ferrer, ‘Tic, tac’. Ese es el reloj biológico que la empresaria e ‘it’ girl siente en su vida ahora mismo; el mismo que sienten las protagonistas de su segundo libro, Wacu Girls, cuando el tiempo hace tictac, un regreso a aquellas chicas a lo Sexo en Nueva York que surgieron de su imaginación hace cosa de dos años. Lo de ‘Wacu’ (World, Ambitious, Cool and Unique) se le ocurrió a la empresaria mientras viajaba con su exmarido, Jaime Polanco, a su finca de Jarandilla de la Vera, Extremadura. “Estábamos en el coche y yo estaba muy preocupada por el nombre del libro. Quería que sonase igual en todos los idiomas. De repente, sonó el ‘Waka, waka’ de Shakira o algo así y surgió. Jaime me preguntó qué era una ‘wacu girls’ y él fue la prueba para saber si la idea podía ser captada o no. Lo entendió rápidamente” asegura Ferrer a Vanitatis desde su soleada y céntrica oficina en la calle Velázquez de Madrid.