El sencillo truco para limpiar las esponjas de maquillaje y dejarlas como nuevas

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Las esponjas de maquillaje, especialmente las del tipo "beauty blender", se han convertido en un imprescindible en las rutinas de belleza. Sin embargo, también son uno de los elementos que más suciedad y bacterias acumulan si no se limpian correctamente. Los restos de base, corrector y grasa de la piel se incrustan con facilidad en su superficie porosa, y si no se retiran a tiempo, pueden favorecer la proliferación de microorganismos que acaban causando brotes de acné, irritaciones o infecciones cutáneas.

Aunque existen numerosos métodos caseros que prometen dejarlas impecables, no todos son igual de eficaces ni seguros. Si prefieres evitar soluciones como el vinagre o el bicarbonato, existe un truco muy sencillo, rápido y comprobado que puede devolverles su aspecto original sin dañar el material ni alterar su textura: el método del microondas.

Para llevarlo a cabo solo necesitas un jabón líquido suave —puede ser uno de bebé, un gel limpiador facial o un jabón específico para brochas—, un bol o taza resistente al calor y un microondas. Primero, empapa bien la esponja bajo el grifo con agua tibia, apretándola varias veces hasta que esté completamente húmeda. Luego, llena el recipiente con agua templada, añade una buena cantidad de jabón y remueve hasta generar espuma. Sumerge la esponja en esa mezcla y asegúrate de que queda completamente cubierta. Si flota, puedes presionarla con una cuchara de madera o un utensilio similar.

A continuación, introduce el bol en el microondas durante un minuto y medio a potencia media. El calor del agua actuará como desinfectante, mientras que el jabón ayudará a desprender los restos de maquillaje acumulado. Una vez transcurrido el tiempo, deja reposar el recipiente unos segundos para evitar quemarte, y luego retira la esponja con cuidado. Enjuágala bajo el grifo mientras la aprietas suavemente hasta que el agua salga completamente limpia. Por último, déjala secar al aire en un lugar ventilado, sin cubrirla ni guardarla en recipientes cerrados.

Este truco es efectivo con la mayoría de esponjas de maquillaje y tiene la ventaja de no deteriorar el material, siempre y cuando se evite el uso de jabones agresivos o temperaturas excesivas. Tampoco es necesario frotar con fuerza ni recurrir a productos abrasivos: el calor y el jabón hacen el trabajo de forma delicada pero eficaz. Si usas la esponja de forma habitual, lo ideal es repetir esta limpieza al menos una vez a la semana, aunque quienes se maquillan a diario deberían hacerlo incluso cada tres o cuatro días.

Mantener una buena higiene en las herramientas de maquillaje no solo prolonga su vida útil, sino que es clave para cuidar la salud de la piel. Este sencillo método es una solución práctica, rápida y económica que permite mantener las esponjas limpias y como nuevas, sin recurrir a fórmulas complicadas ni ingredientes innecesarios.