Cristóbal Balenciaga: pasión por las barriguitas, su conexión con Amancio Ortega y otros enigmas

"Las que hemos trabajado en revistas de moda tenemos mucha información, siempre sobre Dior, sobre Chanel. Es como que son figuras Givenchy, son figuras que siempre están, siempre están en el aire, digamos, ¿no? Y, sin embargo, Cristóbal Balenciaga siempre se ha mantenido más en un segundo plano". Así empieza la conversación con María Fernández Miranda, la autora 'El enigma Balenciaga' (Plaza y Janés). En un momento en el que el discretísimo diseñador ha vuelto a la actualidad con este libro y el próximo estreno de la serie en Disney+ inspirada en el enigmático creador, hablamos con la escritora y periodista de su tercera obra literaria, en la que ha apostado por un género único.

María, escribiste primero 'No madres', luego una novela 'El verano que volvimos a Alegranza' y ahora una obra sobre Balenciaga. ¿Por qué este personaje?

La verdad es que yo siempre había sentido mucha curiosidad por Cristóbal Balenciaga y mi editora y el director editorial de Penguin Random House me animaron, los que me dijeron que la voz que tengo escribiendo podría ser interesante para acercarse a él. Y ahora hay un boom en torno a su figura. A veces no sabes por qué, hay personajes están en el olvido y llega un momento en el que vuelven a la luz, como con la serie que se estrena el 19 de enero.

En este libro combinas declaraciones de fuentes con novela, con un poco de biografía... ¿Un nuevo género?

Como decimos en moda, es un 'mix and match', esa mezcla en la que combinas estilos diferentes o prints que en principio no encajarían y la mezcla resulta. Es un poco lo que me ha sucedido a mí con este libro, no tenía sentido hacer una biografía, ya hay una muy completa, 'The master of us all: Balenciaga, his workrooms, his world'. Miren Arzalluz también había analizado su etapa española. Y tampoco creía en una novela, de ahí que me haya centrado en lo que sé hacer como periodista. Por un lado, la narrativa de alguna novela, he recreado sus ocho escenas de su vida de manera literaria. Pero, por otro lado, yo soy periodista y he recurrido a las fuentes. Todo aquello que yo no sabía de Cristóbal. Además de investigar, he ido a preguntar a otros que saben más que yo, como Lorenzo Caprile, como Sonsoles de Rivera, Lemoniez...

¿Has hablado con la marca? Después de tanta polémica en los últimos tiempos...

No he hablado con ella, no lo he hecho porque en el libro yo no quería hablar de lo que es hoy. Quería hablar sobre Cristóbal Balenciaga, no es sobre la marca. Mi libro acaba cuando él muere.

En el libro hay palabras y conceptos que se repiten: discreción, emprendedor, educado, íntegro, callado, riguroso, exigente, tenaz, ambicioso, tímido, humilde, elegante. Estos adjetivos hacen una analogía directa con otro personaje que ha dejado una huella profunda en la moda española. Personajes paralelos, pero con características comunes, Amancio Ortega.

Pues no, no lo había pensado, pero mira, me parece una comparación interesante la que haces porque es verdad. Además, en los tiempos en los que vivimos, en un tiempo en el que todos estamos sobreexpuestos, incluso los que no hacemos grandes cosas estamos sobreexpuestos. Amancio Ortega se ha mantenido una discreción absoluta y es verdad que Cristóbal Balenciaga se mantenía en la misma línea. Luego, claro, su manera de entender la moda es radicalmente opuesta, porque Cristóbal Balenciaga era la alta costura, un trabajo absolutamente personalizado. Y Amancio Ortega es el trabajo hacia las masas. En cualquier caso los dos fueron innovadores y han sido las figuras españolas más relevantes de la moda española a nivel internacional. De la misma manera que la figura de Cristóbal Balenciaga me merece un gran respeto. La de Amancio Ortega también me merece un gran respeto por su elegancia, el saber mantenerse en un segundo plano cuando consideras que lo que tienes que invertir tu tiempo sin hacer un buen trabajo.

"A mi edad uno todavía puede cambiar de vida, pero no de oficio", C.B.

Y que los dos han hecho una cosa que tú dices que en el libro: "Proyectaban una nueva calidad".

Sí. Ahora mismo que Inditex recibe muchas críticas porque a todos nos preocupa la sostenibilidad, es muy fácil juzgar a Amancio Ortega y juzgar Zara y el fast fashion, pero yo siempre pienso que hay que ser justos y analizar las cosas en cada momento. Hay que contemporaneizar a los personajes. De la misma manera que Cristóbal Balenciaga hizo el vestido de novia de Carmen Martínez Bordiu, la nieta de Franco, era una etapa histórica, un hombre de su tiempo. Y hay que entenderlos como tal. Cada uno fue atrevido a su manera, Ortega democratizó la moda, hizo que fuera accesible a todo el mundo. Y yo creo que ahora, en la era de Marta Ortega, el camino que seguirán es ese cuidado hacia la sostenibilidad y hacerla replantearse el efecto de lo que están haciendo.

Comparas el perfil de Cristóbal con Coco Chanel, buscaban la comodidad en la mujer.

Eran dos perfiles muy diferentes, pero quizás sí que fueron las dos primeras figuras que pensaron en que la mujer se sintiera cómoda en su piel. Ella liberó a las mujeres de los corsés porque les puso pantalones. De Balenciaga no es tan obvio porque tú ves construcciones complicadas. Pero es verdad que los expertos dicen que cuando analizas la prenda por dentro, que es donde está su complejidad, él dejaba aire entre el cuerpo y la tela, dejaba espacio para que el cuerpo pudiera moverse y tuviera y libertad. Los dos fueron respetuosos. Además, era un hombre que decía que una mujer no tiene por qué ser perfecta, ya lo hará el vestido por ella. Tenía una frase maravillosa: "Dame un cuerpo imperfecto y lo haré perfecto".

Lo opuesto a lo que pasa normalmente en pasarela, que invita a la mujer a adelgazar y a adaptarse a los cánones establecidos, ¿no?

Exacto. Siempre ha habido un poco de injusticia de las de las marcas de moda hacia las mujeres. Y yo creo que él buscó entenderlas. Cristóbal Balenciaga respetaba el cuerpo de la mujer, no buscaba modelos que fueran espectaculares, quería que fueran elegantes, que caminaran bien, no eran mujeres bellísimas. Eso no le importaba.

De hecho, cuentas una anécdota de sus vendedoras...

Es una anécdota que me he encontrado en mi investigación y que me ha parecido bonita. Por lo visto, sus vendedoras murmuraban: "A monsieur le gustan las barriguitas". Él aspiraba a vestir a mujeres reales. Ahora que se habla tanto de mujeres reales, él lo hacía, se habla mucho del Balenciaga de París. Pero los que somos del norte de España sabemos que no solo vestía a las aristócratas, a las americanas adineradas, a las grandes actrices. También vestía a muchas mujeres del País Vasco y yo, que soy de Asturias, sé que había mucha influencia de Balenciaga. Había muchas de clase media alta que se vestían en los talleres españoles de Balenciaga y muchas modistas que copiaban lo que él hacía.

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C.C

Hay varias anécdotas en las que hablas de clientas fieles que cuentas que tenían 400 vestidos, o incluso más...

Trabajaba muchísimo, él vivía consagrado a su oficio. A mí me ha hecho reflexionar hoy en día que pasamos tanto tiempo en cenas, en fiestas, en Instagram. Si todos todo ese tiempo lo estuviéramos dedicando a nuestro oficio o a nuestra vocación, seríamos capaces de hacer muchas más cosas en él. También hay una anécdota de una crónica muy graciosa del periódico 'La Nueva España', que habla de que era un hombre misterioso que no se le veía en las 'boites' (salas de baile en francés). Y es que él no perdía el tiempo en la vida social. Al final de su vida eso le pasó factura porque se dice que tenía artrosis en las manos, porque también modelaba la tela con los dedos. Se quejaba de fuertes dolores de espalda. Y además del argumento de la aparición del prêt-à-porter una de las razones por las que se retiró, yo creo que fue porque estaba exhausto.

Era una época de personajes muy diferentes, encontramos su caso, o el de Flora Villarreal, que es la gran desconocida (injustamente) de la moda española, o el de Coco, que fotografió cada momento de su vida.

Yo creo que de Chanel lo sabemos todo y de Balenciaga no sabemos nada. Como decía él: "Lo importante no es el éxito, sino el prestigio". En el libro cada capítulo se abre con una frase que dijo, son ocho frases. Dar con esas frases ha sido una tarea titánica porque él solo concedió dos entrevistas en su vida, y además con pocos entrecomillados, y no era para nada un personaje público. Ha sido dificilísimo. Sin embargo, yo te puedo decir de memoria montones de citas de Coco Chanel. Tiene que ver mucho también con el carácter de cada uno de ellos. O sea, Balenciaga quería que su nombre muriera con él y Coco Chanel quería pasar a la posteridad. Quería trascender.

"Nadie se imagina lo duro y agotador que es este oficio, a pesar de todo el lujo y el glamour", C.B.

En otras entrevistas hablas de que te has enamorado del personaje, ¿es así?

Piensa que me he pasado casi los dos últimos años (puentes, vacaciones, fines de semana...) con Cristóbal Balenciaga, no con mi marido. Cuando tú escribes un libro de estas características, yo que leo mucho, llevo dos años y que solo leo sobre él porque tengo que compatibilizar siempre la escritura con mi trabajo de periodista. Tengo un tiempo libre muy limitado y se lo he dedicado a él. Solo he buscado en YouTube cosas sobre él, le he tenido en la cabeza. Siempre ha estado en mi cabeza. Ha ido conmigo a todos lados y yo ya admiraba su parte profesional. Pero es que lo que he descubierto su faceta personal, que me ha enamorado, me ha gustado. Iba apuntando adjetivos según iba investigando para tratar de definir su personalidad y he entendido sus luces y sombras. Era ambicioso, pero generoso; muy religioso, pero al mismo tiempo era tenía una visión muy amplia de la vida y de las cosas. Hablé con Alberto San Juan, que lo interpreta en la serie de Disney+, y le pregunté si le había pasado lo mismo porque el trabajo de quien escribe se parece al de quien interpreta. Son bastante similares porque te metes en su piel. Y Alberto San Juan me dijo: "Yo le quiero mucho". Era muy elegante; y no solo en la elegancia, en la forma, sino también en el fondo. Es la persona que a mí me habría gustado entrevistar.