Estas son las claves que aporta una experta sobre cómo gestionar el miedo en medio de un apagón

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El apagón vivido en el día de ayer a nivel nacional ha sido una experiencia inédita para miles de familias. El colapso eléctrico ha paralizado ciudades enteras: sin bancos, sin metro, sin semáforos y con las telecomunicaciones por los suelos. En este contexto de caos e incertidumbre, una de las grandes preocupaciones ha sido cómo gestionar el miedo, especialmente en los más jóvenes.

Según hemos leído en 'Hola', Olga Albaladejo Juárez, psicóloga especializada en salud integrativa, aporta claves fundamentales para afrontar este tipo de crisis desde el bienestar emocional. Para los niños, la prioridad no es comprender por qué se fue la luz, sino sentir que hay adultos disponibles y calmados a su lado. “Nuestra calma es su calma”, señala la experta, quien recalca que los vínculos afectivos son el mayor refugio cuando todo lo demás falla.

Los niños actúan como espejos emocionales, por eso es esencial que, aunque el adulto también tenga miedo, mantenga una actitud serena. Respirar profundamente antes de hablar, usar una voz segura y transmitir que la ayuda está en camino puede marcar la diferencia. En situaciones complicadas como quedar atrapados en el metro o en un ascensor, Albaladejo propone juegos imaginativos, historias o canciones para desviar el foco del miedo.

Además, convertir el momento en una aventura e incluso recurrir al humor puede transformar una experiencia angustiante en una oportunidad para conectar y tranquilizar. Validar sus emociones es otra pieza clave. No se trata de negar el miedo, sino de permitir que lo expresen sin juicio, acompañándolos emocionalmente mientras se les transmite seguridad. Y si el adulto siente que la ansiedad lo desborda, buscar apoyo o tomar distancia temporal es una opción responsable.

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C. M.

En el caso de los adolescentes, la situación cambia. No temen tanto la oscuridad como lo que podría significar: teorías sobre ciberataques, colapsos tecnológicos o consecuencias más graves. Aquí es importante ofrecerles información clara y realista, sin minimizar sus preocupaciones. Por ejemplo, estimular el pensamiento crítico y enseñarles a contrastar fuentes es esencial para no caer en el pánico colectivo.

Fomentar la continuidad de sus rutinas, hablar con ellos abiertamente y promover actividades que les permitan liberar tensión, como el deporte o la música, también ayuda a mantener su equilibrio emocional. Todo esto acompañado, claro, del ejemplo adulto: los jóvenes observan, y nuestra capacidad para gestionar el miedo también les enseña cómo hacerlo.