Adiós al papel higiénico: el método que está arrasando en Europa y que es más limpio
El mensaje es claro: el futuro de la higiene personal pasa por el agua, que dejará atrás al papel higiénico
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El papel higiénico podría tener los días contados. Cada vez más hogares en Europa están abandonando este tradicional producto de higiene en favor de un método que promete ser más eficaz, sostenible y respetuoso con la piel: los inodoros con chorro de agua, también conocidos como váteres tipo bidé o “washlets”. Una tendencia que antes se asociaba casi exclusivamente a países como Japón está ganando terreno con fuerza en el continente europeo, impulsada por una mayor conciencia ambiental, avances tecnológicos y la búsqueda de una limpieza más completa.
La lógica es sencilla: ¿por qué limpiar con papel seco cuando se puede hacer con agua? Así lo plantean miles de usuarios que ya han hecho el cambio, destacando la sensación de frescor y limpieza que proporciona el chorro de agua en comparación con el uso exclusivo de papel.
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El funcionamiento es simple: un pequeño conducto retráctil lanza un chorro de agua regulable en intensidad y temperatura directamente sobre las zonas íntimas tras usar el inodoro. Algunos modelos incluso cuentan con funciones de secado con aire templado, eliminando por completo la necesidad de papel higiénico.
Desde países nórdicos hasta el centro de Europa, pasando por Francia, Alemania e Italia, los inodoros con bidé incorporado están encontrando su sitio tanto en nuevas construcciones como en renovaciones domésticas. En España, aunque su penetración aún es menor, los distribuidores y grandes cadenas de bricolaje confirman un aumento de la demanda, especialmente tras la pandemia, cuando la escasez de papel higiénico en los supermercados impulsó a muchos a explorar alternativas más modernas y eficientes.
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Además de la higiene, el factor medioambiental es clave. La producción de papel higiénico implica la tala de millones de árboles y el uso de grandes cantidades de agua y productos químicos para su procesamiento. En cambio, los inodoros con chorro de agua utilizan una mínima cantidad de agua por uso y reducen considerablemente el impacto ecológico. Organizaciones ambientales y expertos en sostenibilidad coinciden en que esta transición podría marcar una diferencia significativa en términos de consumo global.
A ello se suma la comodidad: los modelos más avanzados permiten ajustes personalizados para distintos miembros del hogar, funciones de autolimpieza del sistema, control remoto y diseños que se integran estéticamente con cualquier baño moderno. Incluso existen adaptadores que pueden instalarse en inodoros tradicionales sin necesidad de obras ni instalaciones complejas.
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El papel higiénico podría tener los días contados. Cada vez más hogares en Europa están abandonando este tradicional producto de higiene en favor de un método que promete ser más eficaz, sostenible y respetuoso con la piel: los inodoros con chorro de agua, también conocidos como váteres tipo bidé o “washlets”. Una tendencia que antes se asociaba casi exclusivamente a países como Japón está ganando terreno con fuerza en el continente europeo, impulsada por una mayor conciencia ambiental, avances tecnológicos y la búsqueda de una limpieza más completa.