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Irene Villa abre las puertas de su casa
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Irene Villa abre las puertas de su casa

Irene Villa desprende ternura. Sin embargo, acogerse a ese rasgo que la diferencia de muchos otros que han sufrido los zarpazos del terrorismo sería reduccionista e

Irene Villa desprende ternura. Sin embargo, acogerse a ese rasgo que la diferencia de muchos otros que han sufrido los zarpazos del terrorismo sería reduccionista e injusto. En su caso, es evidente que, además, ha sabido perdonar y, justamente por eso, es un ejemplo a seguir. Mucho más de lo que ella cree. Lo demuestra en su primera obra de ficción, Nunca es demasiado tarde, princesa. Además, como demuestra a Vanitatis abriendo las puertas de su casa, es el personaje ideal para ser entrevistado, ya que no le tiene miedo a ninguna pregunta. No sólo sobre el terrorismo, sino también sobre la vida, sobre los chistes que se hacen a costa de su desgracia o sobre aquellos que la acusan de explotarla. Irene tiene respuesta para todo y, además, lo hace sin perder la sonrisa, esa que mantiene no solo a pesar de, sino gracias a todo. Si Julieta Parra cantó aquello de Gracias a la vida, pareció pensar lo mismo que Irene Villa. La diferencia está en que Parra acabó suicidándose y a Villa le sobran las ganas de vivir.

Irene Villa desprende ternura. Sin embargo, acogerse a ese rasgo que la diferencia de muchos otros que han sufrido los zarpazos del terrorismo sería reduccionista e injusto. En su caso, es evidente que, además, ha sabido perdonar y, justamente por eso, es un ejemplo a seguir. Mucho más de lo que ella cree. Lo demuestra en su primera obra de ficción, Nunca es demasiado tarde, princesa. Además, como demuestra a Vanitatis abriendo las puertas de su casa, es el personaje ideal para ser entrevistado, ya que no le tiene miedo a ninguna pregunta. No sólo sobre el terrorismo, sino también sobre la vida, sobre los chistes que se hacen a costa de su desgracia o sobre aquellos que la acusan de explotarla. Irene tiene respuesta para todo y, además, lo hace sin perder la sonrisa, esa que mantiene no solo a pesar de, sino gracias a todo. Si Julieta Parra cantó aquello de Gracias a la vida, pareció pensar lo mismo que Irene Villa. La diferencia está en que Parra acabó suicidándose y a Villa le sobran las ganas de vivir.