¿Cuántos juguetes deberían tener tus hijos, según Álvaro Bilbao?

Con la Navidad a la vuelta de la esquina, este experto en crianza nos da las claves sobre cuántos juguetes deberían tener nuestros hijos. La máxima de este neuropsicólogo es contundente: “Menos es más”, por lo que habrá que reducir al máximo la carta a los Reyes Magos.

La explicación es muy simple pues, según nos cuenta, “muchos juguetes distraen al niño”, sin embargo, “con menos juguetes el niño juega y se mantiene entretenido durante más tiempo”. El mundo actual en el que vivimos hace que nuestros hijos tengan tantos juguetes que no les dé tiempo a usarlos todos ni siquiera a valorarlos.

Un hecho que está “comprobado científicamente” y cuyos estudios al respecto indican que “la calidad del juego es mejor con cuatro juguetes que con dieciséis”. Los niños que tienen menor cantidad de juguetes crean más posibilidades con ellos, haciendo que “el juego sea más rico e imaginativo”. Algo que ya saben nuestros padres y abuelos, cuyos juguetes cuidaban con verdadero cuidado, pero que parecen haber olvidado cuando se trata de contentar a sus nietos o bisnietos.

Incluso, asegura este experto en crianza y padre de tres hijos, que los niños que tienen menos cantidad de juguetes donde elegir “se concentran mejor”, puesto que dedican “más tiempo y atención a ese juego”, lo que les permite mejorar su capacidad de concentración. Demasiados juguetes puede distraerles de tal manera que no desarrollen un juego tan elaborado.

Eso no significa en ningún caso que haya que volverse loco en casa y que tengamos que tirar la mitad de los juguetes que tenemos y que tanto dinero y esfuerzo nos ha costado comprar. El doctor Bilbao nos da las claves para conseguir que su juego se centre únicamente en algunos juguetes.

Una de ellas es sacando solo dos o tres para que jueguen cada tarde con ellos, sin otras distracciones. Además, también recomienda rotar los juguetes por semanas, para que haya unos disponibles para que coja el niño y otros guardados, con los que jugará en otro momento. Trucos que aplican, evidentemente, cuando nuestros hijos son pequeños y aún controlamos con qué pueden jugar y con qué no.