¿Conoces a alguien que siempre dice que sí, que busca constantemente agradar y que parece tener una sonrisa perpetua en el rostro? Seguro que la respuesta es afirmativa. Por ello, la psicóloga Claudia Nicolasa ha lanzado una advertencia en su cuenta oficial de Instagram sobre un patrón psicológico que muchas veces se esconde detrás de esta fachada amable: la personalidad complaciente.
A través de un análisis del personaje de Emily en París, la experta pone en evidencia un problema emocional más común de lo que parece. Aunque Emily aparenta ser encantadora, segura y siempre dispuesta a ayudar, su actitud esconde una trampa psicológica. Según la psicóloga, la joven protagonista cae repetidamente en un patrón de complacencia: evita los conflictos, dice lo que otros quieren oír, oculta sus verdaderos pensamientos y no sabe poner límites.
“Emily trabaja para todos, quiere agradar a todos, y al final… se pierde a sí misma”, afirma Nicolasa en esta misma publicación. Detrás de esa actitud optimista y colaboradora, el personaje termina normalizando conductas que rozan el maltrato, por miedo a decepcionar a los demás. La complacencia, según la experta, nace de una necesidad constante de aceptación y validación externa.
De este modo, cabe mencionar que las personas con este perfil psicológico no actúan desde lo que verdaderamente necesitan, sino desde lo que los demás esperan de ellas. El problema, explica la psicóloga, no es solo la dificultad para decir “no”, sino la pérdida de identidad que puede surgir al ignorar los propios límites. Este tipo de comportamiento, advierte la psicóloga, es un terreno fértil para el desgaste emocional.
Tanto es así que la persona complaciente no solo se traiciona a sí misma al no expresar lo que siente o necesita, sino quemuchas veces se vuelve vulnerable ante relaciones desequilibradas o abusivas. Para Nicolasa, el primer paso para romper con este patrón es aprender a detectar cuándo se está actuando para agradar a otros y no por decisión propia.
Tal y como explica la experta en este vídeo publicado en redes sociales, aceptar que no es posible caerle bien a todo el mundo, y que cuidar de uno mismo también supone poner límites, aunque eso implique incomodar. Porque ser amable no debería significar olvidarse de uno mismo.
¿Conoces a alguien que siempre dice que sí, que busca constantemente agradar y que parece tener una sonrisa perpetua en el rostro? Seguro que la respuesta es afirmativa. Por ello, la psicóloga Claudia Nicolasa ha lanzado una advertencia en su cuenta oficial de Instagram sobre un patrón psicológico que muchas veces se esconde detrás de esta fachada amable: la personalidad complaciente.