La duquesa de Alba ya no tiene quién le ladre
La duquesa de Alba se recupera poco a poco de la muerte de su querido Flashito. Para los que nunca hayan tenido animales de compañía, esa
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La duquesa de Alba se recupera poco a poco de la muerte de su querido Flashito. Para los que nunca hayan tenido animales de compañía, esa tristeza con duelo incluido puede resultar exagerada y considerarlo una excentricidad más de la nonagenaria aristócrata. Pero en esta ocasión, su desconsuelo está totalmente justificado y resulta entendible.
Todas aquellas personas que quieren a sus mascotas entienden perfectamente el estado emocional de Cayetana. El perro Flashito nada tenía que envidiar a las celebridades que llenan las páginas del colorín e incluso tuvo su momento Andy Warhol. No fueron los quince minutos de fama de los que hablaba el artista, sino mucho más. El perrito tuvo su propio reportaje en la revista ¡Hola! y varios tiempos televisivos paseando sandunguero por los predios sevillanos de su dueña.
Durante estos quince años, ha sido la mascota preferida de Cayetena. Al menos el que más compañía le hacía cuando su novio Alfonso Díez desaparecía de su lado por cuestiones laborales o familiares al llegar alguno de los hijos a Dueñas.
El pacto filial no verbalizado supone que ni antes ni ahora ni en un futuro cercano habrá encuentro entre el que dicen puede ser el tercer marido y los hijastros. La duquesa tiene otras mascotas, pero a ninguna la tenía tanto cariño como a Flashito, que podía presumir de pedigree. Era un shih Tzu, una raza muy antigua y originaria del Tibet cuyo significado es perro león y nada tiene que ver con el chiste del cruce biológico del oso hormiguero.
La duquesa lo cuidaba personalmente las últimas semanas cuando ya su recuperación no era posible. Y no solo lo hacía con el perro sino que también supervisa a las tortugas, aunque a éstas no las habla porque se entretienen solas con la música clásica que les pone.
En el palacio de Dueñas tienen un cuarto adecuado sólo para ellas. Desde que se echó novio no viaja con las mascotas como hacía antes. Cuando a finales de septiembre se desplazaba a Venecia donde tiene un apartamento se acompañaba de perros, gatos y hasta un loro. Y si hubiera tenido un pulpo también se lo habría llevado.
Los amigos están pensando en regalarle otro de la misma raza aunque seguramente será Alfonso el que al final le de la sorpresa y Cayetana vuelva a tener un perrito que le ladre.
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