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Cuatro años sin Sara Montiel: los trece momentazos que nunca olvidaremos
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falleció el 8 de abril de 2013

Cuatro años sin Sara Montiel: los trece momentazos que nunca olvidaremos

Hay dos clases de mitos: los que pertenecen a un Olimpo de dioses intocables que parecen de otro mundo y los que bajan a la tierra

Foto: Sara Montiel en un fotomontaje de Vanitatis.
Sara Montiel en un fotomontaje de Vanitatis.

Hay dos clases de mitos: los que pertenecen a un Olimpo de dioses intocables que parecen de otro mundo y los que bajan a la tierra para permitirse, de vez en cuando, enseñar a los mortales a reírse de sí mismos mostrando un descacharrante sentido del humor. Sara Montiel era ambos a la vez. Envejeció riendo e hizo, literalmente, lo que le dio la gana. Son muchos los vídeos que muestran todo el espectro de la estrella en la red, desde el germen de esa pícara diosa del deseo hasta la senectud más jovial y libre de arrugas vitales. Han pasado cuatro años desde que se fue (un 8 de abril de 2013), pero no hemos podido resistir la tentación de homenajearla con los mejores momentos de su vida y hasta de su muerte. Pasen y vean.

Locura de amor (1948)

De mala malísima. Así es como la joven Sara Montiel, entonces Sarita, destacó en una producción de la mítica Cifesa, como la mujer que hace la vida imposible a una impostada Juana la Loca encarnada por Aurora Bautista. El germen de la estrella está ahí: carnal, imperativo y desafiante.

Cárcel de mujeres (1951)

Para los que nunca vieron a la actriz y sí a la estrella, 'Cárcel de mujeres' es sorprendente. La Sara más desmelenada en el melodrama más desaforado. La edad de oro del cine mexicano fue la culpable de una cinta carcelaria que le dio a la manchega el fuste que no conseguía en España.

Mi último tango – ‘Maniquí’ (1960)

“Maniquí, soy fría, muy fría, de aquí”. Solo cantando esas letras y con un poco de la imaginación del espectador, la Montiel era capaz de desatar pasiones desbocadas en la España más rancia y católica. La película donde lo hacía, 'Mi último tango', tampoco era gran cosa. Nacida a raíz del éxito fulgurante de 'El último cuplé', la cinta era un ejemplo de que aquello de 'sugerir antes que mostrar' tiene mucho más sentido si se hace durante una dictadura.

‘Touch me’

Llegan los 70. Sara ya no hace cine, pero la televisión se convierte en su nuevo hogar. Son los tiempos del zoom, las pantallas con croma y la brillantina. Saritísima no se puede quedar atrás. Supera los cuarenta años de edad y sigue conservando un cuerpo y una cara con la lozanía de una quinceañera. Si encima juega con ellos, retozando cual croqueta en un imposible vídeo y cantando 'Touch me' en un inglés quijotesco, el resultado es insuperable.

‘Fumando espero’ (años 80)

Canción emblemática donde las haya, matrimoniada eternamente con ella, ‘Fumando espero’ fue el summum del erotismo nacional en su momento, cuando Sara la cantó tendida en la cheslong de 'El último cuplé'. Cuando la volvía a interpretar, volvía a hacer gala del ‘estilo susurro’ del que hablaba su biógrafo, Pedro Villora. Y es que Sara bajó el tono de su voz a propósito para crear un nuevo y personalísimo estilo en el que el 'sotto voce' era emblema del erotismo puro y duro.

‘Ese hombre’ versión punk (1983)

Otro hit para el recuerdo: ‘Ese hombre’. Pero, en esta ocasión, en versión punk, con su intérprete llevando cadenas y cuero. Mítica actuación de los 80 en la que Saritísima se burlaba hasta de su sombra. Lola Flores fue capaz de rapear, pero no hay que olvidar que, muchos años antes, Sara se volvió más punk que los mismísimos Sex Pistols en esta actuación, God save the Queen Montiel.

Almodóvar homenajea a Sara Montiel (1997)

Impagable el momento en el que José Luis Borau entregaba a la actriz la Medalla del Cine. Uno de los encargados de rendirle tributo era Pedro Almodóvar, tan fan suyo que hasta en 'La mala educación' incluyó una canción de la de Campo de Criptana. ¿Y qué destacó Pedro además de su belleza y su calidad como actriz? “La forma que tienes de pinchar un trozo de pan, como solo un manchego sabe hacerlo, y mojarlo en un plato de gachas”. Impagable reunión de dos mitos patrios.

'Marvelous!' – Europe MTV Awards 2002

Tenía 74 años cuando se atrevió a protagonizar este spot de MTV en el que transgredía la imagen de la vieja estrella obsesionada con su imagen a lo Norma Desmond. Lo hizo exclamando un simple ‘Marvelous!” y bien enfundada en vendas cual momia egipcia. Sin embargo, nada de momia hay en esta interpretación espontánea, transgresora y tremendamente divertida.

“¿Pero qué invento es esto?” (2002)

La telebasura ya campaba a sus anchas en las programaciones televisivas y Sara Montiel no era un personaje ajeno a ella. Muchos fueron los programas que captaron el impagable momento en el que la diva salía del juzgado tras casarse con el cubano Tony Hernández. Intentando proteger la exclusiva que había pactado con '¡Hola!', Saritísima no solo mintió con gracia asegurando que el enlace no había tenido lugar, sino que dejó una frase para la posteridad. El que más y el que menos la ha pronunciado en sus salidas nocturnas. Quien diga que no, miente.

Sus peleas con Marujita Díaz (2008)

Divas cañís en acción. Una batalla más grande que la de Waterloo. Si por algo se recuerda 'DEC', aquella imitación soberbia del 'Salsa rosa' de Telecinco, es por las visitas de La Veneno a su plató y por las encarnizadas guerras entre Sara Montiel y Marujita Díaz. Ver a esta última imitar a la primera merece ver doscientos programas del corazón.

'Absolutamente' –​ Fangoria (2009)

Del cuplé al tecnopop: una de las grandes fans de Sara Montiel siempre fue Alaska, que la incluyó en uno de los videoclips del grupo Fangoria. Dos iconos del kitsch ibérico juntos al ritmo de una melodía pegadiza para divas de ayer y hoy.

Anuncia su casa en Idealista (2011)

¿Se imaginan a Elizabeth Taylor poniendo su casa a la venta? Seguramente sí, pero no anunciándola en un portal de Internet. Nuestra Sara lo hizo y además muy bien. Los posibles compradores quedaron advertidos: “Si no me pagan lo que vale la casa, no la vendo por nada del mundo”. El barroco piso de la estrella, ejemplo perfecto de su personalidad, nunca se vendió y fue en él donde murió, convertida en un icono pop al que la memoria colectiva tardará en olvidar.

Mariló y su ataúd (2013)

La plaza de Callao llena a rebosar y los reporteros tratando de demostrar que siguen a pie juntillas la despedida de Saritísima en pleno centro de Madrid. Una de ellas trabaja en 'La mañana' de Mariló Montero; es decir, un campo trufado de anécdotas impagables. "¿Qué hay dentro del féretro de Sara Montiel?", pregunta ella a una joven cada vez más nerviosa. La respuesta parece obvia, pero mejor ver este vídeo que demuestra que Saritísima provocó grandes momentos incluso después de muerta. Y es que, no lo duden, ella era una grande.

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Hay dos clases de mitos: los que pertenecen a un Olimpo de dioses intocables que parecen de otro mundo y los que bajan a la tierra para permitirse, de vez en cuando, enseñar a los mortales a reírse de sí mismos mostrando un descacharrante sentido del humor. Sara Montiel era ambos a la vez. Envejeció riendo e hizo, literalmente, lo que le dio la gana. Son muchos los vídeos que muestran todo el espectro de la estrella en la red, desde el germen de esa pícara diosa del deseo hasta la senectud más jovial y libre de arrugas vitales. Han pasado cuatro años desde que se fue (un 8 de abril de 2013), pero no hemos podido resistir la tentación de homenajearla con los mejores momentos de su vida y hasta de su muerte. Pasen y vean.

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