Durante años, los suplementos infantiles han sido presentados como aliados del crecimiento, la concentración o el rendimiento escolar. Sin embargo, el nutricionista Pablo Ojeda explica que “los niños no necesitan suplementos, necesitan comida real”. Su vídeo busca calmar la preocupación de muchos padres que, entre la avalancha de productos “enriquecidos” y suplementos milagrosos que inundan las redes, ya no saben si la dieta de sus hijos es suficiente.
Ojeda recuerda que los niños tienen un gran apetito y eso es una ventaja, porque les permite cubrir con facilidad todos los nutrientes que necesitan. “Un trozo de carne no es solo proteína y aminoácidos esenciales, también aporta hierro, zinc y vitaminas del grupo B, algo que un batido de proteínas jamás podrá sustituir”. Su argumento se apoya en una evidencia básica en la que los alimentos reales aportan un conjunto de nutrientes que trabajan en conjunto, algo que los suplementos, por muy completos que parezcan, no pueden replicar.
El nutricionista insiste en que los pequeños deberían comer, no suplementarse, porque la alimentación equilibrada no solo favorece su crecimiento físico, sino también su desarrollo mental y emocional. Vitaminas, minerales y grasas saludables intervienen tanto en la formación de huesos y tejidos como en la concentración, el ánimo y la energía diaria.
El problema, según Ojeda, no es la falta de suplementos, sino la presencia de alimentos ultraprocesados que desplazan a los que sí deberían estar en el plato. Bollería, snacks, bebidas azucaradas o productos “para niños” reducen el espacio de frutas, verduras, legumbres, carnes o pescados, que son los verdaderos pilares de una buena nutrición. “Antes de pensar en suplementos, piensa qué le estás poniendo en el plato”, advierte.
(Anastasia Shuraeva/pexels)
Su mensaje no es hacer de menos los complementos alimenticios, que pueden ser útiles en casos concretos y bajo supervisión médica, pero sí pone el foco donde realmente lo que importa es en la educación alimentaria que reciben en casa. Fomentar el gusto por lo natural, cocinar en familia y ofrecer variedad a diario son estrategias que, según Ojeda, valen mucho más que cualquier polvo “para la concentración”.
Por eso, antes de recurrir a suplementación, Ojeda propone que “antes de pensar en suplementos, piensa en su plato”.
Durante años, los suplementos infantiles han sido presentados como aliados del crecimiento, la concentración o el rendimiento escolar. Sin embargo, el nutricionista Pablo Ojeda explica que “los niños no necesitan suplementos, necesitan comida real”. Su vídeo busca calmar la preocupación de muchos padres que, entre la avalancha de productos “enriquecidos” y suplementos milagrosos que inundan las redes, ya no saben si la dieta de sus hijos es suficiente.