Ni cambiar de colchón ni tomar más calcio: esto es lo que tienes que hacer para prevenir la curvatura de la espalda

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Con el paso de los años, muchas personas comienzan a notar que su postura cambia, su espalda se encorva ligeramente y su estatura incluso parece reducirse. La curvatura de la columna vertebral, especialmente en la parte superior —una condición conocida como hipercifosis—, es una alteración frecuente del envejecimiento.

Sin embargo, aunque algunos crean que cambiar el colchón o aumentar el consumo de calcio puede ser suficiente para prevenirla, la ciencia señala que esas medidas por sí solas no bastan. Lo verdaderamente efectivo está en el movimiento diario, la fuerza muscular y la conciencia postural.

Expertos en fisioterapia y salud musculoesquelética coinciden en que la mejor estrategia para evitar la curvatura progresiva de la espalda con la edad es fortalecer los músculos que la sostienen, en especial la musculatura dorsal y abdominal profunda. El ejercicio regular, adaptado a cada etapa de la vida, es esencial para mantener la columna vertebral alineada y funcional. Actividades como pilates, yoga o ejercicios de fortalecimiento postural han demostrado ser mucho más útiles que dormir en un colchón ortopédico o suplementar calcio sin indicación médica.

La clave está en mantener la movilidad y trabajar la estabilidad. Ejercicios simples como caminar con una postura erguida, levantar pequeñas pesas para activar los músculos de la espalda, o practicar estiramientos diarios para combatir la rigidez, pueden marcar la diferencia. Además, se recomienda realizar rutinas que fomenten el equilibrio y la conciencia corporal, ya que con los años el cuerpo tiende a adoptar posturas compensatorias que pueden acelerar la deformación vertebral.

Por otro lado, la higiene postural en la vida diaria es otro aspecto crucial. Pasar muchas horas sentado con la espalda encorvada, mirar el móvil con la cabeza inclinada o trabajar sin ergonomía adecuada puede pasar factura a largo plazo. Aprender a sentarse correctamente, ajustar la altura de la pantalla del ordenador, o simplemente incorporar pausas activas durante el día son gestos pequeños pero muy efectivos para prevenir la curvatura.

Aunque el calcio es necesario para la salud ósea, su ingesta sin supervisión médica no evita que la columna se encorve, especialmente si no hay actividad física que estimule la densidad ósea y la musculatura de soporte. De igual modo, cambiar de colchón puede mejorar el descanso, pero no sustituye al movimiento que los músculos necesitan para sostener correctamente la columna durante el día.