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Las bodas de plata de Marisol
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CUMPLE 25 AÑOS JUNTO A máximo stechinni

Las bodas de plata de Marisol

Su relación con Máximo Stecchini siempre ha sido lo suficientemente discreta que encaja con el perfil 'invisible' de la mítica artista, retirada de los focos

Foto: La artista junto a Máximo Stechinni (I. C)
La artista junto a Máximo Stechinni (I. C)

Acaban de cumplir 25 años juntos y siguen siendo tan discretos como siempre. La circunspeccióncompartida ha sido el pegamento fundamental de su relación. Esta semana, la revista Lecturas revelaba una de las imágenes más insólitas de Marisol. Su relación con Máximo Stecchini siempre ha sido lo suficientemente discreta como para que no apareciese publicada ninguna imagen en ningún medio de comunicación. La revista los muestra paseando por la malagueña playa de La Malagueta. Él aparece rapado y con barba y ella con sus características gafas de sol con las, cual Greta Garbo, suele pasar desapercibida entre docenas de ciudadanos. Es la relación de la actriz malagueña que más tiempo ha durado, mucho más que aquella que mantuvo con Carlos Goyanes, con quien se casó en 1969, y con Antonio Gades, con quien lo hizo en 1982. Como a muchas mujeres del espectáculo, a Marisol le ha llegado ‘el reposo del guerrero’ con Stecchini, once años menor que la actriz. El italiano ha sabido mantenerse en la discreta sombra en la que también se encuentra la propia Pepa Flores, alejada de aquel esclavizador oropel que fue su carrera infantil, de la que no ha dejado de huir desde entonces y de la que pocas veces quiere oír hablar.

“Salir de este mundo fue muy duro. Tener cerca a Máximo, amigo, compañero, y la alegría de tres buenas hijas y una madre que nunca se despegó de mi lado, fue vital”, aseguró la actriz hace cinco años al cumplir 60 años, haciendo una mención especial al hombre con el que comparte su vida en un ático a pie de playa en Málaga. “Tan ‘escondido’ ha estado Máximo que no le importa que sigan llegando flores para ella al restaurante que era de su hermano, como si la gente que las envía aún pudiese encontrarla allí”, confiesa un conocido de la artista a Vanitatis. El restaurante al que se refiere, el Trastevere, fue donde ambos se conocieron y, durante años, ha existido una confusión generalizada: aquella que hace pensar a muchos que la cantante del Corazón Contento tenía algo que ver con ese negocio. Por eso sus fans, malagueños y foráneos, siguen peregrinando por allí con la esperanza de cruzarse con ella.

“Fue el lugar donde les presentaron porque él era hermano del dueño, Ettore Stecchini, y el encargado del restaurante durante mucho tiempo. Al conocerse allí y tener mucho que ver con el local, la relacionan también a ella con la pizzería”, aseguran. El Trastevere abrió sus puertas el 28 de febrero de 1978, inaugurando su primer local en el centro de Málaga, en la calle Sebastián Souvirón. El hermano de Máximo pretendía llevar la cocina italiana a las gentes de la capital y así es como acabó inaugurando un local de éxito. “Máximo fue una pieza clave en el desarrollo del restaurante. Acabábamos de salir de la Transición y no era muy común que un malagueño probase la comida italiana. Él era un extraordinario relaciones públicas del local y fue el que lo convirtió en lo que es. Por eso no me extraña que, años más tarde, igual que había conquistado a muchos clientes, conquistase también a Pepa Flores”.

La conquista se hizo a través del estómago. Stecchini no es, al parecer, el típico hombre que responda al perfil de empresario. “No sólo no tiene nada que ver con Gades o con Goyanes, sino que es alguien que no es el característico empresario ambicioso que vive estresado y pendiente día y noche de su trabajo sin poder dedicar tiempo a nada más. Lo que más le gusta en el mundo es, por ejemplo, sacar a pasear al perro. En resumidas cuentas, vivir lo más tranquilo posible”. Y ese perro ha proporcionado una de las anécdotas más curiosas de su relación amorosa. Ambos están tan compenetrados que decidieron adoptar a un perro callejero enfermo. No pudieron evitar, sin embargo, que le amputasen una pata. “Ahora mismo, lo suelen sacar a pasear con sus tres patitas por el Paseo Marítimo. Verlos es como ver a cualquier familia de cualquier barrio de Málaga. Es increíble el amor que tienen por ese perro. Ejemplifica las muchas cosas que comparten: un mundo sencillo, mundano y bastante alejado de cualquier tipo de apariencia”.

Está claro que para una persona privada sea feliz, hace falta otra que lo sea tanto o más que ella. Desde hace ya 25 años, Marisol tiene con quién pasear en la intimidad y al lado de su Málaga. Y, por tanto, ha encontrado esa paz que parecía faltarle cuando los focos formaban parte del día a día de su vida.

Acaban de cumplir 25 años juntos y siguen siendo tan discretos como siempre. La circunspeccióncompartida ha sido el pegamento fundamental de su relación. Esta semana, la revista Lecturas revelaba una de las imágenes más insólitas de Marisol. Su relación con Máximo Stecchini siempre ha sido lo suficientemente discreta como para que no apareciese publicada ninguna imagen en ningún medio de comunicación. La revista los muestra paseando por la malagueña playa de La Malagueta. Él aparece rapado y con barba y ella con sus características gafas de sol con las, cual Greta Garbo, suele pasar desapercibida entre docenas de ciudadanos. Es la relación de la actriz malagueña que más tiempo ha durado, mucho más que aquella que mantuvo con Carlos Goyanes, con quien se casó en 1969, y con Antonio Gades, con quien lo hizo en 1982. Como a muchas mujeres del espectáculo, a Marisol le ha llegado ‘el reposo del guerrero’ con Stecchini, once años menor que la actriz. El italiano ha sabido mantenerse en la discreta sombra en la que también se encuentra la propia Pepa Flores, alejada de aquel esclavizador oropel que fue su carrera infantil, de la que no ha dejado de huir desde entonces y de la que pocas veces quiere oír hablar.

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