Lavarse la cara con esponjas, que no discos, la nueva técnica de limpieza en Corea
En su pasión por la limpieza total pero cuidadosa de la piel, Corea empieza a defender el uso de esponjas tipo cushion para enjabonar el rostro, que no discos de algodón
En la búsqueda hacia una cosmética más consciente, reducir al máximo los residuos que esta produce, desde sus envoltorios hasta sus fórmulas, ha normalizado el uso de recipientes biodegradables tan innovadores como el envase de cartón FSC de Garnier, además de contribuir a una retirada progresiva de ingredientes como microplásticos de los exfoliantes tradicionales, polímeros plásticos no biodegradables o packagings que generan residuos de plástico que tardan cientos de años en desaparecer.
Pero esta preocupación hacia una cosmética más sostenible también ha contribuido a la expansión de los discos desmaquillantes reutilizables. De algodón y fácilmente lavables, sustituían hasta la fecha a los discos de algodón. Pero, en este auge de la cosmética en pads, que va desde las mascarillas en parches hasta las microabrasiones en disco, las nuevas invitadas a la fiesta son las esponjas desmaquillantes.
El término puede parecer confuso ya que este invento coreano se mueve entre las esponjas planas para retirar mascarillas o enjabonar el rostro, los mencionados pads de algodón y las esponjas con las que se aplica el maquillaje tipo cushion. A diferencia de otros gadgets, las esponjas desmaquillantes o limpiadoras solo se utilizan por una de las caras, ya que la otra mantiene la clásica tira de las esponjas de maquillaje, que sirve para introducir los dedos y aplicar base o polvos de una forma más cómoda.
Al igual que las esponjas que vienen con los maquillajes tipo cushion, su superficie es muy suave, lo que permite que el impacto con la piel sea muy sensible y, al extender el limpiador el simple gesto de arrastrar la suciedad fuera del rostro no la irrite. “Si bien sustituirían al segundo paso de la doble limpieza, es decir, al limpiador al agua, pueden usarse solos y proporcionan una limpieza profunda”, explican desde Miin Cosmetics, la tienda española de cosmética coreana. La doble limpieza coreana implica una primera retirada de los residuos grasos y las fórmulas waterproof con ayuda de un bálsamo o aceite, aclarada y seguida por un limpiador de base acuosa como un gel, una espuma o un jabón con el que retirar el resto de suciedad y residuos. Las esponjas desmaquillantes pueden terminar la limpieza junto con el gel o retirar la suciedad que quede en el rostro tras el primer paso.
Además de la superficie suave, como buena esponja, su interior es poroso, de tal forma que permite que el aire se cuele y la espuma de los limpiadores tipo gel sea más fácil de distribuir. Otra de las ventajas de este tipo de gadgets es su doble función. Mientras algunas esponjas limpiadoras tan solo tiene un lado útil, otras tienen dos, siendo uno de ellos más rugoso y favoreciendo así una exfoliación superficial. En vez de tener que utilizar un cepillo de limpieza, tanto físico como eléctrico, los cleansing pads facilitan el enjabonado sin dañar la piel ni generar residuos.
Mini-shopping para una superpiel
El invento, que ha tenido su auge en Corea del Sur, ya se ha expandido hasta nuestro territorio, siendo cada vez más las marcas que incluyen este tipo de esponjas limpiadoras, implementando variaciones. Una de las más reseñables es Beaudiani, marca surcoreana y a la venta en Miin, que ofrece distintos formatos de esponjas como la exfoliante corporal, de mayor tamaño y con el aceite de semilla de zanahoria para hidratar la piel tras el scrub.
En el caso de sus pads, son degradables y desechables, por lo que se convierten en excelentes aliadas para momentos puntuales en los que se necesita una limpieza de emergencia. En su versión facial, las esponjas limpiadoras contienen aceite de flor de naranjo y de extracto de zanahoria para exfoliar en profundidad e hidratar la piel. Cada pad tiene un precio de 0,95€.
De algodón y de tacto aterciopelado, encontramos también las cleansing pads de Woo Woo, 1,99€ 3 unidades en Primor, están especialmente orientadas al maquillaje, pero por su estructura también pueden utilizarse como limpiadoras.
La esponja Farmsponge, 2,75€, está diseñada para el delicado cuidado de la piel de un bebé, y es esa suavidad la que las convierte en esponjas idóneas para pieles sensibles, aunque no entren en la exacta descripción de un cleansing pad tradicional. Una de sus particularidades es que, al igual que las esponjas konja, cuando están secas se endurecen reduciendo el riesgo de formación de bacterias. Su composición la convierte en más absorbente, por lo que se reduce el uso de jabón.
Otra opción es la esponja de limpieza facial del Moi, 1€ en Primor, más parecida a las esponjas tradicionales y apta para pieles sensibles, que sirve tanto para desmaquillar como para retirar la suciedad o para lavar el rostro tras la mascarilla.
En la búsqueda hacia una cosmética más consciente, reducir al máximo los residuos que esta produce, desde sus envoltorios hasta sus fórmulas, ha normalizado el uso de recipientes biodegradables tan innovadores como el envase de cartón FSC de Garnier, además de contribuir a una retirada progresiva de ingredientes como microplásticos de los exfoliantes tradicionales, polímeros plásticos no biodegradables o packagings que generan residuos de plástico que tardan cientos de años en desaparecer.