Es noticia
Menú
Cristóbal o sentir la moda a través del arte
  1. Estilo
  2. Moda
INFLUENCIAS DE MODA

Cristóbal o sentir la moda a través del arte

El diseñador más grande de nuestro país construyó su leyenda a través de la historia de la pintura española

Foto: Exposición en el V&A Museum de Balenciaga. (Getty)
Exposición en el V&A Museum de Balenciaga. (Getty)

“La pintura española es sin lugar a dudas la principal fuente de inspiración de la que Balenciaga extrae sus ideas”. Así de explícita fue Mme. Marie-Andrée Jouve, jefa de los archivos Balenciaga durante más de 40 años, y autora de la primera obra retrospectiva que se publicó sobre el modisto. Quienes le conocieron no dudan de la notable influencia que tuvieron algunas obras de arte creadas por pintores de la llamada Escuela Española, desde el siglo XVI hasta el siglo XX, en el proceso creativo del genial diseñador Cristóbal Balenciaga, uno de los más grandes y más influyentes creadores de todos los tiempos.

placeholder Vista de varios artículos expuestos en el Museo Balenciaga de Getaria (Gipuzkoa), 'Moda y patrimonio. Cristóbal'. (EFE/Javier Etxezarreta)
Vista de varios artículos expuestos en el Museo Balenciaga de Getaria (Gipuzkoa), 'Moda y patrimonio. Cristóbal'. (EFE/Javier Etxezarreta)

Las aportaciones de la historia del arte español han sido una fuente inagotable de inspiración universal para la creación contemporánea en todos sus ámbitos, desde los primeros impresionistas o las vanguardias del siglo XX al arte de nuestros días e incluso a las generaciones de artistas que están todavía por llegar. Y Balenciaga, como representante excepcional del mundo de la alta costura, no fue ajeno a ese enorme potencial inspirador, permitiendo que las referencias al arte y la cultura española estuvieran siempre muy presentes en su trabajo.

Las líneas simples y minimalistas de los hábitos religiosos o el volumen arquitectónico de estos tejidos son una constante en muchas de sus piezas nupciales. El aire de la bata de cola de una bailaora flamenca se deja ver en los volantes de muchos de sus vestidos de cóctel. Los brillos del traje de luces se trasladan con maestría al paillette bordado de una chaqueta bolero. La estética de la indumentaria en la corte de los Austrias se ve reflejada en las negras telas aterciopeladas adornadas con azabache de sus creaciones de noche. Todos ellos son ejemplos de la aspiración que supuso el anhelo de lo bello en la historia del arte como fuente de inspiración, confirmada por los grandes conocedores de la trayectoria vital y profesional de Cristóbal Balenciaga.

placeholder 'Cristóbal Balenciaga, moda y patrimonio. Contextos'. (EFE/EPA)
'Cristóbal Balenciaga, moda y patrimonio. Contextos'. (EFE/EPA)

La vinculación directa de Balenciaga con la pintura española se hizo evidente a partir del año 1939 cuando presentó en París el diseño de su vestido Infanta, una reinterpretación moderna de los vestidos usados por la infanta Margarita en los diferentes retratos de la corte de los Austrias realizados por Diego de Velázquez. Pero Balenciaga no se dejó atraer solo por Velázquez, y a lo largo de su carrera tomó como fuente de inspiración las paletas cromáticas, los volúmenes, las formas de las telas presentes en los cuadros de los grandes artistas españoles como El Greco, Pantoja de la Cruz, Zurbarán, Murillo, Ribera, Maíno, Sánchez Coello, Arellano, Goya, Madrazo o Zuloaga.

placeholder 'China: Through The Looking Glass', Costume Institute Benefit Gala. (Getty/Slaven Vlasic)
'China: Through The Looking Glass', Costume Institute Benefit Gala. (Getty/Slaven Vlasic)

Con una fuerte visión propia, mantuvo estas influencias historicistas y artísticas hasta en su periodo más vanguardista, el periodo en el que le influye el estilo minimalista de los años sesenta. Ese sello personal que da a sus obras y su capacidad creativa para diseñar prendas atemporales es precisamente lo que hace de Balenciaga un modisto de culto. Fue capaz de recuperar siluetas históricas y revisarlas de una manera tan moderna que su interpretación de algunas siluetas clásicas, tradicionales, es la que permanece. Sus hitos, como la línea barril, el vestido chemise, los abullonados, la túnica, el vestido saco, así como las formas puras que le valieron el apodo de 'arquitecto de la moda', se han perpetuado hasta nuestros días a través de su influencia. Un influjo y una capacidad de inspirar que le han permitido transcender.

placeholder Exposición en el V&A Museum de Balenciaga. (Getty)
Exposición en el V&A Museum de Balenciaga. (Getty)

Transcender puede que sea uno de los principales deseos de todos aquellos que entregan su vida a la creación. Transcender, penetrar en el imaginario de la sociedad para quedarse anclado en su memoria colectiva, superar fronteras, ser hoy pero también mañana. Casi una utopía que hace de verdades íntimas grandes dogmas sensibles. Si en tiempos de Felipe II la moda española (mezcla de oscurantismo religioso, recia austeridad y parte de la etiqueta borgoñona heredada de su augusto padre) se convierte en realidad universal, con Cristóbal Balenciaga asistimos a un nuevo despertar del estilo español, ese que mezcla a partes iguales rigidez y formas grandilocuentes, ascetismo y complejidad.

Desde el París de la modernidad, el de Madeleine Vionnet y Le Corbusier, supo extender su visión de la realidad en forma de piezas exquisitas donde vibraban Velázquez y Goya, Miró y Picasso (con el que le compararía otro grande, Cecil Beaton), pero también los toros, el cante jondo y una profunda espiritualidad. Allí, en el número 10 de la Avenue George V, concibió algunas de las obras más bellas de la historia de la moda. Sastres de perfil arquitectónico, vestidos cóctel modelados en seda o abrigos que invertían la figura femenina. Todos bajo un mismo prisma, embellecer a la mujer y, por ende, el mundo. Más de cincuenta años consagrados a la alta costura, a eso que, según Baudelaire, por ser bello contiene siempre algo de extravagante, aspirando a la continua renovación que supone el inexorable paso del tiempo. Una belleza sublime hilvanada con una profunda espiritualidad pensada para durar eternamente, para hacernos sentir.

placeholder Exposición en el V&A Museum de Balenciaga. (Getty)
Exposición en el V&A Museum de Balenciaga. (Getty)

Sentir. Sintiendo a Velázquez, Balenciaga creó las más bellas siluetas femeninas de la alta costura del siglo XX. Sintiendo a El Greco atornasoló rasos de seda, satenes y tafetanes drapeados con los colores más vibrantes. Sintiendo a Sánchez Coello o Pantoja de la Cruz, tiñó de negro lanas y terciopelos que dignificaron la ausencia de color a las cúspides de la elegancia suprema. Sintiendo a Zurbarán, diseñó con gazar emblemáticos volúmenes santificados en todas sus creaciones y eliminó costuras para acercar a Dios la pureza de un traje de novia. Sintiendo a Goya, glorificó la artesanía de un encaje, embelleciendo el rubor de la transparencia con encanto y gracia. Sintiendo a Zuloaga encontró orgullo en 'lo español' que emergió en cada una de sus capas, en cada una de sus toiles. Sintiendo el arte, ennobleció el arte mismo, ambicionando la perfección de una puntada, herencia de una sencilla costurera de Getaria, Martina Eizaguirre, su madre.

“La pintura española es sin lugar a dudas la principal fuente de inspiración de la que Balenciaga extrae sus ideas”. Así de explícita fue Mme. Marie-Andrée Jouve, jefa de los archivos Balenciaga durante más de 40 años, y autora de la primera obra retrospectiva que se publicó sobre el modisto. Quienes le conocieron no dudan de la notable influencia que tuvieron algunas obras de arte creadas por pintores de la llamada Escuela Española, desde el siglo XVI hasta el siglo XX, en el proceso creativo del genial diseñador Cristóbal Balenciaga, uno de los más grandes y más influyentes creadores de todos los tiempos.

Tendencias
El redactor recomienda