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El sencillo truco para limpiar los platos de ducha: quedan como nuevos
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El sencillo truco para limpiar los platos de ducha: quedan como nuevos

Limpiar esta parte de nuestra casa puede generarnos más pereza que otras, pero hay un truco para hacerlo rápido, sencillo y eficaz

Foto: El sencillo truco para limpiar el plato de ducha. (iStock)
El sencillo truco para limpiar el plato de ducha. (iStock)

El baño es uno de los espacios que más utilizamos en casa, y aunque no siempre recibe el mismo mimo que la cocina o el salón, mantenerlo reluciente es clave para sentirnos bien en nuestro hogar. Dentro de él, el plato de ducha —sobre todo si es de resina o colores oscuros como el negro— tiende a acumular restos de cal, jabón y suciedad que pueden arruinar su apariencia. Pero no hace falta invertir horas ni productos agresivos: hay un truco simple que lo deja como nuevo… y apenas nos tomará unos minutos.

Sí, el truco estrella es más sencillo (y natural) de lo que imaginamos. Se trata de mezclar agua caliente con vinagre blanco y un poco de jabón neutro, aplicarlo con un pulverizador y dejarlo actuar unos minutos antes de enjuagar. Esta combinación no solo elimina la suciedad, sino que ayuda a desinfectar sin dañar los materiales del plato, algo especialmente importante en los modelos de resina, que pueden mancharse o desgastarse con productos demasiado abrasivos. Este método casero se adapta perfectamente al uso diario y resulta ideal para evitar que se acumulen restos que, con el tiempo, se vuelven más difíciles de retirar. Además, es respetuoso con el medio ambiente y con tu salud: nada de vapores tóxicos ni perfumes sintéticos que irritan.

placeholder Deja tu ducha impecable con este truco. (Pexels / Max Vakhtbovycn)
Deja tu ducha impecable con este truco. (Pexels / Max Vakhtbovycn)

Uno de los grandes inconvenientes de limpiar el plato de ducha es la postura incómoda. Pero hay solución: utilizar una mopa de microfibra con palo largo o un rodillo de pintura suave (nuevo, claro está) para aplicar y frotar la mezcla. Así podemos alcanzar todos los rincones sin necesidad de doblarnos, algo que agradeceremos especialmente si tenemos problemas de espalda o simplemente queremos hacer la tarea más llevadera. Asimismo, si tenemos un plato de ducha oscuro, cualquier resto de cal o jabón se nota el doble. En este caso, además de usar el truco del vinagre, conviene secar siempre con una bayeta de microfibra después de cada uso. Así evitaremos marcas y mantendremos ese efecto mate tan bonito que tienen los modelos más modernos. Y si necesitamos una limpieza más a fondo, podemos añadir unas gotas de alcohol de limpieza a la mezcla para intensificar el brillo sin dañar la superficie.

La clave está en la constancia. Si dedicamos solo un par de minutos cada semana a este pequeño ritual, nuestro plato de ducha se mantendrá impecable durante mucho más tiempo. Debemos de olvidarnos de frotar con fuerza o de recurrir a desincrustantes químicos que terminan siendo más agresivos que efectivos. A veces, lo simple es lo que mejor funciona. Porque cuidar nuestro entorno también es una forma de cuidarnos a nosotros mismos, y empezar por el baño puede ser ese primer paso hacia un hogar más saludable, práctico y armonioso.

El baño es uno de los espacios que más utilizamos en casa, y aunque no siempre recibe el mismo mimo que la cocina o el salón, mantenerlo reluciente es clave para sentirnos bien en nuestro hogar. Dentro de él, el plato de ducha —sobre todo si es de resina o colores oscuros como el negro— tiende a acumular restos de cal, jabón y suciedad que pueden arruinar su apariencia. Pero no hace falta invertir horas ni productos agresivos: hay un truco simple que lo deja como nuevo… y apenas nos tomará unos minutos.

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