La duquesa de Alba agota a su novio Alfonso Díez

La vitalidad de la duquesa de Alba no es nueva. Viene de largo y, según parece, es capaz de agotar a cualquiera. Hace un par de meses viajó con su hija Eugenia a Escocia y no dejaron castillo sin visitar ni campiña que recorrer. La pequeña de la Casa Alba llegaba extenuada y, en cambio, su madre más fresca que Angelina Jolie cuando sale sin su tropa infantil.

Con las amistades pasaba tres cuartos de lo mismo. Salían por la mañana y nunca sabían a qué hora la duquesa daría por finalizada la escapada. Esta actividad cayó en picado antes de que el doctor Trujillo le implantara la válvula para solucionar su problema de hidrocefalia en febrero de 2009.

Tras su recuperación, decidió recuperar el tiempo perdido y fue cuando empezó a viajar con Alfonso Díez. Primero por España (Marbella, Ibiza, San Sebastián, Cádiz, Palencia, Salamanca…) en plan guía Michelín, y después rutas internacionales. De la última, por Siria y Jordania, acaba de regresar, y en vez de quedarse unos días de reposo, ha vuelto a la carga.

“Parar, lo que se dice parar en casa, lo hace poco”, cuentan. Tanto es así, que hasta llega a agotar al novio. Este fin de semana, por ejemplo, Cayetana y el funcionario pasaron parte en Sevilla. La mañana del sábado de callejeo y por la noche a La Maestranza para escuchar a Ainhoa Arteta en su emocionante interpretación de la sufridora bordadora Mimi en La Boheme.

Al día siguiente, volvieron a Madrid para apoyar la iniciativa solidaria de la ONG Pequeño Deseo, donde colabora Eugenia Martínez de Irujo. Almuerzo y vuelta a pasear el tacón. La duquesa y su escudero fiel se fueron al cine a ver Neds de Peter Muller. Menos mal que después se recogió.

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