Manzanilla o camomila, qué pasa si la tomas todos los días: beneficios y contras de su consumo
La famosa infusión es reconocida por sus propiedades positivas para el cuerpo. Sin embargo, ¿la ciencia confirma que es tan buena como dicen?
El agua es vida, y las infusiones son grandes aliadas para tomarla. Así, más allá del formato clásico del H₂O, estas preparaciones se convierten en una fuente maravillosa de hidratación saborizada. Más saludables que los refrescos o las bebidas alcohólicas, siempre hay una infusión perfecta para cada momento.
De las propuestas para mejorar la digestión a las que ayudan a dormir o las infusiones frías que activan el metabolismo, existen infinidad de recetas o ideas para cualquier época del año. Infusiones donde reina, como uno de los ingredientes predilectos, la manzanilla o camomila. Una planta medicinal que ya se usaba en el antiguo Egipto y en la época greco-romana, y que sigue siendo imprescindible.
Así, la ciencia avala que tomar una infusión de manzanilla a diario tiene numerosos aspectos positivos para el cuerpo. Sin embargo, también tiene unas contraindicaciones que conviene conocer. La manzanilla es especialmente famosa por su efecto calmante. Beneficiosa para luchar contra el estrés y la ansiedad, tiene unos compuestos que actúan sobre el cerebro, favoreciendo la relajación.
Lo que, a su vez, mejora la calidad del sueño. Así lo confirman estudios como el publicado en el 'Journal of Advanced Nursing', que desveló como la apigenina, un antioxidante presente en la manzanilla, se une a ciertos receptores en el cerebro que inducen el sueño y reducen el insomnio. No podemos olvidar tampoco que la manzanilla, junto a otras plantas medicinales como la salvia, tiene una gran capacidad para aliviar el malestar digestivo.
La manzanilla, aliado saludable
Asimismo, tomar una infusión de camomila puede ayudar a calmar el tracto digestivo y reducir problemas como la acidez y los cólicos. Además, sus propiedades antiinflamatorias y antiespasmódicas contribuyen a una mejor digestión y alivio de molestias gastrointestinales. Precisamente hablando de la inflamación, su alto contenido en flavonoides (un tipo de antioxidante) hace que reduzca la inflamación del cuerpo y el estrés oxidativo de las células.
Sin embargo, a pesar de sus demostrados beneficios, la manzanilla puede ser contraproducente para ciertas personas. Las primeras, aquellas que tengan alergia a esta planta o a alguna de la familia de las Asteraceae, como las margaritas o los crisantemos. Además, es muy importante destacar que puede interactuar con ciertos medicamentos, como anticoagulantes como la warfarina, incrementando el riesgo de sangrado, o con fármacos sedantes. Por lo que ante cualquier duda es recomendable consultar con un médico o farmacéutico.
Finalmente, también se debe moderar el consumo de manzanilla durante el embarazo y la lactancia debe ser moderado. Ciertos estudios han sugerido que la manzanilla, aunque en dosis muy altas, podría aumentar el riesgo de aborto. Unas cuestiones que, una vez más, conviene consultar con un profesional sanitario. Aun así, a nivel general, la ciencia ha corroborado a lo largo de los siglos los superpoderes de la manzanilla. Una infusión que se puede preparar con muchas variantes, accesible y asequible, cargada de beneficios.
El agua es vida, y las infusiones son grandes aliadas para tomarla. Así, más allá del formato clásico del H₂O, estas preparaciones se convierten en una fuente maravillosa de hidratación saborizada. Más saludables que los refrescos o las bebidas alcohólicas, siempre hay una infusión perfecta para cada momento.
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