Bodas civiles: así puedes elaborar el guion perfecto y personalizado
Te enseñamos a elaborar el perfecto guion de boda con unas claves y consejos para seguir una estructura en la ceremonia y evitar posibles fallos e imprevistos
No hay dos bodas iguales. La personalidad de cada pareja está latente a través de todo tipo de elementos presentes desde la ceremonia hasta la fiesta de celebración posterior; no en vano, según el tipo de enlace por el que se decanten los protagonistas tendrá una cierta similitud con otros en lo que a la estructura o el protocolo se refiere, más todavía si estamos ante una boda religiosa en la que se deben seguir ciertas normas.
En las ceremonias civiles, la libertad de llevar a cabo un determinado ritual u otro, dependerá de las preferencias de la pareja; lo que sí es cierto es que, independientemente de esto, elaborar un guion con los pasos a seguir durante la misma es prácticamente esencial, tanto para quien la vaya a oficiar como para todos aquellos que vayan a participar en la misma, ya sea leyendo algún tipo de dedicatoria, entregando las alianzas etc. El objetivo, en definitiva, es que todo el mundo sepa qué hacer y en qué momento y los novios pueden decidir, en este sentido, hasta el más mínimo detalle.
Una boda civil celebrada en un ayuntamiento o notaría no tiene prácticamente posibilidad de personalización. El oficiante en cuestión se limita a leer los derechos y obligaciones de los contrayentes, así como a citar determinadas leyes y artículos del código civil; sin embargo, cuanto esta tiene lugar en una finca y quien conduce la ceremonia es un amigo íntimo, familiar o alguien ajeno (incluso de la organización del lugar), pero dispuesto a llevar a cabo un discurso algo más distendido, los novios pueden ser quien decidan de qué se hable y que tareas se realicen, pero ¿por dónde empezar? Lo detallamos en cuatro claves.
Presentación e introducción
Lo primero que debe hacer una pareja es elegir la música con la que cada uno hará su entrada en el altar en el que finalmente se darán el “sí, quiero”. Como explican desde Bodas.net, lo más habitual es que sea el hombre quien espere a la mujer y, en el caso de parejas homosexuales, el de más edad al menor. También se puede hacer una entrada conjunta y sorprender a todos los invitados, la cuestión es que si además de los protagonistas van a entrar damas de honor, niños con pétalos o ayudantes que sostengan la cola del vestido de novia, todo esto debe incluirse en el guion para evitar fallos e imprevistos.
Una vez se haya situado todo el mundo en su ubicación correspondiente, el oficiante comenzará a hablar y esta primera parte marcará el tono del resto de la ceremonia: si es informal y quien la conduce es alguien cercano a la pareja puede contar alguna anécdota de los novios que desate las carcajadas de los presentes o recurrir a algún momento emocionante. Todo es posible y dependerá de la creatividad de los actores.
Discursos de amigos y familiares
Pasadas las presentaciones, suelen realizarse un máximo de dos lecturas -para no alargar el evento demasiado- de personas elegidas por los propios novios. Así, suelen ponerse de acuerdo entre ellos para no hablar de las mismas cosas, pero normalmente los discursos son sorpresa para los invitados y también para la pareja. Mientras que uno puede ser emotivo y haga alusión a personas que no estén presentes o a momentos especiales, el otro puede quitar hierro a la situación e incentivar las ganas de fiesta con chistes o contando rarezas de la pareja: la clave está en elegir muy bien quién va a elaborar los textos y los va a leer.
Votos matrimoniales
Normalmente, una vez que se ha hablado un poco acerca de la relación de la pareja, en particular, o del amor, en general, los novios pasan a leer sus votos matrimoniales, en el caso de que los hayan escrito (hay quienes improvisan) y de nuevo, pueden ser románticos y emocionantes o una recapitulación de los momentos más divertidos que han compartido juntos hasta la fecha. En cualquier caso, es una declaración de amor en toda regla y ambas intervenciones estarán escritas de forma, más o menos breve, en el guion.
Intercambio de anillos y otros ritos
Dejadas claras las intenciones de los novios de pasar una vida juntos y crear un futuro en común, es decir, poco después de que la persona que oficia la ceremonia les haya preguntado y ellos, hayan contestado eso de “sí, quiero”, llega el momento de representar esta unión a través del intercambio de las alianzas. En el guion figurará, por tanto, la entrada del niño o el familiar que entregue los anillos al oficiante o directamente a la pareja, así como cualquier otro aspecto si se llevan a cabo otros ritos matrimoniales o el intercambio de arras etc.
Despedida y agradecimientos
Por último, no queda más que el oficiante diga eso de “yo os declaro marido y mujer, podéis besaros”, pero de la manera en la que él mismo elija: quitándole sobriedad a la frase en cuestión y haciéndolo de forma divertida o guardando la formalidad en esta frase. Eso sí, no sin antes agradecer a todos los presentes el hecho de haber compartido este momento tan especial en representación de los novios o siendo ellos mismos los que se dirijan a sus invitados. En resumen, hacer un guion perfecto y personalizado se basa en seguir una estructura básica y dotar de creatividad hasta el más mínimo aspecto para hacer de la ceremonia algo único.
No hay dos bodas iguales. La personalidad de cada pareja está latente a través de todo tipo de elementos presentes desde la ceremonia hasta la fiesta de celebración posterior; no en vano, según el tipo de enlace por el que se decanten los protagonistas tendrá una cierta similitud con otros en lo que a la estructura o el protocolo se refiere, más todavía si estamos ante una boda religiosa en la que se deben seguir ciertas normas.