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Mario Vargas Llosa se instala en casa de Isabel Preysler
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YA NO VIVE EN EL HOTEL EUROBUILDING

Mario Vargas Llosa se instala en casa de Isabel Preysler

El nobel de Literatura ha vuelto a hacer las maletas. Esta vez para abandonar el hotel al que se fue cuando le echaron de casa y marcharse a la casa de su novia en Puerta de Hierro

Foto: Mario vargas llosa e isabel preysler en nueva york (efe)
Mario vargas llosa e isabel preysler en nueva york (efe)

Mario Vargas Llosa ya no vive en el Hotel Eurobuilding. El premio Nobel ha abandonado la suite en el que estaba alojado para instalarse en la imponente casa que Isabel Preysler tienen en la elitista urbanización de Puerta de Hierro. Allí permanecerá hasta que viaje, solo o en compañía de la reina de corazones, al campus de la Universidad de Princenton, donde impartirá clases magistrales como profesor invitado hasta principios de diciembre. Una vez que la relación se hizo pública y que ambos se han declarado amor eterno apareciendo en actos importantes como la inauguración de la tienda Porcelanosa en Nueva York o en la apertura de la temporada de ópera en el Teatro Real de Madrid ante la presencia de los Reyes, dicen que no tenía mucho sentido que a punto de cumplir 80 años el nobel y con 63 la reina de corazones vivieran separados.

Cuentan las amistades que “Mario volverá a su rutina, que para él es imprescindible a la hora de trabajar. La perdió ante tanto cambio radical en su vida. Es un hombre de horarios y de costumbres que hasta ahora llevaba Patricia. Con una agenda que no le gustaba que nadie la cambiara. Su secretaria, Fiorella, ya no está con el”.

Cuando Mario le contó a su mujer que su amor por Isabel Preysler no era un flirteo más de los muchos que habían adornado su matrimonio, Patricia Vargas Llosa fue tajante. Si era una aventura más habría perdón, como otras veces. Si no, ya se podía ir de casa. Expulsado como si fuera un concursante de Gran Hermano, abandonó el domicilio de la calle Flora, que hasta ese momento había sido el cuartel general de los Vargas Llosa cuando el matrimonio se instalaba durante seis meses en Madrid. Un piso espectacular en el barrio de los Austrias que compraron hace quince años y donde los hijos y nietos tenían sus habitaciones.

El escritor cerró la puerta y no miró atrás. No se llevó nada más que sus efectos personales y allí siguen las fotos familiares, los libros y muchos de los premios que ha recibido el nobel a lo largo de su vida y que abandonó al emprender su nueva vida con Isabel Preysler. Todo esto, más el importantísimo fondo de biblioteca del apartamento de Lima que para el escritor es una de las joyas de la corona deberá formar parte del inventario de gananciales cuando se reparta.

Pero ahora Mario Vargas está a otra cosa. Una vez que tomó la decisión de cerrar un capítulo de su vida era necesario activar la parte logística. Seguramente, si su nueva pareja no hubiera sido Isabel Presyler no habría tenido necesidad de marcharse a un hotel, como hizo. El escritor eligió el hotel Eurobuilding, donde suelen recalar los maridos infieles y con dinero cuando las esposa les echan de casa. Como publicó Vanitatis, se trataba de un espléndido apartamento de 100 metros cuadrados y con todos los servicios que presta el hotel. Ahora, con el cambio, no le hará falta llamar al 'room service'. Una de las cualidades de Isabel Preysler es montar un universo paralelo y único a los hombres con los que ha compartido su vida y así ha hecho con Vargas Llosa.

Mario Vargas Llosa ya no vive en el Hotel Eurobuilding. El premio Nobel ha abandonado la suite en el que estaba alojado para instalarse en la imponente casa que Isabel Preysler tienen en la elitista urbanización de Puerta de Hierro. Allí permanecerá hasta que viaje, solo o en compañía de la reina de corazones, al campus de la Universidad de Princenton, donde impartirá clases magistrales como profesor invitado hasta principios de diciembre. Una vez que la relación se hizo pública y que ambos se han declarado amor eterno apareciendo en actos importantes como la inauguración de la tienda Porcelanosa en Nueva York o en la apertura de la temporada de ópera en el Teatro Real de Madrid ante la presencia de los Reyes, dicen que no tenía mucho sentido que a punto de cumplir 80 años el nobel y con 63 la reina de corazones vivieran separados.

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