El reencuentro de Alfonso Díez y Cayetana de Alba en San Sebastián

Cayetana de Alba y Alfonso Díez han estado separados un par de semanas, pero ya vuelven a estar juntos en San Sebastián. La pareja disfruta de la buena temperatura del norte y de su gastronomía. Comparten almuerzos con sus amigos Tere Pickman y Diego Miranda y muchas tardes pasan a Francia de compras. San Juan de Luz y Biarritz son los centros de operaciones de la pareja. Por la noche, sesiones de cine y tertulia en la terraza con las amistades de siempre y con su exnuera María Eugenia Fernández de Castro.

Cayetana es una mujer muy posesiva y no le gusta que su marido haga vida social

El distanciamiento físico de la primera quincena no ha tenido que ver con crisis afectivas, sino que las razones han sido de tipo logísticas y familiares. La Duquesa se trasladó al palacete de Arbaizenea como hace todos los años. Desde que hizo el reparto de sus bienes para poder casarse con Alfonso Díez, el patrimonio inmobiliario pasó a sus hijos, aunque los gastos de mantenimiento siguen siendo asumidos como una partida más de la Casa. En este caso Arbaizenea pasó a manos de Cayetano, que es ahora el que se encarga también de rentabilizar la firma Alba. Para la Duquesa San Sebastián sigue siendo su primer punto vacacional. Después Ibiza, Salamanca y Córdoba.

Alfonso llegó hace unos días a San Sebastián, justo cuando Genoveva Casanova y sus hijos Luis y Amina, que han pasado esta primera quincena con la abuela, regresaban a Madrid. El hijo jinete también se desplazó hasta la residencia veraniega del norte demostrando que la relación con la madre de los niños es esplendida, mejor que cuando estaban casados.

El duque consorte es un hombre sensato y discreto y prefirió no interferir en estas vacaciones infantiles. Se quedó primero en Madrid en el piso de soltero que mantiene abierto y después pasó unos días en Palencia con su familia y amistades a las que ahora ve de pascuas a ramos. Cayetana es una mujer muy posesiva y no le gusta que su marido haga vida social al margen de ella. De hecho en la boda sevillana de Fernando Solís, hijo de Carmen Tello y del marqués de la Motilla, Alfonso, que acudió solo, estaba pendiente del reloj. En cambio, en Madrid cuando asistió a la fiesta nupcial de la hija de Ramón Calderón, todo lo contrario. Su mujer estaba en San Sebastián y él no tenía hora de llegada.