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Cinco lecciones de los estoicos para encontrar la felicidad que siguen vigentes
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Cinco lecciones de los estoicos para encontrar la felicidad que siguen vigentes

El filósofo Jorge Freire recoge en 'Felices como estoicos' fragmentos de Marco Aurelio, Séneca, Epicteto y Cicerón que están más de actualidad que nunca

Foto: El filósofo Jorge Freire. (EFE / Iñaki Porto)
El filósofo Jorge Freire. (EFE / Iñaki Porto)

Tras el éxito de 'La banalidad del bien', en el que criticaba la falsa bondad de las redes sociales o el buen rollo de algunos trabajos que rompen con la jerarquía, el joven filósofo madrileño Jorge Freire edita 'Felices como estoicos' (Roca), un libro en el que en realidad 'solo' ha escrito el prólogo. El resto es una recopilación de reflexiones que dejaron escritas Marco Aurelio, Séneca, Cicerón o Epicteto, los principales referentes de esta corriente filosófica que hoy corre como la espuma por las redes sociales. Freire se ha dado cuenta, como todos, de que el estoicismo está de moda "y no tiene por qué ser necesariamente una mala noticia", escribe.

"El estoicismo", resume Freire en el prólogo, "defiende la posibilidad de alcanzar como seres racionales la felicidad, entendida, en sentido griego, como paz interior (ataraxia) o ausencia de perturbaciones causadas por los deseos insatisfechos. El fin es lograr, mediante la templanza y el autocontrol, la eliminación y ausencia de cualquier pasión que provoque inquietudes en el ánimo [...] El método para alcanzar la ataraxia es mantenerse indiferente a las comodidades materiales y a la fortuna, bajo la asunción de que las cosas externas que tanto ansiamos, como la riqueza, la salud y el placer, no son buenas o malas en sí mismas, ni dependen de nosotros".

Foto: El filósofo Jorge Freire (Pilar Martín)

El estoicismo fue fundado por Zenón de Citio en torno al 300 a.C. y desde sus orígenes fue concebido "como una filosofía de calle: una invitación a la acción pública y personal". La filosofía fue desarrollada durante cinco siglos, hasta el último gran estoico, Marco Aurelio, y abarca otras ramas de la filosofía que no tienen que ver con la ética, aunque es esta la que se ha convertido en 'mainstream' "por su vigor intacto". "Uno lee y comprende al instante, sintiéndose directamente interpelado, y hasta siente la tentación de colgarse el ribete de iniciado", escribe Freire.

El filósofo señala que no deja de ser curioso que en este mundo dominado por el capitalismo y desprovisto de valores, triunfe una filosofía que promueve todo lo contrario. Alerta del peligro de percibirla más como una terapia de autoayuda que como una forma de ser y estar en el mundo. "¡Éxito asegurado! Una filosofía que, tomada a retales, y vaciada de contexto y sistema, consigue ser lo que es: un perfecto producto posmoderno, homologable a filosofías orientales, al mindfulness, al CrossFit o al intercambio urgente de criptomonedas", escribe. Sin embargo, celebra la vuelta del estoicismo, –"¿cómo no hacerlo?"– y a continuación recopila fragmentos o microfragmentos de los grandes autores sobre cómo hacer frente a la adversidad, el autoconocimiento, cómo alcanzar la excelencia, la práctica de la virtud, y la dicha y la sabiduría. Escogemos cinco pasajes relacionados con esta última parte.

placeholder Zenón de Citio, fundador de esta filosofía. (EC)
Zenón de Citio, fundador de esta filosofía. (EC)

1. Según Cleantes (ss. IV-III a.C.), el individuo que carece de la virtud estoica es como un perro atado a un carro, obligado a ir adonde este le conduzca. Un sabio virtuoso, por el contrario, modifica su voluntad para adaptarla al mundo y permanecer, según Epicteto, enfermo y aun así feliz, en peligro y aun así feliz, exiliado y aun así feliz, en desgracia y aun así feliz, postulando una voluntad completamente autónoma frente a un universo determinista. Más tarde, Séneca (s. I) remataría magistralmente el asunto recordando la enseñanza de Demócrito: "El hombre más feliz es aquel que no necesita la felicidad".

2. Cicerón, en su primera Filípica contra Marco Antonio: "¿Qué día más alegre puedes recordar que haya resplandecido en tu vida que aquel en el que, tras haber purificado el foro, disuelto la muchedumbre de los sacrílegos, castigado a los cabecillas de los crímenes, y liberado Roma de las llamas y del temor de una matanza, te retiraste a tu casa?".

3. Séneca, en sus Cartas a Lucilio: "La filosofía no es un señuelo para deslumbrar al pueblo, ni es propia para la ostentación; no consiste en palabras, sino en obras. No tiene tampoco por objeto pasar el día con un apacible entretenimiento para quitar su náusea a la ociosidad: ella forma y modela el alma, ordena la vida, gobierna los actos, muestra lo que debe hacerse y lo que debe omitirse, está sentada al timón, y dirige la rota entre las dudas y las fluctuaciones de la vida".

4. Epicteto, en su Manual de Vida: "Si vieras a alguien entre honores, poder, o de cualquier otro modo engrandecido, guárdate bien de, confundido por las apariencias, llamarlo feliz. Porque, si la esencia de la tranquilidad reside en las cosas sujetas a nuestro arbitrio, ahí no tendrán cabida la envidia ni la emulación. Así pues, no desees ser general de tropas, senador ni cónsul, sino libre. Para esto no hay más que un camino, que es el del desestimar las cosas que no están en nuestra mano conseguir".

5. Marco Aurelio, en sus Meditaciones. "Pero el hombre feliz es el que labra una buena fortuna; y una buena fortuna no consiste en otra cosa que en las buenas inclinaciones del alma, los buenos deseos y las buenas acciones".

Tras el éxito de 'La banalidad del bien', en el que criticaba la falsa bondad de las redes sociales o el buen rollo de algunos trabajos que rompen con la jerarquía, el joven filósofo madrileño Jorge Freire edita 'Felices como estoicos' (Roca), un libro en el que en realidad 'solo' ha escrito el prólogo. El resto es una recopilación de reflexiones que dejaron escritas Marco Aurelio, Séneca, Cicerón o Epicteto, los principales referentes de esta corriente filosófica que hoy corre como la espuma por las redes sociales. Freire se ha dado cuenta, como todos, de que el estoicismo está de moda "y no tiene por qué ser necesariamente una mala noticia", escribe.

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