Imprevistos que pueden surgir en tu boda y cómo subsanarlos
Adelántate a los problemas que puedan surgir en tu gran día con estos consejos. Ideas prácticas con las que solventar cualquier problema nupcial
Todas las parejas que van a contraer matrimonio quieren que su enlace sea perfecto, aunque esto casi nunca ocurre porque siempre hay algo que no sale de la manera que los novios habían imaginado. Contar con un wedding planner es una gran opción para tener en cuenta hasta el más mínimo detalle y resolver rápidamente cualquier imprevisto que pueda surgir en la propia boda, pero no siempre podemos invertir en un servicio de estas características.
Por esta razón, existen numerosas guías a partir de los problemas que tuvieron otros novios en sus respectivas bodas con las que podemos hacernos una idea de cuáles son los incidentes más comunes y tener preparado un plan B que nos permita seguir disfrutando del evento con normalidad si se da alguno de ellos. Nosotras hemos reunido cinco de los imprevistos que suceden con más frecuencia y te proponemos una solución por cada uno de ellos.
1. Problemas meteorológicos
Es lo primero que se nos viene a la mente cuando pensamos en cosas que puedan pasar en una boda: la lluvia. Si nuestra intención es realizar la ceremonia al aire libre y disfrutar de la buena climatología que ofrece la primavera o el verano, debemos tener en cuenta que el tiempo puede cambiar de un momento a otro. Lo mejor en este sentido, es utilizar una carpa o tipi que nos proporcionará un ambiente semiabierto o hablar con la finca sobre las opciones de las que disponen.
Si estamos en una época en la que las lluvias son habituales, lo más acertado es adaptar nuestra boda a la lluvia: sacar el máximo partido a paraguas, botas de agua, chubasqueros (ya sea como regalos, como parte del atrezo de la sesión fotográfica...) y por supuesto, llevar a cabo el banquete en un lugar cubierto.
2. Dolor de pies
Algo que sucede más a menudo de lo que pensamos es que, tanto los novios como los invitados, priorizan la estética de unos zapatos a la comodidad. Esto se traduce en que, pasadas unas horas, el dolor de pies les impide seguir bailando y disfrutando de la fiesta. En otra ocasiones, las rozaduras aparecen por sorpresa y, aunque a priori, un calzado parecía cómodo, deja mucho que desear en el gran día.
En ambos casos lo mejor es tener preparado un segundo par más cómodo (plano para sustituir a los tacones) que sepamos a ciencia cierta que no nos va a hacer daño, un kit con tiritas y todo lo necesario para las rozaduras e intentar prevenirlas con productos indicados para ello antes de la boda.
3. Invitados de más... ¿O de menos?
Es muy común en las bodas que invitados que habían confirmado su asistencia no vayan a última hora porque les haya surgido algo. También puede ocurrir, aunque en menor medida, que alguno de los asistentes se presente acompañado de más personas de las que tenías previstas (sus hijos, por ejemplo).
Lo ideal es hablar con cada uno de ellos en los días previos y que te aclaren cuáles son sus intenciones. Para la primera situación no habría gran problema, para la segunda, lo mejor es comunicárselo al catering o la finca cuanto antes y que se encarguen de hacer espacio o preparar lo necesario antes de llegar al banquete.
4. Los temidos olvidos
El día de la boda, los novios viven una mezcla de nervios y emoción, además de estar pendientes de muchos detalles; por eso, es lógico que alguno se les escape. Mientras lo más importante (vestido, anillos etc.) esté presente, lo demás pierde relevancia.
En cualquier caso, lo ideal es hacer una check list y si no disponemos de wedding planner, trasladársela a una persona de confianza, un amigo o los hermanos de los novios, por ejemplo que nos aseguren que van a estar pendientes y nos van a ayudar a cumplirla.
Todas las parejas que van a contraer matrimonio quieren que su enlace sea perfecto, aunque esto casi nunca ocurre porque siempre hay algo que no sale de la manera que los novios habían imaginado. Contar con un wedding planner es una gran opción para tener en cuenta hasta el más mínimo detalle y resolver rápidamente cualquier imprevisto que pueda surgir en la propia boda, pero no siempre podemos invertir en un servicio de estas características.