Montse Meléndez, ingeniera de alimentos: "Este es el truco para guardar las sobras de la comida para que te duren hasta cuatro meses"
La ingeniera de alimentos propone un método sencillo para conservar guisos y sopas en el congelador durante meses, evitando el desperdicio y manteniendo la calidad del plato
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Preparar un guiso abundante o una olla de sopa suele ser sinónimo de varias comidas aseguradas, pero también de un dilema cuando los días pasan y las sobras siguen ocupando espacio en el frigorífico dentro de un tupper. Muchas veces la salida es tirarlo a la basura, algo que repercute en el bolsillo y contribuye al problema global del desperdicio alimentario. Para evitarlo, la ingeniera de alimentos Montse Meléndez propone un método sencillo y eficaz que alarga la vida de esos platos caseros durante meses sin que pierdan su calidad.
La especialista explica que el primer error común es guardar sopas o guisos demasiado tiempo en la nevera. Más allá de cuatro días ya no es seguro mantenerlos refrigerados. La alternativa, que todos conocemos, es congelar estos alimentos que pueden conservarse bien entre tres y cuatro meses si se siguen unas pautas básicas.
El procedimiento comienza por esperar a que la comida esté a temperatura ambiente o completamente fría antes de congelarla. Este detalle ayuda a evitar condensaciones de vapor que después se transforman en cristales de hielo y deterioran la textura del plato. Una vez frío, lo recomendable es dividir en porciones individuales o familiares. De esta forma se descongela únicamente la cantidad que se va a consumir y se evita tener que congelar y descongelar repetidamente un mismo recipiente.
El envase también juega un papel fundamental. Meléndez sugiere dos opciones. Por un lado, bolsas tipo zip de buena calidad, de las que permiten extraer todo el aire antes de sellarlas. Por otro, tuppers herméticos que se llenen casi por completo para que quede el mínimo espacio vacío posible. El aire atrapado dentro del envase facilita la aparición de escarcha y daña la calidad de los alimentos con el paso de las semanas.
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Una vez guardado, conviene anotar la fecha de congelación sobre la bolsa o el recipiente. Esto permite llevar un control sencillo del tiempo que lleva almacenado y facilita rotar los alimentos en el congelador. Según la ingeniera, lo ideal es consumirlos en un plazo de entre tres y cuatro meses.
El momento de recuperar ese plato también requiere atención. Una vez descongelado, el alimento debe consumirse en un máximo de 48 horas para garantizar tanto su seguridad como su buen sabor. Es recomendable descongelar en la nevera, ya que hacerlo a temperatura ambiente aumenta el riesgo de proliferación de bacterias.
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Planificar, organizar y conservar bien los alimentos ayuda a reducir el desperdicio, mejora la economía doméstica y permite disponer de comidas listas en el congelador para los días con menos tiempo. Al mismo tiempo, fomenta una relación más consciente con la comida y con los recursos que utilizamos a diario.
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Preparar un guiso abundante o una olla de sopa suele ser sinónimo de varias comidas aseguradas, pero también de un dilema cuando los días pasan y las sobras siguen ocupando espacio en el frigorífico dentro de un tupper. Muchas veces la salida es tirarlo a la basura, algo que repercute en el bolsillo y contribuye al problema global del desperdicio alimentario. Para evitarlo, la ingeniera de alimentos Montse Meléndez propone un método sencillo y eficaz que alarga la vida de esos platos caseros durante meses sin que pierdan su calidad.