Ni meditación ni pantallas, estos son los hábitos nocturnos que recomiendan los psicólogos para ser más felices y dormir como un bebé

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La felicidad no siempre está ligada al éxito profesional, la riqueza o la ausencia de problemas. Más bien, es el resultado de pequeñas acciones que fortalecen el bienestar mental y emocional. Entre estos hábitos, los que se realizan antes de dormir tienen una gran influencia en la manera en que afrontamos cada día.

Las personas más felices han entendido que la noche es el momento perfecto para cerrar ciclos, liberar preocupaciones y preparar la mente para un descanso reparador. Uno de estos hábitos es el de desconectarse de las pantallas al menos una hora antes de acostarse, optando por otras actividades como la lectura, la escritura. Este simple cambio ayuda a mejorar la calidad del sueño y favorece un descanso profundo.

En lugar de enfocarse en los problemas, otro hábito que debemos implantar es el de dedicar unos minutos a recordar los momentos positivos de la jornada. Desde un pequeño logro hasta un gesto amable, esta práctica de gratitud nos permite cerrar el día con una perspectiva más optimista y fortalecer el bienestar emocional.

Respetar un horario regular de sueño es otro factor clave para el equilibrio físico y mental. Las personas más felices se acuestan y despiertan a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Este hábito ayuda a regular el ritmo biológico y proporciona más energía para enfrentar el día siguiente.

En lugar de buscar distracción constante, los psicólogos recomiendan realizar actividades que permitan a nuestra mente divagar y procesar pensamientos sin interrupciones. Este espacio mental fomenta la creatividad y el autoconocimiento, algo que las distracciones digitales suelen impedir.

Practicar la gratitud antes de dormir como, por ejemplo, reflexionar sobre lo bueno que tiene nuestra vida ayuda a cambiar la perspectiva y favorece la apreciación de los pequeños detalles que, a menudo, pasamos por alto.

Por último, dejar atrás preocupaciones o resentimientos es otra de las claves. En lugar de acostarse con ira, culpa o frustración, debemos buscar formas de procesar y soltar estas emociones, entendiendo que cada día es una nueva oportunidad.

Los hábitos nocturnos juegan un papel vital en la construcción de un bienestar emocional duradero. Desconectarse de las preocupaciones, reflexionar sobre lo positivo y establecer una rutina de descanso son acciones fáciles de llevar a cabo que tienen un gran impacto en nuestra salud mental y emocional.