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Los problemas de Raphael con el alcohol y otras confesiones a Bertín Osborne
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Los problemas de Raphael con el alcohol y otras confesiones a Bertín Osborne

El cantante necesitó un trasplante de hígado por una hepatitis B mal curada unida a su gusto por la bebida. "Empecé a beber porque me hacía dormir", confesó

Foto: Raphael en un montaje de Vanitatis
Raphael en un montaje de Vanitatis

De Raphael todo lo sabemos. Cómo se mueve en el escenario, sus éxitos, el timbre de su voz, sus premios. Pero de Miguel Rafael Martos Sánchez, el jienense que se esconde tras el artista, apenas teníamos información. De sus miedos, sus deseos. Hasta ahora.

Ha sido Bertín Osborne el único capaz en humanizar al cantante y lograr que confiese uno de sus peores momentos: el trasplante de hígado que tuvo que afrontar en el año 2003. El cantante, aquejado de hepatitis B desde los 80, vivió un empeoramiento de su salud por culpa del alcohol. "Yo nunca había bebido ni fumado, pero empecé a beber alcohol porque me hacía dormir", confesó.


"Bebía botellitas pequeñas de las de los hoteles. Jamás pensé que eran las dichosas botellitas, es una enfermedad tan traicionera que no da la cara nunca, yo no era consciente. También es cierto que yo no quería enterarme", continuó. Sus problemas con el alcohol llegaron a alejarle incluso de su esposa, Natalia Figueroa, pasando más tiempo alejado de la residencia familiar en Madrid para que no vieran en qué estado se encontraba: "Cuando estaba haciendo 'Dr. Jekyll y Mr. Hyde' pasaba un día y otro y otro, y ya era una cosa que yo no podía seguir. No mintiendo, sino ocultando lo que estaba pasando".

En mitad de sus confesiones, Raphael reveló que no fue fácil convencerle para someterse al trasplante. Esa labor recayó en los hombros del doctor Enrique Moreno, miembro de la Real Academia de Medicina, quien explicó que el artista tenía "una de las complicaciones más graves dentro de la cirrosis hepática". "Los médicos me explicaron que el público debe saber estas cosas para que luego se conviertan en donantes", explicó Raphael. "Me operaron en abril, en junio grabé un disco y en septiembre debuté en el Teatro de la Zarzuela", recuerda satisfecho.


Sin 'F' y con 'N' de Natalia

¿Por qué Raphael y no Rafael? El cantante desveló un misterio muchísimo más simple de lo que parecía: "Quería algo más largo y sin apellido, que se recordase y se leyese igual en todos los idiomas". No obstante, la idea se la generó Philips, por entonces su discográfica. Cuando le explicaron que la 'ph' se leía como una 'f' fuera de España, decidió incluirlo en su nombre. Pero la letra que no puede faltar en su abecedario es la 'n' de Natalia Figueroa, su mujer desde el año 1972. "Siempre ha sido maravillosa conmigo y lo sigue siendo", comentó, enamorado.


El matrimonio, padres de tres hijos, se conocieron en una entrega de premios en la que el andaluz se lanzó a pedirle el teléfono. "Mi padre se asustó por la popularidad desmedida de Raphael. Luego se conocieron, hablaron y desde ese mismo momento se metió en el bolsillo a mi padre. Creo que ha sido una de las personas a las que más ha querido en su vida", aseguró Figueroa, quien apareció en un vídeo. Siempre han estado juntos, en los buenos momentos y en los malos como la operación del artista, que Natalia define como "un mal sueño del que prefiero no hablar. Fue muy duro".

Juntos han formado una gran familia en la que Raphael no lleva bien que le llamen 'abuelo'. Su hijo Manuel Martos, casado con Amelia Bono, reconoció en los fogones que a los niños "se les ha guiado" para que llamen al cantante por su nombre. Durante el programa, Bertín Osborne animó al cantante a llamar por teléfono al expresidente del Congreso y ministro socialista José Bono, a quienes ambos llaman de forma cercana Pepe. Ya antes del matrimonio entre sus hijos eran grandes amigos, tal y como desveló el político: "Lo que tengo más ganas es de poder presumir de amistad y Raphael es un gran amigo".

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De Raphael todo lo sabemos. Cómo se mueve en el escenario, sus éxitos, el timbre de su voz, sus premios. Pero de Miguel Rafael Martos Sánchez, el jienense que se esconde tras el artista, apenas teníamos información. De sus miedos, sus deseos. Hasta ahora.

Bertín Osborne
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