¿Dónde guardar los huevos? El error más común al meterlos en la nevera (y cómo solucionarlo)
Guardar bien los alimentos es casi tan importante como elegirlos. Y si hablamos de huevos, un producto básico, versátil y altamente nutritivo, la forma en que
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Guardar bien los alimentos es casi tan importante como elegirlos. Y si hablamos de huevos, un producto básico, versátil y altamente nutritivo, la forma en que los almacenamos puede marcar toda la diferencia. Aunque en el supermercado suelen encontrarse a temperatura ambiente y en una caja de cartón, una vez en casa, conservarlos así no es precisamente lo más adecuado.
Desde el perfil especializado @cobardesygallinas, dedicado a divulgar buenas prácticas sobre el mundo avícola, lo explican con claridad: "Recuerda que no deben dejarse en ningún caso en la puerta del frigorífico, ya que están expuestos a mayores cambios de temperatura y son delicados". Es decir, aunque la puerta del frigo parezca el lugar más lógico —sobre todo porque muchos modelos traen hueveras integradas ahí— es en realidad el menos recomendable. Las constantes aperturas generan variaciones térmicas que afectan a la frescura del huevo.
¿Y el cartón?
Otro gesto que muchos repetimos sin pensarlo es guardar los huevos en su envase original. Parece práctico, pero también es un error. Aunque el cartón protege los huevos durante el transporte, no es inocuo dentro del frigorífico. Puede contener bacterias o contaminantes que no deberían estar cerca de alimentos frescos.
Así lo señala el mismo perfil: "El cartón nunca en la nevera, porque puede tener bichos". Por eso, lo más sensato al llegar a casa es retirar los huevos del envase, desechar el cartón, y colocarlos directamente en un recipiente limpio dentro del refrigerador.
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¿Cómo conservarlos correctamente?
La solución es sencilla: los huevos deben guardarse en la parte superior o media del frigorífico, donde la temperatura es más constante y fría. Además, no conviene lavarlos antes de guardarlos, ya que su cáscara tiene una cutícula protectora que los preserva de la contaminación.
De hecho, el propio etiquetado de los huevos suele incluir esta recomendación: “Conservar en la nevera después de su compra”. Es una sugerencia que no está ahí por estética: está respaldada por criterios de seguridad alimentaria.
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El huevo es mucho más que un ingrediente recurrente en nuestras cocinas: es una fuente excelente de proteínas de alto valor biológico, rica en vitamina D, B12, hierro y selenio. Cuidar su almacenamiento no solo prolonga su vida útil, sino que también asegura que podamos aprovechar todos sus beneficios nutricionales sin riesgos innecesarios.
Guardar bien los alimentos es casi tan importante como elegirlos. Y si hablamos de huevos, un producto básico, versátil y altamente nutritivo, la forma en que los almacenamos puede marcar toda la diferencia. Aunque en el supermercado suelen encontrarse a temperatura ambiente y en una caja de cartón, una vez en casa, conservarlos así no es precisamente lo más adecuado.