Es noticia
Menú
Como en el parque: así puedes hacer amistades duraderas cuando eres adulto
  1. Vida saludable /
nuevas conexiones

Como en el parque: así puedes hacer amistades duraderas cuando eres adulto

Hacer amistades duraderas siendo adultos es algo que exige mezcla de apertura, esfuerzo y autenticidad

Foto: Muchas veces conservamos amistades por inercia personal. (Pexels)
Muchas veces conservamos amistades por inercia personal. (Pexels)

Hacer amigos siendo adultos suena para muchos como una tarea reservada a la infancia o la universidad: los parques, las clases, los equipos deportivos hacían de escenario natural para que surjan conexiones. Pero al llegar a los 30, 40 o más años, ese escenario parece desvanecerse. Las responsabilidades, el trabajo, el espacio físico cambian, y muchos se preguntan si todavía es posible fortalecer amistades significativas. La buena noticia: sí lo es, y hay pasos concretos que puedes tomar para que esas relaciones duren realmente.

En edades más tempranas, los lazos se forjan con facilidad: tiempo libre, entusiasmo, grupos grandes y muchas oportunidades de coincidir. A medida que pasa el tiempo, cambia el contexto: menos momentos espontáneos, menos círculos sociales amplios, y más compromisos personales. Aparece la idea de que “todos tienen ya sus amigos” o que “no hay tiempo”. Este pensamiento limita: muchos adultos dicen que no pueden hacer nuevas amistades porque los días están llenos, pero la realidad es que tener amistades fuertes depende más de voluntad y constancia que de horas libres infinitas.

placeholder Embarcarse en nuevas experiencias y disfrutar de las amistades, algunas de las claves. (Pexels)
Embarcarse en nuevas experiencias y disfrutar de las amistades, algunas de las claves. (Pexels)

Entonces, ¿cómo iniciar ese viaje hacia amistades duraderas? Un buen primer paso es identificar tus gustos, intereses y aficiones: esas pasiones que ya tienes o que te gustaría explorar. Hacer una lista con al menos 10 actividades que te llaman la atención ayuda a centrar dónde puedes coincidir con otras personas. Si te gusta la lectura, la cocina, el senderismo, clases de algún baile o simplemente salir al parque, esos espacios serán tus escenarios para conectar con otros.

El segundo paso es localizar dónde se realizan esas actividades. Por ejemplo, un club de lectura local, talleres de cerámica, gimnasios, clases de idiomas, rutas al aire libre, exposiciones… Son entornos donde es más probable encontrar gente con intereses similares. Lo importante es salir, aparecer, asistir al menos una vez. Esa “iniciación” —hacer la acción de acudir, aunque sea sola, abrir conversación, sonreír— es fundamental para mostrarte disponible.

placeholder Asumir que las amistades no son para siempre nos ayudará a poder cortar un vínculo que ha terminado. (Pexels)
Asumir que las amistades no son para siempre nos ayudará a poder cortar un vínculo que ha terminado. (Pexels)

Una vez que empiezas a acudir a esos espacios, hay que sostenerlo con constancia. Es probable que las primeras veces no haya química con todos, y puede que no surjan amistades inmediatas. Pero entre más participes, más visibilidad tendrás, más interacción real y oportunidad de conocer a quienes valoran lo que tú valoras. También es importante reconocer qué amistades actuales ya no aportan lo que quisieras y darte permiso para dejar espacio para nuevas conexiones.

Otro obstáculo frecuente es el miedo al rechazo, la vergüenza o la idea de que ya es demasiado tarde para entablar nuevas relaciones. Esa narrativa limita. Muchas personas adultas tienen amistades intermitentes, o relaciones que fueron importantes pero cambiaron con el tiempo. Pero eso no significa que no se puedan hacer nuevas amistades de calidad. Superar ese miedo implica pequeños actos: hacer una pregunta en una clase, invitar a un café tras una actividad compartida, retomar contacto con alguien con quien hubo afinidad para ver si la amistad puede crecer otra vez.

Hacer amigos siendo adultos suena para muchos como una tarea reservada a la infancia o la universidad: los parques, las clases, los equipos deportivos hacían de escenario natural para que surjan conexiones. Pero al llegar a los 30, 40 o más años, ese escenario parece desvanecerse. Las responsabilidades, el trabajo, el espacio físico cambian, y muchos se preguntan si todavía es posible fortalecer amistades significativas. La buena noticia: sí lo es, y hay pasos concretos que puedes tomar para que esas relaciones duren realmente.

Bienestar Psicología
El redactor recomienda