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José María Manzanares, el amor 'prohibido' de Carmina Ordóñez y Sofía Mazagatos
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EL DIESTRO HA FALLECIDO ESTE MARTES EN CÁCERES

José María Manzanares, el amor 'prohibido' de Carmina Ordóñez y Sofía Mazagatos

El torero tenía dos pasiones más allá de los toros: el flamenco y la belleza femenina. La primera más pública que la segunda. Se le relacionó con 'Divina' y la modelo

Foto: El torero José María Dolls Abellán, conocido como José María Manzanares, en una corrida solidaria en 2004 (Gtres)
El torero José María Dolls Abellán, conocido como José María Manzanares, en una corrida solidaria en 2004 (Gtres)

La respetada saga taurina de los Manzanares ha perdido este martes un nuevo eslabóntras el fallecimiento de José María Dolls Abellán, popularmente conocido en el albero como José María Manzanares. El diestro ha sido hallado sin vida en su finca cacereña de Campo Lugar a los 61 años de edad. Fuera de las plazas, se le consideraba un “auténtico Camarón de los toros. Un hombre con ese punto de rareza que tienen todos los artistas y que le hacían único”, como así reconocen en conversación con Vanitatis desde su entorno más próximo. Fuentes que ofrecen la cara y la cruz de un hombre que hizo carrera frente al toro y cuya sombra siempre estuvo reflejada en el papel cuché, por mucho que le pesara, por supuestos escarceos amorosos siempre negados.

Desde su círculo más próximo se le consideraba “un amante del flamenco y de la belleza femenina”. Dos pasiones a las que nunca renunció. La primera más pública que la segunda. A pesar de estar casado desde 1977 con Resurrección Samper ‘Yeyes’, con la que tuvo cuatro hijos –Ana María, Yeyes, Manuel y José María–, los rumores que le relacionaban con algunas de las reinas de corazones le convirtieron en el centro de todas las miradas: en la década de los ochenta por su supuesto affaire con Carmina Ordóñez y en los noventa por su estrecha amistad con la modelo Sofía Mazagatos.

‘La Divina’ y Mazagatos

“Durante años se especuló que el nombre que Carmen Ordoñez nunca pronunciaba sobre el gran amor de su vida era el de José María”, dicen desde el entorno del diestro: “Tenía fama de galán”. Estos rumores sitúan su affaire tras la separación de ‘La Divina’ del también torero Paquirri en 1979. Incluso hay quien afirmaba que este hecho fue el responsable de su ruptura matrimonial. El suyo era un amor prohibidoque nadie entendería. Pero Carmina siempre negó que lo suyo con Manzanares sobrepasase los límites de una simple amistad.

Así lo hizo por última vez en el plató del programa de Telecinco Salsa Rosa: “José María es un torero que ha estado muy vinculado a nosotros. A toda la familia. Niego todo lo que se ha dicho. Quien lo ha dicho es un sinvergüenza, un desahogao y yo, que no soy de querellarme con la gente, voy a hacerlo (…) Niego que sea él mi amor imposible y no me preguntéis más, porque a todo voy a decir que no”, sentenciaba Carmina a la vez que subrayaba que “jamás he sido infiel a ninguno de mis tres maridos mientras he estado casada. Después he hecho, hago y haré lo que me dé la gana”.

Años después de supuestamente conquistar el corazón de Carmina Ordoñez, en 1994, Manzanares también tuvo que hacer frente a las informaciones de los periodistas que le relacionaban con la modelo Sofía Mazagatos. “Se volvió loco por ella”, aseguran las mismas fuentes consultadas a Vanitatis. En su día, se hablaba en los mentideros del cuore de la existencia de unas fotografías que confirmaban su estrecha relación, pero estas finalmente no vieron la luz. El torero dio la callada por respuesta y tuvo que ser la maniquí la que hiciese frente a las preguntas de los reporteros cada vez que posaba en los photocalls.

“Si es verdad o no me lo guardo para mí porque se trata de mi vida privada. Nosconocemos desde poco, después de que fuera elegida Miss España, somos grandes amigos y, además, como aficionada a los toros, tengo mis preferencias. Eso es lógico. Pero no me gusta ir cuando hay cariño de por medio”, reconocía Mazagatosal diario ABC en el año 1994. Referente a las imágenes de la polémica, fueron captadas en el aeropuerto de Barajas y la propia modelo no negaba de su existencia: “Yo volvía de Mallorca y coincidí con José María. Cuando se está todo el día viajando, no tienes nada que hablar conun niño de veinte años”, confiaba ella haciendo alusión a la evidente diferencia de edad entre ellos. “Él es muy discreto y quiere mantenerse al margen de estos rumores”, zanjaba la maniquí.

Los últimos meses de Manzanares

Pese a que desde su entorno reconocen su gusto por la belleza femenina, Manzanares vivió hasta su último respiro “en soledad, porque no se fiaba de nadie. En los últimos tiempos, tenía muchos bajones de ánimo. No era feliz y se sentía en parte utilizado por la gente”, siempre según narra fuentes consultadas por este medio. “La última vez que hablé con él fue tras la muerte de su padre –Pepe Manzanares que falleció a los 86 años hace poco más de un año– y de alguna manera supe que algo malo iba a sucederle. Me quedé con esa sensación porque no estaba fuerte de ánimos. La noticia de su muerte nos ha dolido mucho, pero no podemos decir que nos haya sorprendido”. No es lo que piensan sus hijos, especialmente su hijo José María, quien ha recibido la noticia en México donde preparaba una gira de corridas: “Destrozado por la muerte de mi papá… Os doy las gracias por vuestros mensajes y os mando besos”, escribía en su perfil de Twitter.

La respetada saga taurina de los Manzanares ha perdido este martes un nuevo eslabóntras el fallecimiento de José María Dolls Abellán, popularmente conocido en el albero como José María Manzanares. El diestro ha sido hallado sin vida en su finca cacereña de Campo Lugar a los 61 años de edad. Fuera de las plazas, se le consideraba un “auténtico Camarón de los toros. Un hombre con ese punto de rareza que tienen todos los artistas y que le hacían único”, como así reconocen en conversación con Vanitatis desde su entorno más próximo. Fuentes que ofrecen la cara y la cruz de un hombre que hizo carrera frente al toro y cuya sombra siempre estuvo reflejada en el papel cuché, por mucho que le pesara, por supuestos escarceos amorosos siempre negados.

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