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La historia del vestido de novia de Paula: un Balenciaga que llevaron su abuela y su madre para sus bodas
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La historia del vestido de novia de Paula: un Balenciaga que llevaron su abuela y su madre para sus bodas

Guardado como la joya que es, para pronunciar el 'sí, quiero', Paula Garfella rescató el traje de novia que el maestro Cristóbal Balenciaga creó para su abuela en 1957

Foto: El vestido de novia de Balenciaga que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)
El vestido de novia de Balenciaga que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)

A diferencia de otras novias, normalmente aturdidas por la incertidumbre a la hora de encontrar el look nupcial soñado, Paula sí que sabía, incluso mucho antes de su boda, qué vestido llevaría. "Desde bien pequeña siempre decía que si algún día me casaba, lo haría con el vestido que, años atrás, lucieron mi abuela y mi madre", confiesa. Ese día llegó el pasado 4 de noviembre en Zaragoza, la ciudad natal de la novia.

"Cristian y yo nos conocimos en 2014 en Londres, donde ambos estábamos viviendo por aquel entonces. Después, y ya como pareja, nos mudamos a vivir a Barcelona. No fue hasta 2018 cuando decidimos volver a mis raíces y venirnos a vivir a Zaragoza, él estaría un poco más lejos, ya que es de Granada, pero aceptó", cuenta.

placeholder El vestido de novia de Balenciaga que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)
El vestido de novia de Balenciaga que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)

Dos años más tarde, vino al mundo su hija, la pequeña Chloe. El día que a Paula y Cristian les entregaron el libro de familia, llegó la petición de mano. "No solo conseguí un anillo y futuro marido, sino que mi hija llevara primero mi apellido primero".

La boda de esta zaragozana y este granadino fue una boda de otoño, civil y con celebración posterior, todo en la finca La Casa de las Hiedras. No estuvieron solos, Rebeca, la wedding planner y fundadora de Más Bodas x Rebeca Taberna, la ayudó y asesoró durante el proceso de organización.

placeholder Los accesorios que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)
Los accesorios que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)

Con la fecha y el lugar fijados, tocaba desempolvar el vestido de novia que sí o sí Paula llevaría el día de su boda. Un traje con historia y herencia familiar que era una joya en sí misma. "Mi abuela, María Jesús Ozcáriz, trabajó para el modisto Cristóbal Balenciaga, quien, como fruto de su trabajo y la buena relación que les unía, quiso regalarle esta obra de arte para su boda en 1957", comienza el relato de la novia.

placeholder La abuela de Paula, el día de su boda. (Cortesía)
La abuela de Paula, el día de su boda. (Cortesía)

Con ese vestido de novia que llevó su abuela, también contrajo su madre matrimonio en 1983. Paula sería, por tanto, la tercera generación de mujeres en lucirlo para su boda. "Mi abuela era mi madrina, y aunque ese día nos acompañó desde el cielo, yo sé que le hubiera hecho muchísima ilusión vérmelo puesto", confiesa la zaragozana.

Conservado en perfecto estado, Paula confió esta pieza inmaculada atemporal en el diseñador Enrique Lafuente para adaptarla a su silueta. "La verdad que, pese a mis nervios previos, el día de la primera prueba junto al modisto nos quedamos perplejas cuando comprobamos que el traje me sentaba como un guante, así que no hicimos nada, excepto el cinturón que es creación de Enrique".

placeholder La madre de Paula, el día de su boda. (Cortesía)
La madre de Paula, el día de su boda. (Cortesía)

Amante de la obra de Balenciaga, Lafuente nos explica cómo es el cinturón y otros detalles que creó para completar el atuendo de Paula. "De guipur y adornado con flores de organza, es un cinturón que realicé con un tejido de seda de los años 60 que me había regalado Pedro Esteban, discípulo zaragozano de Balenciaga. Los apliques de flores y guipur del sombrerito de Paula también se añadieron a juego con el ramillete trasero en cascada, para unificar, siempre respetando esta joya, magníficamente restaurada por mi modista Mercedes Espés, y que fue uno de nuestros tesoros de la exposición 'El siglo de Balenciaga' en el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza en febrero 2019".

Así es, el vestido de novia de la abuela de Paula fue parte de una muestra celebrada hace cuatro años. Un diseño que encarnaba y encarna los sueños nupciales de María Jesús Ozcáriz, la primera mujer de esta familia en lucirlo.

placeholder El vestido de novia de Balenciaga que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)
El vestido de novia de Balenciaga que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)

Fabricado con un tejido de encaje floral en color blanco, un material que, 66 años después y dada su alta calidad, se mantiene en perfecto estado, el vestido diseñado por el maestro vasco presentaba un escote barco adornado con puntillas, mangas tres cuartos, cintura ajustada y falda voluminosa con cola. Un diseño de novia que trasciende el espacio-tiempo y que ha unido a abuela, madre e hija.

Con el vestido de Balenciaga como protagonista, los accesorios aportaron el toque diferenciador: "En cuanto al calzado, quise optar por la comodidad con unos zapatos de salón de la firma Unisa en la misma tonalidad que el traje".

placeholder El vestido de novia de Balenciaga que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)
El vestido de novia de Balenciaga que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)

Para las joyas, piezas básicas de su joyero. "Decidí apostar por mi esencia y mis amuletos, aquellos que me acompañan cada día de mi vida. Por un lado, los aretes de oro que me regaló mi madre y, a juego, la cadena, que es un escapulario", explica Paula. Volviendo al vestidor de su abuela, la novia sumó sus guantes de piel de color blanco. Siguiendo la estética de la época en la que se creó el vestido de novia, la zaragozana lució un tocado pillbox en blanco con rejilla a modo de velo realizado en Mayennes, "una tienda de tocados que está en Cambrils, un pueblecito de la costa que también es muy importante para nosotros".

En cuanto al ramo, "fue una creación especial de uno de mis mejores amigos y además testigo del enlace, Nacho Carbonel, que también tiene su propio taller floral, La Fleur De LHomme".

Del maquillaje se encargó Noelia Bernal, de Estée Lauder, y del peinado, Goreti, de Oliver y Goretti. "Sabía que podía confiar en ella, y no falló haciendo dos peinados en uno". Un peinado desmontable: recogido en un moño bajo para la ceremonia y semirrecogido con ondas para la celebración.

placeholder El vestido de novia de Balenciaga que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)
El vestido de novia de Balenciaga que llevó Paula el día de su boda. (Alberto Casas)

El día de Paula y Cristian no pudo salir mejor. "La verdad que queríamos algo bonito, rodeados de los nuestros, y así fue, la boda superó todas nuestras expectativas. Al ser una ceremonia civil decidimos que leyeran y participaron en ella nuestras personas importantes, así que recuerdo cada palabra de las que nos dijeron llenas de amor. Nuestros votos que los guardo en el corazón. Además, el día tan espectacular que nos hizo anunciaba lluvias y al final tuvimos un día estupendo", comenta.

Concluida la ceremonia que unió a la pareja en matrimonio, Paula se quitó el vestido de novia de Balenciaga. "También decir que, como obra de arte que es, me preocupaba la conservación del vestido original de mi abuela, así que decidimos que solo lo llevaría en la ceremonia y foto iniciales. Después me cambiaría a un segundo vestido para poder seguir disfrutando". Un segundo traje de novia en clave joya que Paula compró en Rosa Clará como parte de la colección 'Gatsby'.

placeholder El segundo vestido de novia de Paula. (Alberto Casas)
El segundo vestido de novia de Paula. (Alberto Casas)

La canción para abrir el baile fue 'Perfect' de Ed Sheeran. Como consejo para futuras novias, "dejar a otro encargarse de los detalles y concentraros en disfrutar, va a ser si un día uno de los días más felices de vuestra vida, pero y por eso también de los más rápidos. Así que sonreíd, disfrutar y brillar".

Solo el tiempo dirá si Chloe, la hija de Paula, sigue su legado y se casa con el vestido de novia de Balenciaga de su bisabuela, siendo la cuarta generación en llevar esta cuidada obra de arte.

A diferencia de otras novias, normalmente aturdidas por la incertidumbre a la hora de encontrar el look nupcial soñado, Paula sí que sabía, incluso mucho antes de su boda, qué vestido llevaría. "Desde bien pequeña siempre decía que si algún día me casaba, lo haría con el vestido que, años atrás, lucieron mi abuela y mi madre", confiesa. Ese día llegó el pasado 4 de noviembre en Zaragoza, la ciudad natal de la novia.

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